Coronavirus

¿Nos volveremos más hipocondríacos tras la pandemia?

A corto y medio plazo puede darse un pequeño pico de este trastorno, que será más agudo entre las personas con problemas de salud mental

Psicosis: llevar mascarillas, agarrar la barra del metro con un pañuelo o comprar como para una guerra son algunas de las secuelas desde que se procedió a poner en marcha medidas de contención. REUTERS/Andrew Kelly
Psicosis: llevar mascarillas, agarrar la barra del metro con un pañuelo o comprar como para una guerra son algunas de las secuelas desde que se procedió a poner en marcha medidas de contención. REUTERS/Andrew KellyANDREW KELLYREUTERS

Colas kilométricas y la gente con los carros a rebosar en los supermercados, los teléfonos de las farmacias a punto de colapsar mientras la gente se apunta en listas de espera para ser el primero en poder comprar un gel... El pánico por el coronavirus ha llegado y se expande igual o más rápido que el virus en sí. Y si las medidas de higiene resultan esenciales frente al Covid-19, también es importante mantener una óptima salud emocional: el nerviosismo, la agitación o no parar de pensar en la enfermedad no sirven de nada. «La situación de pánico que vivimos, con el desabastecimiento que se está produciendo en algunos centros comerciales por ejemplo, se debe a que la emoción del miedo es fácilmente contagiosa. Y eso es porque tiene que ver con la supervivencia del individuo», explica Timanfaya Hernández, psicóloga sanitaria y forense y vicesecretaria del Colegio Oficial de la Psicología.

Pero, ¿qué nos hace actuar así? «El pensamiento ‘‘y si’’; es decir, cualquier pensamiento que nos genera dudas al verlo en el de al lado, por ejemplo y si me contagio y si los supermercados se quedan sin comida y si...». Hernández reconoce que es difícil contrarrestarlo «cuando nos dan información incongruente del tipo no se preocupe y de repente se cierran los colegios, eso hace a las personas pensar que algo no se nos está diciendo, cuando se puede explicar que el cierre temporal de escuelas y universidades no tiene casi repercusiones a nivel económico y sí, en cambio, ayuda mucho a minimizar el riesgo de contagio».

Consecuencias

Una psicosis que puede tener consecuencias a corto y medio plazo. En población sana, «veremos, aunque no de forma general, un pequeño pico de casos de hipocondría, de miedo, que después se desvanecerá. Pero será más agudo en aquellas personas que ya presentan un cuadro de salud mental. Necesitarán más ayudas a nivel profesional y se alargará tanto tiempo como se tarde en tratar. Así, mientras en general no veremos personas sanas que después de la pandemia acaben desarrollando patologías, la población con problemas de salud mental tendrá una mayor predisposición a sufrir una recaída y agudización de sus síntomas», precisa. «No veremos en principio casos de estrés postraumático en gente sana. Eso sí, las personas que tengan que estar en cuarentena o a las que les fallezca un familiar sí tienen un poco más de riesgo», añade.

La atención precoz es importante, por eso, cuando pase el brote, debemos estar atentos y pedir ayuda cuando veamos que un ser querido «pasa cada vez más tiempo aislado, si destina menos horas al ocio o pasa menos tiempo con otras personas, si mantiene una búsqueda continua –que nunca va a ser suficiente– de información sobre el coronavirus para tratar de confirmar sus ideas, si magnifica cualquier síntoma, etc.», detalla la experta.

Ahora bien aquellas personas que sufran de un TOC de limpieza «podrían repuntar sus síntomas: se lavarán las manos con mayor asiduidad y va a ser más complicado que no lo hagan, se harán más heridas en la piel, evitarán más el contacto y centrarán las conversaciones sobre la necesidad de limpieza».

En cuanto a los agorafóbicos, «que viene por la sensación que tienen de sentirse en espacios abiertos no por el miedo a un contagio, puede suceder que una persona acabe recluyéndose».

Respecto a los claustrofóbicos, el temor a una cuarentena puede hacer mella en ellos. «Estas personas tienen ya miedo a los espacios cerrados y la sensación de no poder escapar les causa mucha angustia. Ahora bien, las personas con claustrofobia pura no tienen tanto miedo a estar en casa como a que te encierren en un hospital. Y puede suceder que una persona que no tenga esta fobia la desarrolle o que genere síntomas de ansiedad», detalla. Y en el caso extremo de que una persona no aguante estando aislado en casa, el consejo de la experta «es tratar de racionalizar lo máximo posible desde la tranquilidad lo importante que es que esté en casa, ver los beneficios y las consecuencias de no hacerlo o de no querer llamar al 112 por miedo».