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Sanidad obligará a trabajar a los sanitarios con síntomas leves

Un documento del Ministerio que dirige Salvador Illa levanta ampollas entre médicos y enfermeras al exigirles la incorporación a sus puestos apenas una semana después «con mascarilla quirúrgica» y «evitando contacto con pacientes inmunodeprimidos»

Les llamamos héroes sin capa, y la triste realidad de los profesionales sanitarios de nuestro país es que no tienen ni capas, ni mascarillas, ni guantes, ni protecciones que les prevengan del contagio del nuevo coronavirus. Debido a esta situación de temeraria exposición al Covid-19 (kamikazes les denominaba el «New York Times» en un artículo dedicado a los sanitarios españoles), muchos de ellos están cayendo enfermos; así, casi el 15% del total de los infectados en nuestro país son profesionales de la salud.

Pero parece que ser que el estoicismo de estos profesionales no se queda solo en eso, sino que, incluso en caso de causar baja por el coronavirus, apenas disponen de una semana para recuperarse y volver a su puesto de trabajo en vez de los 14 días de cuarentena estipulados para el resto de la población que se vea en esas circunstancias.

«En ausencia de fiebre»

Así lo establece la nueva versión de la «Guía de actuación frente a Covid-19 en los profesionales sanitarios y sociosanitarios» del Ministerio de Sanidad, según la cual, y en caso de que no se realice la prueba de diagnóstico –una demanda, la de los tests, que vienen reclamando los sanitarios desde el principio de la crisis–, «el trabajador se incorporará a su puesto de trabajo transcurridos siete días desde el inicio de síntomas en ausencia de fiebre sin necesidad de toma de antitérmicos en los últimos tres días y siempre que se haya resuelto la clínica respiratoria». Y continúa: «Se incorporará a su actividad con mascarilla quirúrgica hasta completar 14 días desde el inicio de síntomas, evitando durante este tiempo el contacto con pacientes inmunodeprimidos». «Faltaría más. Como si cupiera la posibilidad de que volviese al trabajo además sin mascarilla», ironizan desde el sindicato médico CSIF. Porque el malestar del colectivo es más que notable, que ve cómo se les pide aún más sacrificios y a costa de su propia salud.

Se justifica esta medida porque «en el escenario actual de transmisión comunitaria sostenida generalizada es crucial mantener la capacidad de respuesta del sistema sanitario para asegurar la continuidad de la actividad asistencial ante el aumento de flujo de pacientes en los hospitales».

Algo «inaceptable», como advierte Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal Sindicato Médicos (CESM). «No se puede estar rectificando constantemente porque el virus es el mismo. Esto refleja de qué manera está improvisando el Gobierno en esta crisis. Decir que una persona puede trabajar estando con febricula contradice toda la evidencia científica y supone un abuso hacia los profesionales sanitarios que en esta crisis del coronavirus lo están dando todo. Los periodos de convalecencia hay que respetarlos. Pero en vez de preocuparse por protegernos nos siguen machacando», lamenta Toranzo.

«El problema es que no hay tests, y como tampoco hay enfermeras, quieren que se incorporen, pero esto es una bomba de relojería para ellas y para el resto de la población», concuerda la secretaria general del Colegio de Enfermería de Madrid (Codem), Sara Gasco. Y añade: «No estamos de acuerdo con esta medida. Solo si después de 14 días no se tienen sintomatología entonces una enfermera se puede incorporar al trabajo, que es lo que siempre se ha dicho. Aquí en cambio se afirma que si no se tiene fiebre una persona se debe reincorporar, pero, ¿qué pasa si no tiene olfato o gusto, que son otros síntomas que se están viendo que tiene el Covid-19?».

En otras comunidades autónomas se habrían planteado medidas parecidas pero, ante el temor a una sublevación del colectivo, no se habrían atrevido a llegar tan lejos.