Salud

El uso de anticoagulantes mejora la supervivencia en pacientes Covid-19

Una investigación dirigida por Valentín Fuster confirma que el empleo de estos fármacos reduce la mortalidad en personas con coronavirus

El cerco al enemigo parece estar cada vez más definido. El Covid-19 provocado por la infección del SARS-CoV-2 va más allá de una grave patología respiratoria, tal y como se imaginaba al comienzo de la pandemia. En este macabro puzle también juega un papel fundamental la inflamación y, con ella, el desarrollo de coágulos sanguíneos y procesos de trombosis, lo que aumenta el riesgo de mortalidad. Y con este escenario como telón de fondo se ha demostrado que el empleo de anticoagulantes mejora la supervivencia de los pacientes hospitalizados con Covid-19 al prevenir posibles eventos mortales asociados con el coronavirus, como infartos, embolias o ictus. Así lo confirma un estudio publicado hoy por la revista científica “The Journal of the American College of Cardiology” y dirigido por Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Instituto Mount Sinai Heart de Nueva York.

“A principios de marzo, con la llegada de los primeros positivos Covid-19 al Hospital Mount Sinai de Nueva York tuvimos la intuición clínica de que estos pacientes podrían responder bien al uso de anticoagulantes y decidimos tratarlos de forma general con estos fármacos”, confiesa Fuster a LA RAZÓN. Aquella intuición se ha visto ahora refrendada por los datos, ya que, según detalla el estudio, el tratamiento con anticoagulantes se asoció con una mejor supervivencia hospitalaria entre los pacientes con Covid-19, tanto dentro como fuera de la unidad de cuidados intensivos.

En concreto, de aquellos que no sobrevivieron, los tratados con anticoagulantes fallecieron después de pasar una media de 21 días en el hospital, en comparación con los pacientes sin tratar con estos fármacos, que murieron después de una media de 14 días ingresados. “Pero lo que resulta aún más halagüeño son los datos obtenidos en pacientes graves que precisaron ventilación asistida, ya que el 62,7% de los intubados que no recibió anticoagulantes falleció, en comparación con el 29,1% de aquellos intubados tratados con estos fármacos”, detalla Fuster. De esta manera, “este trabajo demuestra que los anticoagulantes, administrados por vía oral, subcutánea o intravenosa, pueden desempeñar un papel importante en el cuidado de los pacientes con Covid-19 al prevenir posibles eventos mortales asociados con el coronavirus, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y embolia pulmonar”, asegura el prestigioso cardiólogo, quien hace hincapié en que “estamos confirmando, además, que el uso de estos anticoagulantes de forma rutinaria no supone un mayor peligro de hemorragias, ni siquiera al aumentar las dosis, que era el mayor miedo al que nos enfrentábamos al iniciar este estudio”.

Así actúan los anticoagulantes frente al COVID-19
Así actúan los anticoagulantes frente al COVID-19Antonio Cruz

Estas cifras ponen negro sobre blanco lo que los médicos ya están comprobando en su lucha diaria frente al Covid-19. “Estoy de acuerdo con el doctor Fuster en que el uso de anticoagulantes de forma generalizada no está produciendo más hemorragias. De hecho, en paciente Covid-19 estándar o con mayor grado de gravedad, pero con un estudio previo de coagulación y plaquetas normales, no tenemos por qué tener miedo a prescribir anticoagulantes por el temor a hemorragias, ya que el riesgo resulta muy bajo y estamos viendo que hay muchas más ventajas", asegura Pascual Marco, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y jefe del Servicio de Hematología del Hospital General de Alicante.

En este sentido también se posiciona la doctora Ángeles Blanco, coordinadora del Grupo de Enfermedad Tromboembólica de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), quien explica que “los tratamientos anticoagulantes a dosis adecuadas resultan muy eficaces en la prevención y tratamiento de las trombosis venosas, de las embolias pulmonares, los ictus y los infartos de miocardio en todos los pacientes con infecciones graves como la ocasionada por el coronavirus”. Sin embargo, la experta se muestra algo más precavida y recuerda que “hace falta mayor evidencia científica sobre el uso de anticoagulantes a dosis intermedias o plenas en pacientes con Covid-19 con factores de mal pronóstico sin que hayan desarrollado un evento trombótico o tengan factores de riesgo para sufrirlo, como una fibrilación auricular. Aún no tenemos trabajos con datos concluyentes que avalen esta práctica. Una de las investigaciones interesantes es la publicado por el grupo del The Mount Sinai Hospital de New York. Este tipo de estudios son la base que sustenta la elaboración de trabajos prospectivos, multicéntricos, diseñados para la obtención de objetivos precisos sobre la eficacia y seguridad del tratamiento anticoagulante en la mortalidad producida por el coronavirus".

En busca de más evidencia científica

Bajo esta premisa de seguir cotejando información, la investigación dirigida por Fuster no se frena aquí. De hecho, el estudio publicado tan solo es la tercera etapa de una investigación mucho más ambiciosa que pretende ofrecer datos más contundentes sobre el empleo de anticoagulantes en las próximas tres o cuatro semanas. Por ello, tal y como avanza Fuster a este diario “hace tres días que hemos decidido aumentar la dosis de anticoagulantes en enfermos Covid-19 porque vemos que los resultados positivos son mucho más potentes que el posible riesgo de hemorragia, que parece escaso. De esta manera hemos iniciado una nueva etapa de investigación que culminará en las próximas semanas con información sobre 5.000 pacientes. Ahí vamos a analizar y comprobar qué tipo de anticoagulantes son mejores, a qué dosis y en qué tipología de pacientes resultan más eficaces”.