Sanidad
La OCDE pide a Europa que lo destinado a salud se considere una inversión y no un gasto
España está por debajo de la media en gasto sanitario de nuestros vecinos comunitarios
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tras los datos recogidos en un reciente informe sobre el impacto de la pandemia del coronavirus en los sistemas europeos de salud, Health at a Glance Europe 2020 (La salud en un vistazo: Europa 2020), pide explícitamente a los países europeos que los recursos destinados a salud sean considerados una inversión y no un gasto. El informe de este organismo internacional demuestra que la Covid-19 ha evidenciado las fragilidades reales y eventuales de los sistemas sanitarios previos a la pandemia y cómo los países no aplicaban las políticas de inversión en salud en ese sentido, como recomienda la OCDE.
Esta institución, que agrupa a un total de 37 países (entre ellos, España) analiza cada dos años los sistemas sanitarios de todos sus socios miembros y en esta edición se ha centrado, naturalmente, en el impacto de la pandemia. En virtud de los datos, su repercusión tanto en la salud, como en la economía y en la sociedad ha dejado patente que “la salud pública debe ser prioritaria en la agenda de los políticos y las autoridades sanitarias de Europa” y ha destacado “la importancia del acceso, la calidad de la asistencia y la eficiencia”.
El estudio pone de manifiesto las diferencias significativas entre los distintos países en el nivel y crecimiento del gasto sanitario público y privado. Así, entre los Estados miembros de la Unión Europea (UE) los niveles de gasto en Alemania, Países Bajos, Austria y Suecia estaban al menos un 50% por encima de la media de la UE, que se sitúa en 2.572 euros por persona en 2019. España se halla por debajo de ese gasto per cápita en salud con 2.451 euros.
El planteamiento del informe coincide, según Farmaindustria, con el de la patronal española de las compañías farmacéuticas, que han trasladado en diferentes ocasiones a los distintos gobiernos “la necesidad de invertir en la sanidad pública al menos un 7% de nuestro Producto Interior Bruto o PIB, para igualarnos con esa media comunitaria”. Como señala Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, España llegó a destinar un 6,5% de su PIB a sanidad pública, que fue disminuyendo con los años hasta bajar al 6%. “”Esto ha significado perder unos 5.000 millones de euros al año durante una década, lo que ha supuesto cierta descapitalización de nuestro sistema público. Ya antes de la crisis por la COVID-19 se hablaba de alcanzar el 7% del PIB, que se traduce en un incremento de unos 12.000 millones de euros más al presupuesto sanitario anual y empezaríamos a aproximarnos a nuestros vecinos comunitarios, si bien su media es del 7,5% del PIB”.
El director general de la patronal farmacéutica continúa señalando que “la gestión financiera en este campo debería modernizarse y ser más flexible a fin de poder introducir con rapidez todo lo que supone innovación”. El concepto de gasto conduce necesariamente al de ahorro. “Los de inversión y eficiencia –añade- implican, sin embargo, entender como positivo el aumento de la financiación en ciertos casos”.
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