Entrevista

“La dieta de los enfermos Covid-19 debe evitar la pérdida de masa muscular”

Juan Carlos Percovich explica cuáles son las claves de la alimentación que hay que seguir para recuperarse después del contagio por coronavirus:

Dr. Juan Carlos Percovich, endocrino del Centro Médico Ruber Internacional Habana
Dr. Juan Carlos Percovich, endocrino del Centro Médico Ruber Internacional HabanaRuber

Juan Carlos Percovich, endocrino del Centro Médico Ruber Internacional Habana, explica cuáles son las claves de la alimentación que hay que seguir para recuperarse después del contagio por coronavirus:

¿La dieta para los enfermos con Covid- 19 debe centrarse en evitar la pérdida de masa corporal y mejorar la función pulmonar?

Sí, evitar la pérdida principalmente de masa muscular es muy importante, ya que por ejemplo los músculos de la respiración y el diafragma pueden perder ese vigor necesario para respirar, e incluso terminando en atrofia, todo esto influyendo en mayor acumulación de dióxido de carbono y menor oxigenación del organismo.

¿La alimentación debe incluir alimentos que disminuyan la producción de dióxido de carbono y que, al tiempo, aporten las calorías necesarias al organismo?

La fiebre, la fatiga y el tener malestar general, producen en general menos apetito, en un momento en el que se necesitan las calorías adecuadas para luchar contra la enfermedad, pero esas calorías no pueden ser incrementadas de cualquier forma, algo ideal es que sean aportadas por grasas saludables como el aceite de oliva, los frutos secos o los pescados azules, ya que de esa forma se puede mejorar la eliminación de dióxido de carbono.

Teniendo en cuenta que el sobrepeso y la obesidad está demostrado que aumentan los riesgos en los casos de gravedad… ¿Sería necesario disminuir los hidratos de carbono de combustión rápida, como el azúcar, la bollería industrial o la harina refinada?

Este tipo de hidratos deberían ser consumidos de forma muy limitada independientemente del covid – 19, pero es cierto que pueden incrementar la producción de dióxido de carbono. Aparte ese tipo de hidratos han demostrado incrementar el sobrepeso, en promedio entre 3 a 5 kilos de más en la población según la sociedad Española del estudio de la obesidad y este exceso incrementa la resistencia a la insulina, el estado proinflamatorio, la grasa abdominal y corporal total, incrementando el uso de medidas de soporte respiratorio invasivas y la morbilidad. Por otra parte, el consumo de dietas altas en grasas saturadas e hidratos refinados, activan el sistema inmunológico innato con lo que se deteriora la inmunidad adaptativa, lo que provoca una inflamación crónica y una respuesta deteriorada del huésped contra el virus.

¿Y eso cómo puede afectar a la evolución de la enfermedad?

Si el dióxido de carbono se encuentra incrementado, se termina alterando el equilibrio en el intercambio con el oxígeno. Lo ideal es comer hidratos de absorción compleja, como son las legumbres en promedio tres veces por semana.

¿Qué importancia tienen las grasas saludables, como la del aceite de oliva, aguacate, pescados azules o frutos secos, en esta dieta?

No incrementan la producción de dióxido de carbono y por otro lado aumentan las calorías de forma saludable. Siempre que existe una enfermedad y más en las respiratorias, se necesita un aumento de las calorías, pero no puede ser a base da los hidratos simples ni tampoco de las proteínas, ya que si estos se consumen en cantidades abundantes pueden incrementar el dióxido de carbono.

¿Y las proteínas? ¿Qué cantidad de ellas se recomiendan diariamente?

Las proteínas constituyen una parte importante de la masa muscular y de la producción de anticuerpos. Deben de constituir aproximadamente el 15% de nuestras calorías, esto quiere decir que en una dieta de 2000 Kcal, las proteínas deben cubrir unas 300 Kcal al día. De forma práctica al día se podría consumir 100 g de ternera, 150 g de pescado y unas lonchas de pavo o 150 g de pescado, un huevo y unas lonchas de queso.

¿Son necesarios los suplementos nutricionales de algún tipo?

El consumo de suplementos nutricionales para la prevención o el tratamiento de COVID-19, carece de evidencia suficiente para recomendarlos de forma sistemática, otra cosa es que el paciente haya disminuido la ingesta a consecuencia de la enfermedad, que en cuyo caso de hace necesario suplementar con nutrición enteral la alimentación y no sólo para que reemplacen las calorías no ingeridas, sino para que aporten los micronutrientes y fibra necesarios para impedir la desnutrición. Es de especial interés el tener unos niveles de vitamina D adecuados y no como arsenal de tratamiento agudo, sino como parte del posible papel en el control de la liberación de citoquinas producidas para el control de la infección y ello muchas veces se consigue con la exposición solar de veinte minutos al día y otras veces se necesitan aportes extras. Tampoco hay que olvidar suplementos con vitamina A y E por su efecto antioxidante e inmunomodulador, o la vitamina C y la Tiamina ya exploradas además en otros tipos de infeccione respiratorias. Toda esta suplementación toma mayor importancia si el paciente deja de ingerir alimentos por periodos más prolongados.