Pandemia

Claves para plantar cara a la fatiga pandémica

Las emociones negativas son naturales y no hay que reprimirlas, pero sí aprender a aceptarlas y manejarlas

Estar sentado entre seis y ocho horas diarias se asoció a un riesgo un 12% mayor de muerte prematura
Estar sentado entre seis y ocho horas diarias se asoció a un riesgo un 12% mayor de muerte prematuraDreamstimeDreamstime

Cuando acaba de cumplirse un año desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarase la situación de pandemia mundial por Covid-19, dicha institución acaba de acuñar el término fatiga pandémica que describe «la desmotivación y el cansancio» que la población siente ya a la hora de «cumplir con las conductas de protección y las medidas de seguridad recomendadas».

Según el estudio «Las consecuencias psicológicas de la Covid-19 y el confinamiento», realizado por varias universidades españolas entre la población de nuestro país, el 45,7% de los encuestados afirmó que había aumentado su nivel de malestar psicológico.

Como explica Julio Maset, médico de Cinfa, «este cansancio es una respuesta normal del organismo. Al principio de esta crisis, contábamos con nuestros mecanismos naturales de adaptación al estrés, pero cuando las circunstancias extremas se prolongan en el tiempo y reina la incertidumbre, resulta difícil mantener dichos mecanismos».

Precisamente, esa exposición repetida al estrés generado por la pandemia en estos meses puede ser uno de los factores por los que se da la fatiga pandémica y, más concretamente, el abandono de pautas de autocuidado. Como confirman los expertos de la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS), ello genera un «efecto de habituación», por el cual comenzamos a no estar tan alerta ante el virus y a cambiar las ideas acerca de la probabilidad de contagiarse, lo que favorece que no se sigan o se abandonen las medidas de protección.

Síntomas

El estrés, el insomnio, la irritabilidad, los cambios de humor, el aburrimiento, los problemas de concentración y los sentimientos de angustia y ansiedad son algunas de las consecuencias de esta fatiga pandémica. «Es el pez que se muerde la cola: cuanto mayor es el agotamiento, más aumentan la desmotivación, el desgaste físico y el malestar psicológico que venimos sintiendo desde hace un tiempo. También podemos sufrir el efecto denominado ’'últimos kilómetros del viaje’': todavía saliendo de la tercera ola y con la vacunación en marcha, pero avanzando a un ritmo más lento del deseado, no vemos avance hacia la luz al final del túnel y cada vez nos cuesta más cumplir las medidas de seguridad y respetar las restricciones», apunta Maset.

Como añade el experto, «los cambios de humor y las emociones negativas son naturales, por lo que tampoco hemos de intentar reprimirlos, pero sí aprender a aceptarlos y manejarlos, de manera que podamos seguir rindiendo en el ámbito laboral o académico y, sobre todo, disfrutando de los buenos momentos que nos ofrezca la vida familiar y social».

Para conseguirlo Maset recomienda crear el hábito de observar cómo nos sentimos con el fin de poder detectar los pensamientos y sensaciones nocivos. «Sólo si somos capaces de reconocerlos, podemos transformarlos en positivos con técnicas como la distracción. Por ejemplo, si me doy cuenta de que me siento angustiado o sobrepasado, puedo sentarme a escuchar música, irme a montar en bicicleta o llamar a un amigo para charlar», explica el experto. También aconseja limitar la información que se consume sobre la pandemia y aprender técnicas de autocontrol y respiración.

Consejos para afrontarla

  • OBSERVE CÓMO SE ENCUENTRA Dedique tiempo a detectar las emociones negativas y los pensamientos que las originan para transformarlas en positivas.
  • SOBREINFORMACIÓN Pasar demasiado tiempo viendo o leyendo noticias sobre la pandemia puede acentuar la sensación de desgaste y alimentar los sentimientos de angustia.
  • DISFRUTE DEL OCIO Reservar ratos para el entretenimiento puede ser la mejor terapia en tiempos de pandemia.
  • RELÁJESE Practique regularmente actividades como relajación muscular, meditación, mindfulness o yoga.
  • RELACIONES PERSONALES Cuando se sienta muy angustiado o triste, cuénteselo a las personas en quienes confíe.
  • HAGA DEPORTE El ejercicio físico reduce el estrés, fomenta una sensación de bienestar y conlleva beneficios para el organismo.
  • NO RESTE HORAS AL SUEÑO Trate de ir a dormir siempre a la misma hora y descansar al menos siete u ocho horas diarias.
  • CUIDE LA DIETA Mantendrá elevadas sus defensas y le ayudará a estar de mejor ánimo.
  • HÁBITOS TÓXICOS Elimine el consumo de tabaco y reduzca el de alcohol, sobre todo en la última franja de la tarde.
  • RESPIRE CON EL DIAFRAGMA Hacerlo le ayudará a regular los picos de estrés o nervios.