«Ayunar no es la panacea anti Covid, pero sí mejora el sistema inmune»

-El concepto del ayuno está en boca de todos. ¿Considera que es una moda pasajera?

-Creo que la razón es porque se han demostrado sus beneficios y su acción dentro del cuerpo humano. Es una práctica milenaria y por eso no se trata de una moda, pero sí es cierto que se están recuperando prácticas de antaño debido a las ventajas que se demuestra en la salud en una sociedad que cada vez está más enferma. Es una herramienta que cada cual debe adoptar en función de si le sienta bien o no.

-¿Es mucho más que una dieta?

-Exacto. No se trata de una herramienta cuya meta sea únicamente perder peso. Se bajan kilos como resultado de procesos bioquímicos que pasan dentro del cuerpo, pero no es una dieta. El ayuno intermitente nos ayuda muchísimo a eliminar y reducir la inflamación generalizada dentro del organismo, que es esa enfermedad silenciosa que muchos sufrimos como consecuencia del estrés y de la ansiedad del día a día. Cuando el cuerpo está inflamado hay más resistencia a la pérdida de grasa, por eso si se opta por el ayuno intermitente resulta más sencillo baja esa adiposidad. Además, el hecho de dejar tantas horas de descanso digestivo hace que los niveles de glucosa en sangre bajen mucho y al quedarnos sin esas reservas el cuerpo recurre a las grasas para producir energía, con lo que se llega al estado de cetosis, lo que justificaría que se logre perder kilos.

-Pero dice que va más allá de la simple pérdida de grasa...

-Sí, porque activa la autofagia, es decir, es una manera de regenerar el cuerpo porque eliminas lo que ya no sirve y esto se ha demostrado que permite rejuvenecer el organismo. Además, contribuye a la salud de los telómeros, que es lo que marca la longevidad. También se ha visto que ayuda a prevenir la resistencia a la insulina que es el gran problema de la diabetes tipo II.

-¿Y cualquiera puede practicarlo?

-No. Los diabéticos que se están medicando deben hacerlo bajo supervisión médica. Y no está recomendado en niños ni adolescentes, así como personas con problemas hepáticos o con trastornos de la alimentación. En la menopausia sí lo recomiendo, porque reduce la inflamación y los sofocos, ya que le das tiempo al organismo de autorregulación.

-¿Puede hacerse sin supervisión?

-Si eres una persona sana sí, pero siempre es aconsejable dejarse guiar por profesionales acreditados.

-¿La pandemia ha puesto más fácil el apuntarse a este método?

-Sí, creo que nos ha hecho más conscientes del hambre emocional. También esta crisis sanitaria ha hecho que le demos más importancia a la salud. Yo animo a la gente a que pruebe a hacerlo y si se sienten bien que lo mantengan en el tiempo. El ayuno intermitente no vale dinero, así que es mejor probarlo que optar por productos.

-¿Ayunar nos puede proteger frente a infecciones como la Covid-19?

-No, aunque sí se ha visto que el ayuno limpia el organismo y cuanta más toxicidad eliminamos en mejor estado se encontrará nuestro sistema inmune. Esto contribuye a tener un mejor estado de salud, pero no es la panacea.

-¿Dónde está el límite en el que el ayuno puede resultar peligroso?

-Cuando tienes mareos o te sientes mal, si aparecen irregularidades en la menstruación, si baja la presión arterial... Esto significa que hay desequilibrios y quizá las horas de ayuno no son las adecuadas.

-¿Qué hay del agua con limón en ayunas?

-Es aconsejable hidratarse después de muchas horas sin beber y el limón aporta vitamina C y crea un efecto saludable para el organismo.

-¿Qué papel juegan el deporte y el descanso?

-Son vitales. Comer saludable, descansar y estar activos son los tres pilares de la salud.