Enfermedades Infecciosas

Acercar el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis C facilita su eliminación

Un 20% de los consumidores de drogas se reinfecta con el virus

Imagen de las instalaciones del Centro Redan del barrio de La Mina, en Barcelona
Imagen de las instalaciones del Centro Redan del barrio de La Mina, en BarcelonaArchivoArchivo

En muchas ocasiones, los rituales de consumo de drogas hacen que la persona no tenga buenos hábitos de vida, lo que se traduce en un elevado riesgo de infección por hepatitis C. Eso es, precisamente, lo que pasaba en La Mina, un barrio de Barcelona en el que, históricamente, ha existido mucho movimiento de venta y consumo de droga.

Así lo señala Sabela Lens, hepatóloga del Hospital Clínic, de esta misma ciudad: «En el grupo de hepatitis víricas del hospital nos dimos cuenta de que los pacientes en este colectivo de usuarios que se inyectan drogas no llegaban a nuestras consultas habituales tras el diagnóstico de la hepatitis vírica para iniciar el tratamiento antiviral oportuno».

La creación del Centro de Reducción de Daños (Redan) surgió de la necesidad de acercar la medicina y la asistencia sanitaria a este grupo poblacional, con alta prevalencia del virus de la hepatitis C (VHC) y que, por desconocimiento o hábitos de vida, no acudía a tratarse de forma habitual al centro de referencia de la zona. Los datos hablan por sí solos: desde mayo de 2019, se han realizado 420 pruebas de hepatitis C, iniciado 168 tratamientos de los cuales se tienen datos de respuesta viral sostenida de 148 usuarios, y de muchos de ellos seguimiento de hasta de 60 meses y atiende cada año a 2.000 usuarios de droga.

Acercar el diagnóstico y el tratamiento del VHC a los usuarios de drogas por vía inyectada es una labor necesaria para conseguir su eliminación en nuestro país, más aún cuando se trata de un colectivo que no acude de formar frecuente a los centros sanitarios.

Generar un puente

El centro ubicado en La Mina pasó a convertirse en un espacio donde conectar con el usuario más allá de la droga y generar un puente con el circuito sanitario para todas aquellas personas con adicciones a las drogas intravenosas que, a su vez, eran diagnosticadas de VHC. El hepatólogo, de forma remota desde el Hospital Clínic, prescribe el tratamiento, lo gestiona con la farmacia y la propia enfermera del centro de reducción de daños acerca la medicación al paciente. Así, el usuario de La Mina, sin necesidad de desplazarse hasta él, recibe la conveniente atención especializada.

A los usuarios que en algún momento han tenido contacto con la hepatitis se les hace directamente en el centro la prueba del Genexpert, que ofrece un resultado de VHC positivo o negativo. En caso positivo, se les hará la prueba del Fibroscan, una prueba que ofrece información sobre si existe daño hepático. Además, una parte muy importante de su labor es el análisis de las reinfecciones, que se lleva a cabo en el laboratorio de Microbiología del Hospital Germans Trias i Pujol en Badalona, ya que se producen en un 20% de los consumidores de drogas.

Esta historia se recoge en el documental «Una realidad diferente», la tercera entrega del proyecto «G-Stories, ideas llenas de vida», de Gilead, con el objetivo de dar a conocer historias de éxito que han ayudado a solventar retos sanitarios como el de VHC o impulsar el diagnóstico precoz y el comienzo del tratamiento temprano en personas con VIH.