Coronavirus

Los fármacos contra la Covid causaron interacciones en el 87% de los casos

Las repercusiones clínicas derivadas de estas complicaciones, como el riesgo de sufrir un tipo de taquicardia, fueron importantes en la primera ola

Los efectos de los tratamientos contra la Covid 19
Los efectos de los tratamientos contra la Covid 19DREAMSTIMEDreamstime

Enfrentarse a un virus nuevo y mortal entraña muchas complicaciones. La primera y obvia es que no se sabe con qué hacerle frente, puesto que se trata de una amenaza desconocida hasta entonces. La respuesta de los sanitarios al comienzo de la pandemia fue la de usar medicamentos ya existentes, y aprobados para otras patologías, y que se pensaba podían tener efecto contra el SARS-CoV-2. La efectividad es, precisamente, lo primero que se tuvo en cuenta, pero no menos importante es la seguridad de estos tratamientos, que si bien eran viejos conocidos de los profesionales, nunca se habían aplicado en las situaciones ni en las combinaciones que se hicieron.

Hasta ahora se había medido el efecto que esos tratamientos habían tenido en la batalla contra la Covid-19, sin embargo ningún estudio se había parado a cuantificar las complicaciones que para la salud podía tener el emplearlas en pacientes para los que no estaban indicados y en situaciones que no eran las normales. Y eso es precisamente lo que ha hecho un equipo del Hospital de Valme, de Sevilla: medir los efectos del uso combinado de estos medicamentos y las interacciones no deseadas. Se produce una interacción farmacológica cuando el efecto de un tratamiento se ve alterado por otro u otros fármacos.

Los resultados del trabajo, que ha sido publicado en la revista «Nature», muestran hasta qué punto el problema era importante al inicio de la pandemia: «Encontramos una alta prevalencia de interacciones: hasta en el 87% de los casos detectamos alguna interacción, desde las leves (sin daños en el paciente) hasta contraindicaciones (es decir, cuando no se pueden dar al mismo tiempo nunca). Estas fueron del 15%», cuenta Lola Cantudo, farmacéutica hospitalaria del hospital sevillano, y primera firmante del estudio.

Además, durante la primera ola el perfil de los pacientes que ingresaban era el de personas mayores polimedicadas. «Encontramos que, cuanto mayor era el número de fármacos prescritos y mayor la edad, más probabilidades de interacción había», continúa la experta.

Los que más interacciones causaron

El fármaco experimental implicado en la mayoría de las interacciones fue la hidroxicloroquina (53%), seguido por lopinavir/ritonavir (41%), metilprednisolona (4%), tocilizumab (1%) y anakinra (1%). Aunque, como apunta Cantudo, «en nuestro estudio tocilizumab y anakinra se prescribieron en un número limitado de pacientes, aún así esos fármacos tienen menos interacciones descritas en ficha técnica».

«Nos centramos en los fármacos con interacciones contraindicadas. Por ejemplo, hay una contraindicación total en el caso del uso conjunto de metamizol (más conocido por su nombre comercial, Nolotil) con la hidroxicloroquina», asegura la especialista.

«La mayor parte de las interacciones las vimos con los medicamentos más prescritos, como el caso de los cardiovasculares, con los que se dieron en el 38% de los casos; los del sistema nervioso (como los psicolépticos, empleados contra la depresión, por ejemplo), en el 28%; y en tercer lugar, los del tracto alimentario y el metabolismo, en el 12%», explica Cantudo.

Los medicamentos más comunes «asociados con interacciones reales y potenciales fueron diuréticos, analgésicos, betabloqueantes, fármacos utilizados en diabetes y agentes antitrombóticos», cuenta Juan Macías, médico del Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología en el mismo hospital y coautor del trabajo.

Consecuencias

En cuanto a las consecuencias, «sobre todo observamos a nivel cardiaco, especialmente la prolongación del intervalo QT, que es una especie de taquicardia que puede presentarse de forma leve o ser hasta un síncope», prosigue Cantudo.

«Este trabajo multidisciplinar, clínico y farmacológico evitó males mayores. Ante la emergencia y el desconocimiento tuvimos que hacer equilibrios con las interacciones y efectos secundarios con el uso concomitante de fármacos en esa población. Añadir un efecto secundario era menos grave que el riesgo vital que suponía el SARS-CoV-2», asegura Macías.

Por suerte, y como confirma Ismael Aomar, médico internista y miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y especialista de Medicina Interna del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, «con los medicamento que empleamos actualmente se dan muy pocas interacciones y, en caso de darse algún efecto secundario, en la mayoría de los casos no tienen mayor importancia y al retirar el fármaco desaparece». Como ejemplo pone el de la dexametasona «que sabemos que puede subir un poco la glucemia, pero que se puede dar de forma segura con otros fármacos», concluye.

Los datos del estudio

El objetivo principal del trabajo, llevado a cabo entre el 1 de marzo al 30 de abril de 2020, fue evaluar la prevalencia y la gravedad de las interacciones farmacológicas potenciales y reales entre las terapias para la Covid-19 y medicamentos concomitantes en pacientes hospitalizados con el SARS-CoV-2. El objetivo secundario fue analizar los factores asociados con las interacciones. Para ello se analizaron un total de 174 pacientes, con una edad media de 67 años. Se detectaron interacciones en 152 de ellos (87,4%) con un total de 417 interacciones reales entre fármacos relacionados con Covid-19 y medicación concomitante en el hospital (60 fármacos diferentes) mientras que se detectaron interacciones potenciales en 105 pacientes (72,9%) con un total de 553. En cuanto a las comorbilidades más frecuentes fueron la hipertensión (48,3%) y la diabetes (26,2%). Por último, la mediana la estancia hospitalaria fue de 11 días.