Entrevista
«En la obesidad el diagnóstico personalizado resulta clave para solucionar el problema»
Clotilde Vázquez es jefa del Departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Infanta Elena, Rey Juan Carlos y General de Villalba de Madrid
1. Con la llegada de septiembre muchas personas se plantean perder los kilos de más acumulados en vacaciones. ¿Es un desacierto ponerse a dieta sin control médico?
Siempre es un error pensar en quitarse kilos con los métodos más de moda o con más marketing del momento. Obviamente, hay que distinguir entre uno o dos kilos, que en una persona joven se pueden perder con aumentar el ejercicio físico y disminuir un poco las cantidades de ingesta, y el caso de una persona con tendencia a engordar, que va cogiendo y perdiendo peso, y ha acumulado dos o tres kilos de grasa en verano.
2. ¿Cómo debería lograrse esa pérdida de kilos de forma saludable?
Este último caso, que es muy frecuente –más en mujeres que en hombres, pero se da en toda la población–, puede empeorar mucho si las cosas no se hacen bien. En verano podemos haber hecho un cierto abuso del alcohol, haber consumido más de bufé, más platos preparados, más helados, que son una fuente calórica muy importante… Así que «sanear» la alimentación en septiembre significa reducir o suspender del todo el alcohol, aumentar la ingesta de frutas, verduras, hortalizas y legumbres, y eliminar todos los alimentos procesados y las bebidas azucaradas. Además, hay que hacer actividad física tres veces por semana y añadir alguna rutina de ejercicios de fuerza. Si con eso no se pierde grasa, es aconsejable acudir a un especialista porque, de lo contrario, entraremos en el fenómeno yo-yo, en el que se empiezan por dos o tres kilos arriba o abajo y se acaba ganando cada vez más grasa y teniendo un verdadero trastorno metabólico que lleve a más obesidad.
3. ¿Y qué hay que hacer para lograr que se mantenga esa pérdida de peso?
Si se ha perdido solo grasa y se ha mejorado el músculo en cantidad y funcionalidad, normalmente se mantiene muy bien la pérdida de peso, porque aumenta el metabolismo basal. En todo caso, si la tendencia a recuperar el peso es muy grande, debemos realizar actividad física un poco más fuerte y ejercicios de fuerza esas tres veces semanales, sin buscar seguir perdiendo, sino mantener la grasa eliminada. Además, con esa estrategia, aunque no se pierda peso de báscula, la salud y la figura mejoran mucho.
4. España tiene unos índices de obesidad muy elevados a pesar de nuestra mítica dieta mediterránea. ¿Qué es lo que hacemos mal?
En España hay un índice de obesidad infantil importante, en adultos también, e incluso de sobrepeso que, a veces, aunque sean pocos kilos, son de grasa y metabólicamente perjudiciales. Hay muchas cosas que se hacen mal, pero sin ninguna duda las dos principales son el sedentarismo y el exceso de ingesta. Con respecto al primero, hay que aumentar las horas que no estamos sentados. Teletrabajamos, nos movemos en coche… hay que intentar revertir eso, las ciudades deben volver a ser caminadas. Para ello, hay que tomar medidas de estrategias políticas, pero también decisiones individuales. En cuanto a la segunda, ingerimos en exceso sobre todo comida rica en grasa y calorías y pobre en nutrientes (snacks procesados, golosinas, helados, etc.), así como bebidas azucaradas. Nos falta nutrición y no sobran calorías. Dieta mediterránea, sin procesados, y actividad física para todos; no hay otra opción para recuperar la salud global.
5. ¿Qué consecuencias para la salud tiene la obesidad y la acumulación de grasa, aunque estemos delgados?
Está demostrado que el exceso de grasa aumenta la mortalidad por todas las causas, así como la incidencia de diabetes, hígado graso, apnea del sueño, depresiones, osteoartritis y algunos tipos de cáncer.
6. ¿Qué es el abordaje personalizado de la obesidad?
Comienza siempre por un diagnóstico personalizado. El exceso de grasa, sea cual sea su grado, es una enfermedad a la que se llega por múltiples causas. La fase diagnóstica es crucial para descubrir qué factor o factores llevan a una persona a un exceso de acúmulo de grasa. No es tan sencillo como comer poco o mucho; resulta muchísimo más complejo: intervienen factores emocionales, exceso de apetito, ausencia de saciedad, factores genéticos, estrés, fármacos, situación hormonal, alteraciones de la microbiota intestinal, falta de actividad física… Una vez diagnosticada la situación y las causas, se personaliza el tratamiento.
7. ¿Qué papel juegan los psicólogos? ¿No controlar las emociones engorda y aumenta la ingesta de calorías?
Las situaciones emocionales, tanto el estrés como la ansiedad y/o la depresión, influyen muchísimo, ya que en esos casos el organismo sintetiza hormonas y neurotransmisores que favorecen el apetito y el acúmulo de grasa. Las técnicas de relax como el mindfulness ayudan mucho, pero la atención psicológica es muy importante.
8. ¿Qué novedades existen actualmente para frenar la obesidad desde la consulta?
Tenemos más instrumentos técnicos que nos ayudan, junto con la historia clínica, a realizar un buen diagnóstico: un análisis preciso de la composición corporal, nutri-genética, análisis de la microbiota si es necesario, y sobre todo el estudio calorimétrico, con tasa de oxidación de grasa y función mitocondrial; nuestras aplicaciones para móvil que permiten seguir una dieta equilibrada, ajustada a la prescripción, y al mismo tiempo con libertad; otras que estamos elaborando para la realización de actividad física… Por último, generaciones nuevas de fármacos muy seguros nos están ayudando mucho en los casos en los que se requieren.
9. ¿Seremos capaces de frenar la epidemia de la obesidad en los próximos años o lo ve como un reto difícil de lograr a corto plazo?
Es difícil, dado nuestro estilo de vida, en el que casi todo va en contra: cada vez hay más elementos automatizados en nuestra cotidianidad, más comida procesada y menos tiempo para comer… Pero es muy importante intentarlo.
10. ¿Considera que se infravalora la obesidad? ¿Sería necesario invertir más recursos sanitarios para frenar este problema de salud?
Sí y no. No está infravalorada en el sentido de que se habla mucho de obesidad a muchos niveles, se resalta su importancia y su asociación con enfermedades, nunca se ha hablado tanto de dietas, tipos de estrategias, etc., y hay un marketing y un ruido mediático muy fuerte. Pero estrategias de verdad, estructuradas, institucionales y con suficientes recursos, no hay. Por otro lado, al no ser considerada una enfermedad, ninguna medida sanitaria, incluidos los fármacos, está financiada ni pagada por las compañías aseguradoras. En ese sentido, sí está muy infravalorada.
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