Covid-19

¿Por qué la tercera dosis es importante si no se ha contagiado?

►Los anticuerpos generados por el tercer pinchazo continúan presentes a los cuatro meses. Además, la protección que otorga el refuerzo de la inyección frente a Delta es del 86% y del 50% contra Ómicron

Clientes tomando una consumición en una terraza en Madrid
Clientes tomando una consumición en una terraza en MadridCristina BejaranoLa Razón

Si usted se ha contagiado de covid, pero la mayoría de las personas a las que vio los días previos no, puede que sea por puro azar, por genética o porque no recibió la dosis de refuerzo. Y es que, aunque muchos adultos restan importancia al tercer pinchazo, «los anticuerpos generados por la dosis de refuerzo pueden hacer que neutralicen y bloqueen la entrada del virus en el organismo», explica el doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), que recuerda que «el tercer pinchazo es importante para población vulnerable y con patologías y en el caso de Ómicron también para el resto de adultos. Eso sí, si ha pasado la enfermedad ya tendría este refuerzo, y no necesitaría un tercer pinchazo. De hecho, tendría una respuesta inmunitaria más potente que con las vacunas, lo que no quiere decir que haya que contagiarse».

Los datos así lo avalan: dos dosis de la vacuna protegen hasta un 50% de ser hospitalizado en caso de contagiarse por Ómicron, mientras que una tercera eleva esa protección hasta el 90%, según la Agencia Europea del Medicamento y la Comisión Europea. Además, reduce el riesgo de contagio incluso por Ómicron (tasas de 149 contagios entre quienes recibieron tres dosis y de 255 entre los que tenían dos), según un estudio del CDC.

Esta semana tres estudios ahondan en esta línea. Así, una investigación liderada por el departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la University of Texas Medical Branch, en colaboración con Pfizer y BioNTech, concluye que los anticuerpos generados por la tercera dosis de la vacuna contra Ómicron se mantienen al menos durante cuatro meses. Para ello, este estudio in vitro utilizó un virus recombinante de la nueva variante, «una técnica con la que se trabaja mucho, ya que permite intercambiar el gen que produce la proteína Spike. Para estudios sobre la potencia de anticuerpos es igual de válida esta técnica que si lo estudiaran con el virus en personas», explica el virólogo Estanislao Nistal, profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo.

Los datos sugieren una leve caída con el paso de los meses, pero sigue siendo relativamente estable a los cuatro meses de la inyección. En concreto, los investigadores concluyeron que al mes del tercer pinchazo, los anticuerpos aumentaron y a los cuatro meses si bien disminuyeron, pero no como para no poder luchar de forma robusta contra Ómicron. Los hallazgos de este preprint que aún no ha sido revisado por pares respaldan una estrategia de vacunación de tres dosis y brindan el primer vistazo de la durabilidad de la neutralización contra Ómicron. Queda si bien por determinar qué sucede más allá de los cuatro meses.

Otro estudio realizado por investigadores del Weill Cornell Medical College, de la Universidad de Cornell de Doha, que falta por ser revisado por pares, profundiza también sobre la importancia de la tercera dosis frente a Ómicron, descartando aquello de que la de refuerzo no reduce las infecciones sintomáticas. Para ello se comparó la protección que brindan las dosis de refuerzo de las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna frente a dos dosis durante la gran ola de Ómicron en Qatar.

Los datos hablan por sí solos: el tercer pinchazo con la vacuna BNT162b2 (la de Pfizer) se asoció con una reducción del 86 % en la incidencia de infección sintomática para la variante Delta y una disminución del 50% para la variante Ómicron. En el caso de la vacuna de refuerzo ARNm-1273 (la de Moderna), la reducción en la incidencia de Ómicron también fue similar al 51%. A su vez, hubo menos casos de Covid-19 grave en las cohortes de dosis de refuerzo que en las de dos dosis, lo que concuerda con una fuerte protección contra la hospitalización y la muerte del tercer pinchazo. Pero los casos de Covid-19 grave fueron raros tanto en la dosis de refuerzo como en la de la serie primaria. Esto afirma la durabilidad de una protección considerable de la vacuna contra la hospitalización y la muerte durante varios meses.

Memoria inmunológica

Por último, un equipo de científicos del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI) ha descubierto que las vacunas actuales (con dos dosis) enseñan al organismo a producir células T eficaces en la lucha contra diferentes variables, desde Alfa hasta Ómicron. Es decir, la vacunación, ya sea con Pfizer-BioNTech, Moderna, J&J/Janssen o Novavax, induce la memoria inmunológica incluso seis meses después de recibir el suero.

Eso no quiere decir que uno no se pueda contagiar pese a estar totalmente vacunado, sino que explica por qué la mayoría de personas que se contagian pasan la covid de forma asintomática o leve, y es porque los sueros analizados incitan al cuerpo a producir células T efectivas y duraderas contra el SARS-CoV-2 capaces de reconocer las variantes preocupantes del virus. «Estas células no evitarán que te infectes, pero en muchos casos es probable que eviten que te enfermes gravemente», explica en un comunicado de la LJI el profesor Shane Crotty.

El estudio publicado en la revista científica «Cell», y este sí revisado por pares, muestra también que las personas vacunadas con dos dosis tienen menos células B de memoria y anticuerpos neutralizantes contra la variante Ómicron. «Esto está en la misma línea que observaciones previas de que los niveles de anticuerpos neutralizantes contra Ómicron son generalmente bajos después de dos dosis de la vacuna ARN-1273 (Moderna) o BNT162b2 (Pfizer). Sin embargo, la presencia de anticuerpos neutralizantes de Ómicron aumenta rápidamente después de una tercera inmunización, muy probablemente debido a la presencia de células B de memoria que reconocieron a Ómicron, como se observa aquí», recoge el estudio.

Y es que sin suficientes anticuerpos neutralizantes, es más probable que la citada variante provoque una infección avanzada, ya que menos células B de memoria significa que el cuerpo será más lento para producir anticuerpos neutralizantes adicionales para combatir el virus.

«Nuestro estudio reveló que las 15 mutaciones presentes en Ómicron pueden reducir considerablemente la capacidad de unión de las células B de memoria, en comparación con otras variantes del SARS-CoV-2 como Alfa, Beta y Delta», afirma Camila Coelho, investigadora biomédica de la LJI y coautora del estudio.

La buena noticia, concluyen los investigadores, «es que los anticuerpos neutralizantes y las células B de memoria son solo dos brazos de la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo. En una persona expuesta al SARS-CoV-2, las células T no previenen la infección. En cambio, se encargan de patrullar y destruir células que ya están infectadas, lo que evita que un virus se multiplique y cause una enfermedad grave».

«Cuando te vacunan o te infectas mejoras no solo la capacidad de los anticuerpos de neutralizar el virus, sino que también refuerzas la inmunidad celular», explica el virólogo Nistal, que recuerda que las armas que tenemos para minimizar el impacto del virus son la inmunidad innata, la humoral (anticuerpos específicos) y la inmunidad celular (células T).

De ahí que para cuando llegue el momento de la cuarta dosis el presidente de la SEI considere que primero se debería ver «el nivel de anticuerpos, la respuesta celular y la evolución de la pandemia, y hacer un estudio de inmunidad únicamente a la población más vulnerable, con patologías crónicas o inmunodeprimidas para determinar de este modo si necesitan un re-estímulo».