Los datos de España
Tabaco y prevención, retos en la epidemiología
Los expertos consideran que el aumento de casos de cáncer de pulmón supone «otra pandemia»
Los casos de cáncer aumentarán ligeramente este año, según los datos del informe «Las cifras del cáncer en España 2022», que ha publicado esta semana la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Los de mama, próstata, colorrectal y pulmón son los más frecuentes. El de pulmón es el que, año tras año, origina la mayor mortalidad por cáncer en España, recalca Alberto Ruano, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). «Esta es, quizá, la otra pandemia. Y es silenciosa. Ha habido avances en cáncer de pulmón, pero tiene una supervivencia baja para ser tan frecuente: en torno del 20% de los casos siguen vivos a los cinco años del diagnóstico. Es muy diferente al de mama, con una supervivencia al mismo plazo que ronda el 85-90%, por lo que las pacientes muy probablemente morirán por otra causa. En cambio, la incidencia y la mortalidad en pulmón son muy similares y los pacientes sí fallecerán por ello. Para que nos hagamos una idea, el cáncer de pulmón tuvo en 2020 en España las mismas muertes que la suma de cánceres de mama, próstata y colon. Y aumentan, cada vez más, los casos en mujeres», recuerda.
Isabel Portillo, médico especialista en Medicina Preventiva y salud pública y coordinadora del grupo de cribado de la SEE, subraya que falla la prevención, «que es lo más coste-efectivo». Enriqueta Felip, presidenta de SEOM, indica que el 30% de los cánceres de pulmón se atribuyen al tabaco «y, aun así, el 20% de la población sigue fumando a diario. Hay que seguir haciendo esfuerzos en prevención, impulsar programas de investigación y, en cuanto al tabaco, aumentar los impuestos y las prohibiciones en algunas zonas específicas.
Respecto a los cribados, Portillo señala que, en España, «apenas se ha llegado al 60% en cáncer de colon, un aspecto preocupante porque debería ofrecerse a toda la población de 50 a 69 años. Se sabe que los cribados reducen la mortalidad entre un 20-40%. A pesar de esto, en algunas comunidades no se llega a un 45% de participación cuando lo deseable es, al menos, del 60%. Además, los hombres lo hacen menos, cuando tienen el doble de probabilidad de sufrirlo. Los motivos todavía se ignoran.
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