«Con la pandemia se ha llegado al cénit de los bulos en información sanitaria»

Cariotipo cumple 25 años en el mundo de la comunicación sanitaria. ¿Cuál ha sido el secreto para mantenerse en lo más alto?

Carmen Mateo (C.M.): Llegamos aquí con la ilusión del primer día pero con la fuerza de la experiencia. Hemos recorrido este camino intentando contar con los mejores profesionales. El reto diario es intentar ser los mejores para ofrecer a los clientes la ayuda que necesitan. Y, sobre todo, no rendirnos nunca, estar atentos a sus necesidades, estudiar bien el caso, y trabajo, trabajo y más trabajo.

Fueron pioneros en la actividad de lobby en España...

C. M.: Así es. Cariotipo inicia su camino como consultora de comunicación, pero enseguida empieza a incluir servicios de lobby. En aquellos momentos la brecha entre el decisor político y la empresa era enorme. Nuestros clientes necesitaban ese servicio y supimos desarrollar el conocimiento para dar un servicio profesional, con transparencia y rigor.

¿Cómo se logra hacer esta labor tan compleja de forma exitosa?

C. M.: El lobby es una actividad complicada donde la estrategia, la inteligencia y la información son claves. En el sector salud la cuestión se complica más, pues el decisor con quien tienes que negociar es regulador –fija el precio de tus productos– y tu principal cliente. Además, cualquier cuestión relacionada con salud tiene unas implicaciones sociales que debes tener en cuenta.

Son una empresa familiar. ¿Qué aporta eso en positivo?

Pepe Fernández-Rúa (P. F-R.): Somos una empresa familiar porque parte de la segunda generación hemos asumido el reto de adaptar Cariotipo a las nuevas necesidades del mercado. Nuestros clientes valoran mucho esto al unir experiencia y memoria a nuevas formas de gestión e incorporación de tecnología. No obstante, tanto mi hermano como yo llevamos ya cerca de 12 años preparándonos y trabajando dentro de la compañía para que hoy sea posible asumir estos retos.

Jorge Fernández-Rúa (J. F-R): Hay dos cosas más: la continuidad, pues Cariotipo es un proyecto a largo plazo y ya no está sujeto a la permanencia de una persona; y la confidencialidad que guardamos con los clientes, sin renunciar a los principios de transparencia con los que estamos comprometidos.

¿Cómo han hecho el relevo generacional?

J. F-R.: Ha sido un gran reto. Por muchos consejos que te den, cada familia empresaria debe encontrar su camino. En una empresa familiar, la familia y la empresa tienen una unión íntima, lo que afecta a una repercute en la otra. Tuvimos claro lo importante que Cariotipo era para nuestra familia. Por eso todos trabajamos para que cada día sea más fuerte y de prestigio.

P. F-R.: Nos ha exigido a todos grandes dosis de generosidad y paciencia para hacer un proyecto al que cada uno podamos aportar lo mejor de nosotros mismos y que, al mismo tiempo, sirva de unión a la familia.

¿La pandemia ha reforzado la comunicación sanitaria o el exigente volumen de trabajo de estos meses la ha debilitado?

P. F-R.: En los dos últimos años la salud ha ocupado espacios que estaban destinados a la política, los deportes…. También es verdad que con la pandemia se ha llegado al cénit de los bulos, pues nunca antes se habían registrado tantas noticias falsas a nivel global.

J. F-R.: La sociedad venía demandando información sobre salud y calidad de vida desde hacía años, pero los medios siguen con sus estructuras tradicionales. Son muy pocos los que, como La Razón, mantienen un suplemento especializado en el tema.

¿Qué retos tienen por delante?

C. M.: Seguir siendo referentes en salud, tanto en lobby como en comunicación, y aprovechar nuestra trayectoria para diferenciarnos de los competidores con un trabajo exigente y riguroso que marque la diferencia y obtenga la confianza del sector.