Moderna no es solo covid, es una alternativa para la vida de las personas

Nadie tiene dudas de que la pandemia por la Covid-19 ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos. Hemos adquirido nuevas rutinas y hábitos dejando a un lado lo que nos parecía cotidiano y moviéndonos hacia una transformación que parece haber llegado para quedarse.

Algo muy similar a esto es lo que ha ocurrido con la industria farmacéutica. Y es que, el cambio de paradigma de este sector por todo lo acontecido no ha dejado indiferente a nadie, tampoco a las compañías que han convertido sus innovaciones en elementos clave para combatir las peores consecuencias de la pandemia a nivel global.

Este es el caso concreto de la biotecnológica Moderna, una compañía desconocida para muchos antes de la pandemia, pero, ahora, una de las grandes protagonistas de la actualidad por la comercialización de su vacuna de la Covid-19 y por los grandes avances que prevén gracias a su plataforma y tecnología basadas en el de ARN mensajero (ARNm).

Juan Carlos Gil, director general de Moderna para España y Portugal, sabe por su amplia experiencia en el ámbito de las vacunas, que aún existe un cierto desconocimiento general en torno a su desarrollo. «Una vacuna puede tardar una media de ocho o diez años en desarrollarse y el mismo tiempo en estar aprobada y disponible para la población. Pero la tecnología ARNm supone un salto tecnológico impresionante, que nos permite crear vacunas de forma rápida y precisa. No obstante, es importante recordar que las vacunas son productos diferentes a los medicamentos. Las vacunas se administran sobre personas sanas y lo deseable es que no haya efectos secundarios o sean mínimos, por lo que se exige un nivel de seguridad y de eficacia muy altos antes de ser aprobadas, una vacuna por debajo del 90% de eficacia es cuestionada», explica.

La tecnología de ARNm de Moderna consigue facilitar a las células la información para que ellas mismas sean las que fabriquen la proteína viral para que sea el propio organismo el que genere una respuesta inmune frente al patógeno, es decir, cuando el virus intente atacar a nuestro cuerpo, este será capaz de defenderse porque, anteriormente, ya hemos generado una respuesta inmune contra ese antígeno.

Desde hace más de una década Moderna trabaja en la investigación y producción de diferentes medicamentos a través de su plataforma de ARNm. Es esta misma tecnología y su amplio conocimiento lo que les está permitiendo una gran flexibilidad y agilidad a la hora de crear y ofrecer soluciones eficaces en tiempo récord para luchar, ahora y en un futuro, contra enfermedades que actualmente no tienen ninguna opción terapéutica. Al igual que les ha permitido adaptar la vacuna actual frente a la Covid-19 para incorporar la variante ómicron muy rápidamente.

De hecho, la compañía ha comunicado recientemente nuevos datos clínicos sobre su vacuna bivalente como dosis de refuerzo diseñada frente a la variante Ómicron. Concretamente, esta vacuna, la ARNm-1273.214, ha demostrado, en un estudio de fase 2/3, un aumento de más de cinco veces en los anticuerpos neutralizantes contra las subvariantes BA.4 y BA.5 en todos los participantes, independientemente de la infección previa, y en más de seis veces en el subconjunto de participantes seronegativos. Se espera que esta vacuna bivalente esté disponible en otoño.

«Moderna es más que la vacuna frente a la Covid-19, es innovación, medicina personalizada y una alternativa real para mejorar la vida de las personas. La vacuna de la Covid ha sido nuestra ventana al mundo, nos ha ofrecido la oportunidad de mostrar nuestros resultados y lo que hay detrás de nuestras investigaciones, las que tenemos en marcha y las que están por llegar», comenta Gil.

En la actualidad, la compañía está desarrollando una cartera de vacunas de primera clase contra algunos de los virus para los que todavía no existe ninguna vacuna aprobada, como el citomegalovirus (CMV), el virus de Epstein-Barr (EBV) y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), entre otros. Estas investigaciones forman parte de un ambicioso proyecto global de con el que pretenden tener, de cara a 2025, más de 15 patógenos en fase de ensayo clínico, todos ellos señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como virus de mayor gravedad para la Salud Pública y para la población. De igual manera, se espera también el desarrollo de una vacuna panrespiratoria, otra a la que se añada el virus respiratorio sincitial y nuevas opciones para otros virus latentes, para las enfermedades raras, las autoinmunes e, incluso, para la vacuna contra el cáncer.

Una clara apuesta en España

España se ha convertido en un mercado clave para el crecimiento y la evolución de Moderna a nivel mundial. Según ha señalado Juan Carlos Gil, «nuestro país es uno de los territorios, junto con Estados Unidos, donde más se está invirtiendo por su acceso al talento, la calidad de las infraestructuras, así como la inversión destinada a la ciencia y la innovación. Tenemos una importante inversión a través de nuestra colaboración con Rovi para la fabricación de las vacunas ARNm de Moderna y, a día de hoy, estamos distribuyendo nuestra vacuna desde España a más de 60 países en todo el mundo».

Moderna lleva dos años trabajando mano a mano con Laboratorios Rovi y han firmado un acuerdo a 10 años para la fabricación de sus vacunas ARNm contra la Covid-19 y otras que están en fase de desarrollo, ya que, en la misma planta de producción de Rovi, con la misma tecnología ARNm y el mismo equipo, se pueden producir diferentes vacunas para distintas patologías.

En este sentido, y tras el encuentro celebrado recientemente entre el vicepresidente y responsable para Europa, Oriente Medio y África de Moderna, Dan Staner, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la biotecnológica anunciaba, además de la continuidad de su cooperación con Rovi, una inversión de alrededor de 500 millones de euros en nuestro país para comenzar la construcción de un laboratorio de pruebas de calidad para vacunas de ARNm en la Comunidad de Madrid y reforzar así, su capacidad de producción.