Alimentación
Dietas excluyentes, una moda peligrosa y sin apoyo médico
El 61% de los casos en los que se evita la lactosa y el 72% en los que se elimina el gluten no estarían justificados científicamente
Durante los últimos años el gluten y la lactosahan adquirido lafama de nutrientes poco saludablesy muchas personas han decidido eliminarlos de su dieta. Estas prácticas -que derivan de una preocupación cada vez mayor por el bienestar, el autocuidado y la calidad de la alimentación-, sin embargo, poco tendrían que ver con la salud, tal y como recoge un informe realizado por la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND) y la Fundación Mapfre presentado hoy.
Concretamente, la dieta sin lactosa, el tipo de régimen de exclusión más seguidapor la población española, no estaría justificada desde un punto de vista científico en un 61% de los casos. Así, se estima que un 25% de los españoles lleva una alimentación libre de lactosa y el 64% extiende este hábito a su núcleo familiar. Algo parecido sucede con el gluten: un 8% de los declara eliminarlo de su dieta -de los que el 70% la hace extensiva a sus familias-, sin embargo, esto no tendría justificación científica para el 72% de los casos.
Para llevar a cabo este estudio, denominado “Tendencia de exclusión alimentaria en la población española”, se han realizado 3.150 encuestas encaminadas a averiguar la motivación y el objetivo de las exclusiones alimentarias, si el cambio en el patrón dietético está justificado desde elpunto de vista científicoy, en caso contrario, si entraña un riesgo para la salud humana.
“Hay que recordar que, ante la sospecha de enfermedad o síntomao ante cualquier duda de que un alimento nos pueda estar sentando mal, se debeacudir almédico, que realizará, tanto una valoración clínica, como las pruebas complementarias necesariaspara establecer el diagnóstico adecuado y en caso de precisar un tratamiento dietético individualizado, contactar con un dietista-nutricionista o un médico especialista en endocrino y nutrición”, afirma Giuseppe Russolillo, presidente de la AEND.
En él también se revela la posible relación entre quienes siguen dietas libres de gluten y lactosa. Un 79% de los que evitan el primero, excluyen también la segunda y el 56% de quienes adoptan una dieta sin lactosa, hacen lo propio con el gluten.
Riesgos de hacerlas sin asesoramiento
Otras dietas de exclusión presentes en los hábitos de los españoles son la flexitariana (7%), caracterizada por una baja ingesta de carnes, pero que prioriza la blanca y magra; la vegetariana (4%), que excluye carnes y pescados, pero puede permitir lácteos y huevos, y la vegana (0,8%) que no admite ningún alimento de origen animal. Este tipo de patrones dietéticos, en ocasiones, responden no solo a cuestiones de salud sino también a convicciones personales y/o a un estilo de vida determinado.
Las personas sanas necesitan una dieta equilibrada que contenga los nutrientes indispensables para el correcto funcionamiento del organismo y prevenir las enfermedades asociadas a los hábitos dietéticos. Por lo tanto, las exclusiones alimentarias deben decidirse e implementarse bajo la supervisión de un profesional sanitario, puesto que pueden implicar una serie de riesgos para la salud:
Dieta vegetariana y vegana: la deficiencia de la vitamina B12 podría causar problemas leves o moderados como cansancio, debilidad, o mala memoria, o derivar en problemas más graves como la anemia megaloblástica, problemas neurológicos, depresión, o demencia. Por lo tanto, quienes la practiquen deberían suplementarse vitamina B12 y recibir el adecuado consejo dietético nutricional para evitar otras deficiencias.
Dieta sin gluten o baja en gluten: realizarla sin el diagnóstico y el seguimiento diagnosticado adecuados, podría conllevar una menor ingesta de fibra, vitaminas D, B12 y folatos, así como de hierro, zinc, magnesio y calcio, y un mayor consumo de grasas saturadas y parcialmente hidrogenadas.
Dieta sin lactosa: seguirla sin un diagnóstico de intolerancia total o parcial podría incrementar el riesgo de ingesta inadecuada de calcio, impactando negativamente en la salud general y, de modo particular, en la salud ósea (aumento del riesgo de osteoporosis a medio plazo y de fracturas óseas a largo plazo).
¿Cuáles son los motivos de exclusión?
Cuando se pregunta a los encuestados qué razones los han llevado a excluir determinados alimentos, nutrientes e ingredientes, hasta un 40% reconoce que ha sido unadecisión auto prescrita, derivada de una reflexión personal. Si el motivo es por un problema de salud, el 32% ha acudido a un médico de familia o general, seguido de otros profesionales sanitarios como médico especialista (18%) o dietista-nutricionista (17%). Por su parte, la influencia de la familia representa un 17% y los medios de comunicación tienen también un peso importante (37%).
En general, la preocupación por eliminar de la dieta los alimentos considerados como menos beneficiosos para la salud afecta mayoritariamente a las mujeres y la población de mediana edad, quienes, en general, están más concienciados con el cuidado de su alimentación y estado físico.
“Preocuparse por la salud y tratar de modificar aspectos relacionados con el estilo de vida, como la nutrición, es un aspecto positivo, pero si dicho cambio viene motivado por la sospecha de padecer una enfermedad, alergia o intolerancia a algún alimento, el diagnóstico debe ser siempre realizado por un médico. No deben eliminarse nutrientes o hacerse dietas de exclusión tales como la sin gluten o sin lactosa, basados en un autodiagnóstico y sin el correcto asesoramiento y seguimiento”, subraya Eva Arranz, médico de Fundación Mapfre.
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