Secuelas

La covid provoca una respuesta inflamatoria en el cerebro similar al párkinson

Las secuelas neurológicas aparecen en uno de cada tres pacientes que pasan la enfermedad de forma grave y nuevos estudios lo evidencian

Nuestro cerebro utiliza algunos "atajos" para filtrar información de utilidad | Fuente: Dreamstime
Nuestro cerebro utiliza algunos "atajos" para filtrar información de utilidad | Fuente: DreamstimeDreamstimeDreamstime

La comunidad científica ha demostrado, con creces, que el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, es mucho más que un simple virus respiratorio, aunque las secuelas que puede dejar a largo plazo en el organismo todavía son una gran incógnita, sobre todo cuando se trata de consecuencias invisibles que darán la cara años después. Es lo que ocurre precisamente con el párkinson, ya que la Covid-19 provoca la misma respuesta inflamatoria en el cerebro que la enfermedad de Parkinson, según han observado investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) y que han publicado en la revista científica «Molecular Psychiatry».

«Estudiamos el efecto del virus en las células inmunitarias del cerebro, la ‘microglía’, que son las células clave involucradas en la progresión de enfermedades cerebrales como el párkinson y el alzhéimer, para lo cual cultivamos microglía humana en el laboratorio e infectó las células con SARS-CoV-2, observando que las células efectivamente se ‘enojaron’, activando la misma vía que las proteínas del Parkinson y el Alzheimer pueden activar en la enfermedad, los inflamasomas», han explicado los expertos.

De hecho, los investigadores encontraron que la proteína de pico del virus fue suficiente para iniciar el proceso y se exacerbó aún más cuando ya había proteínas en el cerebro relacionadas con el párkinson. «Entonces, si alguien ya está predispuesto a la enfermedad de Parkinson, tener la Covid-19 podría ser como verter más combustible en ese ‘fuego’ en el cerebro», han enfatizado los investigadores.

En esta línea, un equipo de investigadores del Van Andel Institute y la Universidad de Colorado de Estados Unidos, publicó hace meses un trabajo en la revista «Trends in Neurosciences» en el que advertían de que la infección por Covid-19 puede desencadenar párkinson. «Cada vez hay más evidencia de que los efectos secundarios del nuevo coronavirus, como la inflamación y el daño al sistema vascular, podrían sentar las bases para el desarrollo de la Enfermedad de Parkinson a largo plazo», asegura Patrik Brundin, autor principal del trabajo, quien recuerda que «la virulencia y el potencial patogénico del SARS-CoV-2 continúa sorprendiéndonos y hemos visto que algunos pacientes pueden desarrollar manifestaciones neurológicas graves a pesar de los síntomas respiratorios leves».

Pero, ¿hasta qué punto puede haber una vinculación entre el nuevo coronavirus y el párkinson? La respuesta aún no está clara, «ya que como posibilidad podría ser viable, pero todavía no hay ninguna evidencia para poder confirmar algo así», advierte Diego Santos, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN), quien reconoce que «en el contexto de la pandemia hemos visto a pacientes hospitalizados a veces con complicaciones neurológicas graves, personas con cuadros de agitación psicomotriz muy importante, con disfunción cognitiva incluso cuando las pruebas complementarias, como estudios de resonancia magnética y punción lumbar, eran normales».

Por otro lado, los investigadores australianos administraron una clase de fármacos inhibidores desarrollados por UQ que actualmente se encuentran en ensayos clínicos con pacientes de párkinson. De esta forma, descubrieron que bloqueó con éxito la vía inflamatoria activada por Covid-19, esencialmente apagando el fuego. «El fármaco redujo la inflamación tanto en ratones infectados con Covid-19 como en las células de microglía de humanos, lo que sugiere un posible enfoque de tratamiento para prevenir la neurodegeneración en el futuro», han zanjado.

Mientras tanto, la hipotética explicación que podría justificar el vínculo entre la Covid-19 y la segunda patología neurodegenerativa más frecuente pasa por la infección y la inflamación derivada de la misma. «Los estudios más generales que se han realizado hasta el momento son controvertidos porque no hay datos concluyentes, pero sí es cierto que existen trabajos previos realizados a lo largo de los últimos años que han puesto en relación el desarrollo del párkinson con el hecho de tener infecciones víricas, mientras que hay otros trabajos que dicen que pacientes con párkinson tienen más facilidad para contraer infecciones víricas o que puede haber una determinada flora intestinal que favorece el desarrollo de esta patología neurodegenerativa. En cualquier caso, son líneas de investigación», apunta María Cruz Rodríguez-Oroz, directora del Departamento de Neurología y del Programa de Neurociencias del CIMA de la Universidad de Navarra.