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Alimentación saludable

Soy experto en salud y este es el recipiente con el que no debes cocinar en la freidora de aire

Elegir bien el recipiente es casi tan importante como elegir bien los ingredientes

Freidora de aire istock

La revolución de la freidora de aire ha llegado para quedarse. En cada vez más cocinas, este práctico electrodoméstico se ha convertido en un imprescindible para quienes buscan una alternativa más saludable y cómoda a la fritura tradicional. Sin embargo, a medida que su popularidad crece, también lo hace la necesidad de usarla correctamente. Un experto en salud y seguridad alimentaria ha lanzado una advertencia clara: hay ciertos recipientes que jamás deberían utilizarse en una air fryer.

La gran ventaja de las freidoras de aire es que permiten preparar alimentos crujientes y sabrosos sin apenas aceite. Pero este beneficio puede volverse en contra si no elegimos bien los materiales con los que cocinamos. Uno de los errores más comunes es pensar que cualquier recipiente sirve. Y no, ni todos los moldes ni el omnipresente papel de aluminio son adecuados.

“Cocinar en una freidora de aire requiere entender cómo funciona: el aire caliente circula rápidamente dentro del recipiente y cualquier obstrucción puede alterar la cocción o, peor aún, generar un riesgo para la salud”, explica el especialista.

El gran error: usar papel de aluminio

Aunque muchas personas recurren al papel de aluminio por costumbre o comodidad, en el caso de las freidoras de aire este material no siempre es seguro. ¿La razón? Puede bloquear el flujo de aire, impidiendo que los alimentos se cocinen de forma uniforme. Además, si no se coloca correctamente, puede entrar en contacto con la resistencia o desprender partículas que terminan en la comida.

Pero aún más preocupante es que el papel de aluminio puede reaccionar con alimentos ácidos (como el tomate o el limón) y liberar sustancias que no son nada beneficiosas para el organismo.

Los peores materiales: no te la juegues

Más allá del aluminio, hay otros materiales que definitivamente no deberían pisar una freidora de aire:

  • Envases de plástico, incluso aquellos que dicen ser aptos para microondas. A temperaturas altas, pueden deformarse, derretirse y liberar sustancias tóxicas.
  • Poliestireno (el típico corcho blanco de algunos envases de comida para llevar). No soporta el calor y puede liberar gases peligrosos.
  • Cartón, papel o madera, incluidos platos desechables o moldes de magdalenas. Todos ellos son materiales inflamables que podrían arder dentro del aparato.
  • Moldes con asas de plástico o detalles no resistentes al calor, que pueden deteriorarse rápidamente o dañar la freidora.

Entonces, ¿qué recipiente es el más adecuado?

La recomendación de los expertos es clara: apostar por materiales que resistan altas temperaturas (más de 200 °C), sean seguros para el contacto con alimentos y no alteren su sabor, olor o color. Entre las mejores opciones se encuentran:

  • Silicona de grado alimentario y alta resistencia: es antiadherente, reutilizable, fácil de limpiar y no se deforma con el calor. Ideal para una cocción segura y práctica.
  • Acero inoxidable: duradero, resistente y perfecto para mantener la temperatura uniforme.
  • Papel pergamino antiadherente (papel de horno): una opción desechable y segura, siempre que no bloquee el flujo de aire.

Un detalle que puede salvar tu freidora y tu salud

No se trata sólo de cuidar los alimentos, también de alargar la vida útil de tu electrodoméstico. Utilizar materiales inadecuados puede dañar el sistema de ventilación o las resistencias, obligándote a reemplazar la freidora antes de tiempo.

“Elegir bien el recipiente es casi tan importante como elegir bien los ingredientes”, concluye el experto. “No sólo por salud, sino también por eficiencia y durabilidad. Cocinar de forma saludable no es sólo reducir el aceite, también es evitar que lo invisible, como los contaminantes del material, termine en tu plato”.

Así que ya lo sabes: si vas a sumarte a la ola saludable de las freidoras de aire, asegúrate de hacerlo con los materiales correctos. A veces, lo que parece una ayuda rápida, como un trozo de papel de aluminio, puede convertirse en el enemigo silencioso de tu bienestar.