Reunión de la Asociación Estadounidense del Corazón
Encuentran micronanoplásticos en placas que obstruyen las arterias del cuello
Un pequeño estudio revela que la acumulación de grasa en las carótidas puede contener 50 veces o más de estas minúsculas partículas en comparación con las arterias que no tienen placa
Los micronanoplásticos son fragmentos de plástico diminutos creados en procesos industriales o a partir de objetos de mayor tamaño que se degradan en el océano o el suelo. Su tamaño no es uniforme y son una mezcla de microplásticos y nanoplásticos. Si bien los microplásticos a veces son visibles con un tamaño inferior a 5mm (el tamaño de la goma de borrar de un lápiz), los nanoplásticos son microscópicos (invisibles a simple vista), con un diámetro inferior a 1.000 nanómetros. Esto facilita su dispersión y les permite penetrar las células y los tejidos de los organismos vivos. De hecho, los investigadores sugieren que la terminología debería cambiar gradualmente a nanoplásticos, ya que es precisamente lo que se está estudiando.
Ahora, una investigación preliminar presentada en la reunión de la Asociación Americana del Corazón -que se celebra en Baltimore desde ayer y hasta el 25 de abril-, revela que las personas con placa en los vasos sanguíneos del cuello presentan una mayor cantidad de pequeñas partículas de plástico en dichos vasos que aquellas con arterias sanas. Este aumento fue significativamente mayor en personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular, un mini accidente cerebrovascular o pérdida temporal de la visión debido a la obstrucción de los vasos sanguíneos.
“Este tipo de plásticos se encuentran comúnmente en el medio ambiente, especialmente en las islas de basura oceánica. Con el paso de los años, se descomponen, se mezclan con el suelo y el agua, y pueden acumularse en la cadena alimentaria”, afirma el autor principal del estudio, Ross Clark, cirujano vascular y científico de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque (EE UU). “Mucha gente cree que los micro y nanoplásticos provienen principalmente del uso de utensilios de plástico, tablas de cortar, envases, botellas de agua y otros artículos de plástico. Sin embargo,la fuente principal son los alimentos y el agua que comemos y bebemos”.
Antecedentes
En 2024, investigadores italianos informaron del hallazgo de micronanoplásticos en la placa de algunas personas asintomáticas sometidas a cirugía para extirpar la placa de la arteria carótida. Los síntomas causados por la acumulación de placa carotídea pueden incluir accidente cerebrovascular, mini accidente cerebrovascular o ceguera temporal. Tras un seguimiento de casi tres años tras la cirugía, las personas con micronanoplásticos en la placa carotídea presentaron una probabilidad significativamente mayor de morir o de sufrir un infarto o accidente cerebrovascular no mortal.
El estudio actual, que incluyó a menos de 50 participantes, se basó en una investigación previa realizada en Italia. Los investigadores compararon los niveles de micronanoplásticos presentes en las arterias carótidas de tres grupos: personas con arterias sanas; con placa sin síntomas; y con síntomas debido a la acumulación de placa. También compararon placas con niveles bajos y altos de plástico para evaluar los efectos de los micronanoplásticos en los marcadores de inflamación, la actividad genética de los macrófagos y las células madre que ayudan a estabilizar la placa.
El análisis encontró que la concentración de micronanoplásticos en las arterias carótidas fue 16 veces más altos (895 microgramos/gramo frente a 57 microgramos/gramo) en la placa entre personas sin síntomas en comparación con los niveles encontrados en las paredes arteriales de donantes de tejido fallecidos de edad similar sin placa; y 51 veces mayor (2.888 microgramos/gramo frente a 57 microgramos/gramo) en la placa de personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular, un mini accidente cerebrovascular o una pérdida temporal de la visión debido al bloqueo del flujo sanguíneo a la retina, en comparación con muestras de donantes de tejido fallecidos de la misma edad.
Al comparar los niveles de placa con alto y bajo contenido de plástico, el análisis encontró que no existe relación entre la cantidad de micronanoplásticos y signos de inflamación repentina; así como diferencias en la actividad genética en las células estabilizadoras de la placa y menor actividad en los genes antiinflamatorios de las células inmunes de los macrófagos de la placa.
“Estos hallazgos indican que los efectos biológicos de los micronanoplásticos en los depósitos de grasa son más complejos y matizados que la simple inflamación repentina”, afirmó Clark. En la siguiente fase de su trabajo, se centrarán en comprender mejor los efectos inmunológicos de los micronanoplásticos en las arterias obstruidas.
Por todo ellos, es fundamental estudiar el efecto de estos materiales en nuestro organismo. Sin embargo, afirmó Clark, "debemos ser cautelosos con los resultados preliminares de este estudio. No comprenderemos completamente sus efectos biológicos hasta dentro de muchos años".
El estudio presenta varias limitaciones. No puede demostrar que los micronanoplásticos presentes en la placa fueran la causa de los síntomas de la enfermedad de la arteria carótida; los micronanoplásticos podrían ser un signo de otro problema de salud que causó estos síntomas. Los investigadores no tuvieron acceso a datos que detallaran el sexo, la raza o la etnia de los donantes de tejido. Además, la cromatografía de gases por pirólisis con espectrometría de masas, utilizada para medir el plástico en muestras biológicas, podría presentar limitaciones. Esta técnica permite realizar mediciones que incluyan nanoplásticos y partículas microplásticas de mayor tamaño, y utiliza altas temperaturas para descomponer los plásticos en moléculas orgánicas más pequeñas. Sin embargo, partes de las muestras biológicas también podrían descomponerse en moléculas similares. Por ejemplo, los ácidos grasos presentes en la placa que obstruye las arterias podrían descomponerse en compuestos similares al polietileno.
Mejoramos constantemente nuestro método para reducir la cantidad de lípidos en las muestras y minimizar su impacto en los resultados. Los lípidos tienen una firma espectral muy similar en la cromatografía de gases a la de algunos polímeros plásticos (en particular, el polietileno). Puede resultar difícil distinguir entre los lípidos y el polietileno en los resultados. Por eso es tan importante eliminar los lípidos. Creemos que nuestros métodos son actualmente la mejor manera de abordar esta crítica específica. Sin embargo, nuevos descubrimientos podrían cambiar nuestra interpretación de estos datos en el futuro, afirmó Clark.
“Este es un estudio muy interesante y preocupante. Hasta la fecha, no hemos considerado la exposición a micronanopartículas de plástico como un factor de riesgo modificable de accidente cerebrovascular. Si bien es importante comprender el mecanismo que interviene en la fisiopatología de la aterosclerosis carotídea sintomática, esta asociación representa un nuevo objetivo potencial para la prevención del accidente cerebrovascular”, afirmó la Dra. Karen L. Furie, vicepresidenta voluntaria del Subcomité de Ciencias de la Salud Cerebral y Accidente Cerebrovascular de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y profesora y directora de neurología en la Facultad de Medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown. Furie no participó en este estudio.