“El aire que respiramos tiene microplásticos peligrosos que se desprenden de lo que nos rodea”, señala la directora de IDAEA
Ethel Eljarrat, directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental de Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) nos explica que estos fragmentos pueden provocar problemas metabólicos, inmunológicos, obesidad, diabetes y más.