Entrevista
«Estamos muy cerca de curar la diabetes tipo 1»
Entrevista a Douglas Melton Biólogo, codirector del Instituto de Células Madre de Harvard y premio «Abarca Prize»
Su pasión por la investigación se tornó en obsesión cuando, con seis meses, a su hijo le diagnosticaron diabetes tipo 1, una patología que también sufre su segunda hija. En esta encrucijada familiar, encontrar una cura se ha convertido en la meta de su vida laboral. Y está a un palmo de alcanzarla, tanto que acaba de recibir por ello el prestigioso galardón «Abarca Prize», otorgado por la Fundación HM Hospitales.
¿Qué supone este reconocimiento a nivel personal y profesional?
Me ha sorprendido mucho y me siento profundamente agradecido. Es un aliciente más para mantener la investigación que ya inicié hace 20 años por una motivación personal, pero que puede ayudar a mucha gente.
Aguantar dos décadas sin perder fuelle tiene mucho mérito...
Algunos se extrañan de que siga en el mismo proyecto después de tantos años. Yo lo justifico en que soy perseverante, aunque mi mujer diría que soy terco...
Lo cierto es que se acerca el final feliz...
Siento que estamos muy próximos a conseguir la cura de la diabetes tipo 1 y que en pocos años mis hijos y otros muchos pacientes puedan vivir sin la esclavitud de pincharse insulina cada día. No tengo motivos para pensar lo contrario porque los ensayos clínicos han demostrado que el uso de las células madres pueden lograr una cura funcional durante más de un año. Es tremendamente satisfactorio después de dos décadas de trabajo volcado en esto.
¿Cómo actúan exactamente las células madre para lograrlo?
En la diabetes tipo 1 el paciente no logra generar insulina y sin ella no se puede sobrevivir, por eso se inyecta o se obtiene a través de una bomba. Yo tuve la idea de sustituir la célula que produce esa hormona pancreática para que el paciente pudiera tener su propia fábrica de una manera más natural. Para conseguirlo usamos células madre a las que se les enseña a producir insulina. A partir de ahí, esa célula ya «adiestrada» se trasplanta al hígado del paciente junto a fármacos inmunodepresores.
¿En qué punto está ahora su trabajo?
Hemos abierto un nuevo ensayo clínico en el que se colocan las células que van a ser trasplantadas en un dispositivo similar a una especie de bolsita de té, es decir, protege a las células del ataque inmunitario del cuerpo, pero es permeable a la glucosa y capaz de dispersar la insulina. Si funciona ese dispositivo, estos pacientes podrían recibir este tratamiento celular sin inmunosupresión.
Este avance se ha catalogado como uno de los descubrimientos científicos más disruptivos de nuestro tiempo. ¿Qué está por llegar con las células madre?
Los dos cambios más decisivos que he visto en Medicina durante mi carrera han sido la capacidad de modificar los genes con la edición del genoma y el uso de las células madre. Creo que la combinación de ambos ofrecerá un tratamiento más natural para muchas enfermedades, aunque no para todas.
Las células madre no son la panacea...
Por desgracia no. Todavía quedan incógnitas por resolver, casos que no entendemos, como todo lo relacionado con el sistema nervioso, enfermedades mentales, patologías neurológicas...
Usted es el ejemplo de que la investigación es fundamental para prosperar en salud. ¿Siguen faltando recursos?
Sin duda. La mayoría de estudiantes que veo en Harvard quieren diseñar aplicaciones móviles, pero yo les digo que eso es pan para hoy y hambre para mañana. Si queremos cambiar la vida de millones de personas y curar algunas enfermedades, el único camino es aficionarse a los puzles. Es una labor muy gratificante, pero los recursos económicos y la falta de financiación son un gran escollo.
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