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La ventana del deportista

La importancia de la pisada en el tenis según el tipo de pista

Las lesiones de miembro inferior en este deporte son hasta el doble de habituales que las de miembro superior y son muy frecuentes tanto en profesionales como en amateurs

En Resumen
Hasta el 5 de mayo se celebra el torneo Mutua Madrid Open, del que Quirónsalud es Healthcare Partner EFEEFE

Al frenar, cambiar de dirección o esprintar durante un partido de tenis los pies sufren y pueden hacerlo más o menos según la superficie sobre la que se desarrolle este deporte: tierra batida, hierba o pista rápida, debido a la fricción que crea la zapatilla en la superficie.

Ahora bien, «no hay estudios concluyentes sobre esto, aunque la mayor parte de los profesionales de la salud coinciden en que las pistas duras suelen ser más lesivas, ya que el impacto y las fuerzas reactivas del suelo contra el pie son mayores», explica el Dr. Víctor Alfaro, responsable de la Unidad de Podología y Biomecánica de Olympia Quirónsalud.

«Existe mayor riesgo de esguinces de tobillo -en ellas- por tener menor capacidad de desaceleración lateral que en tierra batida y mayor índice de lesiones por estrés que en hierba por tener menor absorción del impacto de la pisada», precisa la Dra. Almudena Fernández-Bravo, jefe asociado del Servicio de Rehabilitación de la Fundación Jiménez Díaz.

Y es que las pistas duras tienen «el coeficiente de fricción más alto y una menor absorción de impactos, lo que hace que deslizarse sea mucho más difícil, llevando a distancias de frenado más cortas y teóricamente, a cargas pico más altas», añade el Dr. Joel Cuesta, especialista también de la Fundación Jiménez Díaz.

En el caso de la tierra batida, «las lesiones suelen ser menos lesivas, ya que esta pista tiene una mayor amortiguación y posibilidad de desplazamiento. Pero depende de cada tenista», puntualiza Alfaro. Y es sobre tierra batida sobre la que se enfrentarán hasta el 5 mayo tenistas de la talla de Rafa Nadal, Carlos Alcaraz o Novak Djokovic (en el tenis masculino) y Olga Swiatek o Aryna Sabalenka (en el femenino) en el torneo Mutua Madrid Open, del que Quirónsalud es Healthcare Partner.

Pero ya sea en una pista u otra, las lesiones de miembro inferior «son más habituales que las del superior. Según algunos estudios hasta el doble de frecuentes», asegura Alfaro.

Así, las más habituales en relación a la pisada son, como detalla este experto, «los esguinces de tobillo, la fascitis plantar, las tendinitis del Tendón de Aquiles, las fracturas por estrés en huesos del pie y las condropatías de rodilla».

Unas lesiones que son muy frecuentes tanto en profesionales como en amateurs, unos por la gran acumulación de carga y otros por falta de preparación física, por eso resulta crucial trabajar todo lo que tiene que ver con la preparación física del tenista; tener una técnica adecuada y contar con el material adecuado en función de la superficie en la que se va a jugar.

«Antes de jugar, es importante realizar un calentamiento adecuado para llevar un mayor aporte sanguíneo a los músculos y prepararlos para el esfuerzo. Durante el juego, se debe utilizar una técnica adecuada y usar el material adecuado. Y después de jugar, se recomienda realizar ejercicios de enfriamiento y estiramientos para reducir la tensión muscular y prevenir la rigidez», recomienda Alfaro.

A mayor intensidad en la práctica es más necesario contar con asesoramiento profesional. Por eso, hacerse un estudio biomecánico puede ser beneficioso tanto para profesionales como para amateurs. «Al igual que es importante un correcto reconocimiento médico para evitar lesiones cardiovasculares o evaluar lesiones previas, es importante prevenir futuras lesiones teniendo una adecuada pisada», incide Fernández-Bravo.

Y este estudio permite «identificar desequilibrios o problemas en la pisada y la biomecánica del jugador, lo que puede ayudar a prevenir lesiones futuras y mejorar el rendimiento. Es muy importante tener en cuenta que las consecuencias de pisar mal no se van a manifestar solo en el pie, sino que tiene incidencia en todo el sistema osteomuscular y articular», recuerda Alfaro, que añade que es muy recomendable estos estudios también en jugadores amateurs, ya que, muchas veces, mejorando la pisada mediante una plantilla personalizada en combinación con ejercicios de estiramiento y potenciación, se pueden prevenir lesiones.

¿Qué deportiva elegir?

Como especifica Cuesta, «depende de los cambios de superficie y del nivel del jugador». Por ejemplo, para jugar sobre hierba, el doctor recomienda una «suela plana o pequeños tacos y que la parte superior de la zapatilla sea más flexible».

En cambio, «para pista dura -prosigue- es mejor una suela de tipo espiga y en la parte superior, un refuerzo más rígido en la parte lateral para evitar que el tobillo haga una inversión en los desplazamientos laterales. Este tipo de zapatilla es la más versátil».

«Y para tierra batida, una suela de espiga completa que tenga surcos algo más grandes para evitar que la arcilla se quede en la suela y nos limite la adherencia. Se recomienda una parte superior con bastante ajuste al pie para conferir estabilidad», añade.

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