Entrevista

«La radiofrecuencia y la estimulación son el presente y el futuro del abordaje del dolor»

Entrevista al doctor Dr. Jaime Fandiño, anestesiólogo, con motivo del Día Mundial del Dolor

Dr. Jaime Fandiño
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El dolor es una de las sensaciones más incapacitantes a las que se enfrenta una persona. Consciente de ello, el doctor Jaime Fandiño, jefe de Servicio de Anestesiología y de la Unidad del Dolor del Hospital Fremap de Vigo y coordinador de Anestesiología y de la Unidad del Dolor de Concheiro Centro Médico Quirúrgico, trabaja cada día por mejorar la calidad de vida de sus pacientes a nivel clínico e investigador.

Cada 17 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor. ¿Qué cifras de afectados se manejan en nuestro país?

En España un 17% de la población adulta presenta algún tipo de dolor crónico y eso tiene un elevadísimo coste sanitario, pues la mitad de las visitas al médico están relacionadas con el dolor y se trata del motivo de consulta más frecuente.

¿Qué impacto económico tiene ese dolor crónico?

Se calcula que en nuestro país el dolor crónico tiene un coste entorno al 2,5% del PIB, lo que significa unos 16.000 millones de euros. Y un aspecto esencial es que interfiere en la vida de los afectados a nivel laboral, social... porque genera ansiedad, insomnio y depresión. El 30% de los pacientes a día de hoy presenta dolor crónico y considera que no está totalmente tratado.

¿Se trata de una cuestión de salud infravalorada?

Sí. Se ha mejorado mucho, pero sigue estando infravalorado y existe un campo muy amplio de mejora. A veces se olvida que es un derecho humano sentirse bien y que el dolor es un mecanismo fisiológico defensivo, pero cuando éste se perpetúa puede convertirse en sí mismo en una enfermedad. Citas como la del 17 de octubre permiten dar visibilidad para que los gobiernos y las instituciones públicas y privadas ayuden en la puesta en marcha de los recursos necesarios para el diagnóstico, el tratamiento y la investigación del alivio del dolor.

Usted cuenta con una larga experiencia en este campo. ¿Cómo ha cambiado el tratamiento del dolor en las últimas décadas?

En España el tratamiento del dolor se contempla como una subespecialidad dentro de la Anestesiología, ya que somos los profesionales más familiarizados tanto con el manejo farmacológico como con las técnicas intervencionistas. Es en este último terreno en el que se ha producido un mayor desarrollo. Disponemos de un amplio abanico de tratamientos intervencionistas, infiltraciones, bloqueos, con o sin radiofrecuencia, y con la ayuda de la ecografía y la radiología es posible llegar a la diana de una forma más precisa y disminuyendo las complicaciones.

¿Las unidades del dolor han supuesto un antes y un después en esta enfermedad?

Sí, sobre todo porque se apuesta por unidades multidisciplinares, siempre capitaneadas por Anestesiología, pero que suelen estar apoyadas por enfermería especializada, psicólogos, psiquiatras, médicos rehabilitadores y otras especialidades. En los últimos años hemos introducido un seguimiento telemático posterior al tratamiento que nos permite comprobar cómo va ese paciente y anticiparnos a alguna posible complicación.

¿Cómo se trabaja en estas unidades tan especializadas?

Hacemos una optimización del tratamiento farmacológico si fuera necesario con el objetivo de dar la medicación justa, de forma individualizada. En cuanto a las técnicas, su uso tiene un momento determinado, valorando el riesgo-beneficio de cada una de ellas. Estas suelen ser de infiltración o bloqueo y para lograr una mayor precisión se hace con ecografía o con radiología. A día de hoy se sabe que el mejor abordaje del dolor crónico es un buen tratamiento del agudo, pues no debemos olvidar que este último, derivado de una operación o de un problema puntual, puede convertirse a la larga en algo crónico si no se trata bien y a tiempo.

¿Con qué nuevos avances cuentan para hacer frente a ello?

Las técnicas de radiofrecuencia son un gran paso, pues consisten en someter al nervio objetivo a una temperatura. Se puede optar por la térmica, en la que se hace una ablación del nervio, o por la pulsada, en la cual realizamos una modulación. También destaca la estimulación, que consiste en modular la respuesta dolorosa a través de unos electrodos. Con esto se consigue una disminución del 60-70% del dolor, pero son procedimientos que tienen un alto coste y una curva de aprendizaje elevada, por lo que debemos hacer un uso racional y valorar muy bien su empleo. Además, tenemos la radiofrecuencia intradiscal y el avance de la infiltración con factores de crecimiento y células madre.

¿Qué ventajas se logran?

Se ha logrado una disminución muy importante del dolor y mantener a los pacientes con una mayor autonomía.

¿Estas novedades están disponibles en España con equidad?

En nuestro país hay un nivel de uniformidad y equidad amplio a la hora de asistir a un tratamiento de este tipo y está al alcance de toda la geografía, aunque sí es cierto que la sobresaturación hace que la espera pueda alargarse.

¿Cuál es el futuro más próximo en el abordaje del dolor?

La radiofrecuencia y la estimulación son las técnicas que van a impulsarse más y se harán con mayor frecuencia. Las terapias génicas, las de células madre y la medicina regenerativa tendrán un papel clave, junto al desarrollo de nuevas dianas y receptores farmacológicos para que los medicamentos usados tengan más eficacia y se minimicen los efectos secundarios.