Sociedad
Esta es la razón por la que no debes conducir en reserva
A menor nivel de combustible, mayor es el esfuerzo que tiene que hacer la bomba para llevar la gasolina hasta los inyectores
El precio de los combustibles en España, ya sea diésel o gasolina, se encuentran hoy por hoy a un precio que mucho difiere del de hace años, siendo ahora mucho más elevado. Es por ello que muchos conductores tratan de apurar al máximo el depósito, aunque muchas veces simplemente es por llegar antes al destino y no parar a repostar. Pero atención, apurar hasta el final el depósito y llevarlo en reserva puede derivar en problemas mecánicos e incluso acarrear alguna multa para el conductor.
Empecemos por la multa. Según la propia DGT, el conductor de un vehículo que se quede sin gasolina recibirá una multa que puede llegar hasta los 3.000 euros. No es el propio hecho de quedarse sin combustible, sino más bien las circunstancias y consecuencias de ello. Un conductor que se queda sin gasolina en mitad de la carretera deberá inmediatamente llevar su vehículo a un punto en el que no suponga un peligro para la circulación. La maniobra peligrosa puede ser sancionada con 200 euros, más otros 200 por estacionamiento indebido. Pero es que además, si el conductor debe comprar gasolina y la lleva sin ser envasada correctamente, la DGT podrá multarte con 3.000 euros.
Recordemos que, por lo general, los coches en estado de reserva pueden circular una media de 45 kilómetros, por lo que no hay excusas para ser previsores. Los expertos recomiendan que nunca debe bajar el nivel de gasolina o gasoil por debajo del cuarto del depósito.
A nivel mecánico, las consecuencias pueden ser aún peores. El principal problema es que cuando el nivel de depósito es muy bajo, más fuerza tiene que hacer la bomba para llevar el combustible al interior del motor. También debemos saber que los combustibles tienen impurezas, y estas impurezas suelen caer al fondo del depósito, que finalmente se filtran al motor cuando el nivel de deposito es bajo. El resultado puede ser fatal. Las impurezas ensucian el motor y pueden provocar un colapso en inyectores y, por tanto, llegar a romperlos. Esto a su vez supone un desembolso importante de dinero. Reparar los inyectores supone unos 200 en coches de gasolina y unos 500 en coches alimentados por diésel.
Los inyectores no son la únicas piezas afectadas, también lo es el filtro que protege la bomba del depósito. El combustible funciona como refrigerador y si componentes como el polvo o agua atascan el filtro, se podrían formar burbujas de aire que desencadenan en una avería.
Para evitar sustos se recomienda no llevar el depósito al mínimo, de esta forma, la bomba puede funcionar correctamente, alargando la vida útil del coche.
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