Coronavirus

La cara oscura de los aplausos: no todos están de acuerdo

Muchos se quejan de las “verbenas” que se organizan desde los balcones

Aplausos a diario a las ocho de la tarde en toda España para los sanitarios. Día tras día desde el pasado 14 de marzo, los balcones y ventanas se llenan de gente que agradece así la labor de los sanitarios en esta pandemia del coronavirus. Una iniciativa que ha emocionado a la mayoría y que se ha convertido en rutina en los hogares confinados.

Pero, no todo el mundo comparte esta emoción. No tanto por los cinco minutos de aplausos, sino por todo lo que viene después. Hay quien aprovecha para dar un concierto (no siempre con talento), por conversar a gritos con el vecino de enfrente, con montar fiestas desde los balcones /o poner música a todo volumen. Sin pensar, critican desde las redes, en el descanso de aquellos precisamente a los que se aplauden y de todos los que trabajan a turnos (policías, bomberos, trabajadores de hospitales, repartidores, transportistas, la lista es larga). Sin pensar en los enfermos que están en la cama. Sin pensar en aquellas personas a las que el ruido empeora sus cuadros de ansiedad ya agravada por la situación y por el confinamiento, sin pensar en aquellos especialmente sensibles con los ruidos...

Y es que no, nunca llueve a gusto de todos.

Eso sin contar que un gesto que nació solidario se ha convertido en algunos lugares en casi obligatorio o en objeto de división entre vecinos que atacan y juzgan a aquellos que no salen a aplaudir. Una más que añadir a lo que ya se está llamando la “gestapo de los balcones”, con vecinos increpando y hasta denunciando a los que circulan por las calles. Ya se sabe que en tiempos de crisis, en situaciones extremas, sale lo mejor, pero también lo peor de cada uno.