Coronavirus

¿Cuándo podremos salir de casa? El Gobierno se contradice con el fin del confinamiento

Demasiados equívocos. Illa rectifica a Montero tras dar por hecho que a partir del 26 podremos recuperar una «vida normal»

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya lo dejó claro el lunes: «El objetivo de esta semana es consolidar la fase de estabilización». Es cierto que los datos reflejan una tendencia descendente en la epidemia: el incremento de la curva de contagio ya se sitúa en el 4% y el de hospitalizados, en torno al 3%, cuando la última semana de marzo era del 20%. También las defunciones diarias han experimentado una bajada con respecto a la semana anterior, cuando cada jornada se sobrepasaba la barrera de los 800.

Pero este descenso no es continuado y todavía hay muchos altibajos: así, ayer se registraron 757 y el martes,743. El progresivo aplanamiento de la curva de Sars-CoV-2 ha provocado que ya se empiece a pensar en la siguiente fase, la de desescalado. «Ha pasado la etapa más dura, la del confinamiento total. A medida que vayan trascurriendo los días, se podrá levantar alguna medida y esto es la parte más cómoda, porque la gente podrá realizar alguna actividad, pero esto también presenta complicaciones porque va a ser difícil que mantenga la tensión y las medidas de distanciamiento adecuadas», advirtió ayer el director del Centro de Alertas Sanitarias, Fernando Simón.

Una afirmación corregida

El mismo mensaje optimista lanzó la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, al asegurar que a partir del 26 de abril, día que finaliza el nuevo periodo de alarma, los ciudadanos podrán empezar a retomar «su vida normal» de forma progresiva. «No podemos dar por hecho nada en estos momentos, solo la prórroga. A partir de ahí se desarrollará la desescalada, la forma en que progresivamente los ciudadanos podrán ir recuperando la vida normal de manera muy ordenada, para que no haya vuelta a los contagios», expuso Montero.

Una versión que tuvo que ser corregida por Sanidad, que teme que se peque de optimismo y surja un nuevo rebrote del virus. Illa aclaró que hacer un llamamiento al relajamiento «sería una equivocación», consciente de que no se pueden soltar campanas al vuelo cuando ni siquiera hay un descenso continuado de fallecimientos. «Tenemos un número de muertos que nos duele, todavía estamos en la fase dura de la epidemia», recordó en el Congreso. Dentro del Ejecutivo, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, también quiso frenar ese optimismo precisando que, aunque el estado de alarma finalice el 26 de abril, «no quiere decir que para entonces la normalidad en el país sea la que quisiéramos»,.

Los expertos en salud pública temen que el exceso de optimismo nos coloque en la casilla de salida. La OMS, de hecho, hizo ayer un llamamiento a los gobiernos europeos para que «no levanten demasiado pronto las restricciones» que aíslan a la vida pública y mantener aún más tiempo el control sobre esta crisis sanitaria. Por lo pronto, mañana finaliza el permiso retribuido recuperable decretado por el Gobierno, así que, previsiblemente, cuando acabe la Semana Santa, miles de trabajadores de fábricas e industrias volverán a sus puestos.

Lo harán sin ningún control, porque no hay suficientes test como para identificar a los posibles contagiadores. Así al menos lo reconoció la consejera de Trabajo de la Comunidad Valenciana, Ana Barceló, al desvelar que el millón de test rápidos distribuido por Sanidad entre las autonomías será insuficiente para poder evaluar el estado de salud de las plantillas en las empresas, ya que se priorizará su uso entre el personal sociosanitario.