Educación

Padres desesperados: ¿cómo conciliar trabajo y escuela?

Las asociaciones de padres critican al Gobierno por sus “mensajes contradictorios”

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Alumnos a la puerta de un colegioLaura Fernández PalomoAgencia EFE

Juan y Elisa tienen cuatro hijos de 12, 10, siete y cuatro años de edad. Él trabaja en una pequeña consultoría informática, ella es secretaria en una editorial. Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace una semana que el curso escolar ya había terminado y que los alumnos no volverían a clase hasta el próximo mes de septiembre, el mundo se les vino encima. “Todas estas semanas que llevamos de confinamiento mi mujer y yo estamos trabajando desde casa de forma excepcional. Pero cuando tengamos que volver a la oficina, ¿qué vamos a hacer con nuestros hijos? Tendríamos que hacer malabares con el dinero para que una asistenta viniese todos los días a ocuparse de ellos”, hace cálculos él. “Los padres de Juan viven fuera de Madrid, y los míos ya son muy mayores para cuidar de tantos nietos. Además, nos da miedo que los niños les puedan contagiar”, se lamenta ella.

"Todavía estamos esperando que la ministra de Educación nos llame y nos cuente exactamente cuáles son sus planes, porque el Gobierno hasta ahora no ha hecho más que lanzar mensajes confusos y contradictorios", se queja Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (Ceapa). Cardenal recuerda que la ministra, Isabel Celaá, dijo a finales de abril que la intención de su departamento era que los alumnos volviesen a clase al menos durante 15 días para "un repaso general" antes de las vacaciones estivales. Pero poco tardó Sánchez en corregirla y desautorizarla, al anunciar que daba por terminado el curso escolar, con la única excepción de los menores de seis años -siempre y cuando ambos progenitores trabajen fuera de casa, lo cual tendrán que acreditar documentalmente- y los alumnos de Bachillerato, ESO o FP que opten a un título.

Para añadir más confusión, Celaá volvió a sorprender este lunes a la comunidad escolar con el anuncio de que sólo la mitad de los alumnos volverá a las aulas en septiembre, y el resto trabajará telemáticamente desde casa. “Hasta que no tengamos un remedio o una vacuna”, dijo la ministra, “la única herramienta para combatir el virus es el confinamiento. No podemos poner en riesgo todo lo avanzado. Si todos los niños acuden a la vez no podremos salvaguardar la distancia obligada” entre escolares. Cardenal, de la Ceapa, se pregunta si este anuncio de Celaá no será “una nueva ocurrencia” de la ministra. “Ahora mismo hay miles y miles de padres a los que se les viene encima un problema muy grave de conciliación. ¿Qué va a pasar cuando se tengan que reincorporar al trabajo? ¿Quién se va a hacer cargo de los mayores de seis años? No se pueden quedar solos en casa”, afirma.

Juan y Elisa, de nuevo al teléfono, no salen de su asombro. “Nos hemos enterado por la televisión de que sólo la mitad de los alumnos tendrán clases presenciales a partir de septiembre, pero no han explicado qué pasará con la otra mitad. ¿Tendrán que seguir todo el curso ‘online’ desde casa, o se organizarán turnos semanales o mensuales para que todos los alumnos puedan compaginar la enseñanza a distancia con la presencial?”, se pregunta Juan. E insiste ella: “Y de nuevo volveríamos a tener el problema de la conciliación. Pedro Sánchez se comprometió a poner en marcha medidas para que los padres trabajadores podamos conciliar, pero hasta ahora no se ha concretado nada. ¿Por qué no se amplían las aulas o se construyen unas nuevas, aunque sean provisionales, para que los alumnos mantengan la distancia de seguridad? ¿Y qué va a pasar en los recreos, que no van a poder ni rozarse? Son niños, y tendrán que jugar...”.

Pedro Caballero, presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), tampoco tiene respuestas para tantos interrogantes, y señala al Gobierno como el principal responsable de este colosal barullo. "Ya hemos dicho muchas veces que, si no se concilia, es imposible que los padres podamos participar en la vida escolar de nuestros hijos. Y lo que está haciendo el Gobierno es lanzar cortinas de humo cada dos por tres, como esta ultima en la que anuncia un modelo mixto de enseñanza presencial y 'online'. Todo esto sólo sirve para crear inseguridad en las familias", sostiene Caballero, que coincide con Cardenal, de la Ceapa, en que el Ejecutivo "nos sigue ignorando. Ni uno solo de los anuncios que ha hecho hasta ahora ha sido capaz de consensuarlo con las familias. Pero es que ni siquiera nos ha informado de ello. Siempre, como ahora, nos hemos enterado por los medios de comunicación".

“¿Pero es que cuesta tanto hacer una videoconferencia con las principales asociaciones de padres de alumnos para informarnos de las medidas que quieren implantar y, entre todos, ver cómo se puede organizar una vuelta a la normalidad en septiembre?”, prosigue Caballero. “De esta forma podríamos explicar a Educación que la convivencia de un modelo presencial y otro telemático sería un desbarajuste, y además provocaría una grave desigualdad entre los alumnos, porque los que atiendan las clases desde casa no van a poder seguir el curso al mismo ritmo que los alumnos presenciales. Eso sin olvidar la brecha digital que todavía existe. Nosotros hicimos recientemente una encuesta que ponía de manifiesto que entre el 15% y el 20% de los alumnos no tienen fibra o ADSL en sus casas, o si la tienen no les ofrece una buena conexión a las plataformas educativas. Así no puede haber igualdad, y por lo tanto las clases deben ser presenciales”, añade.

La intención de Educación, según ha trascendido hasta ahora, es fijar un límite máximo de unos 15 escolares por aula para el curso 2020-2021, de forma que se pueda garantizar la distancia física de separación entre alumnos y evitar así posibles contagios del Covid-19. “Lo ideal”, apunta Caballero, de la Concapa, “sería duplicar el número de aulas y aumentar las plantillas de profesores para que toda la enseñanza fuera presencial, pero eso supondría una impresionante inyección económica de dinero. De aquí a septiembre hay tiempo para adecuar las aulas y contratar a más profesores, pero hay que admitir que el coste de esas medidas, con la gravísima crisis económica que se nos viene encima, podría ser inasumible”, zanja. Educación se ha comprometido a estudiar con todas las comunidades autónomas los requisitos que deberán cumplir los centros escolares para el próximo curso académico y la programación académica a seguir, pero, por ahora, casi todo está por concretar.