Coronavirus
Desplome del sector hostelero: Este bar es una ruina
Solo el 25% de establecimientos tienen terraza: «Hasta que no pasemos a la fase 3 nuestro negocio no será rentable», dicen
La decisión del Gobierno de mantener a la Comunidad de Madrid en la fase 0 de la desescalada ha caído como un jarro de agua helada entre los propietarios y trabajadores de los restaurantes, cafeterías y bares de la Comunidad de Madrid. La situación es angustiosa y llena de incertidumbres para este colectivo que da trabajo a 195.000 asalariados y 30.000 autónomos en la región, y que contribuye como pocos al esparcimiento y la vida social de millones de madrileños. Pero el fantasma de la falta de rentabilidad, e incluso del cierre, amenaza a muchos de estos locales.
Sólo en la capital hay cerca de 22.000 establecimientos hosteleros, pero únicamente el 25% de esa cifra –unos 5.500 locales– cuentan con terrazas, que podrían abrir a partir del próximo día 25 siempre y cuando el Ministerio de Sanidad autorice antes el paso a la fase 1. Pero desde la asociación Hostelería Madrid, mayoritaria en el sector, ya advierten de que para miles de empresarios que sólo disponen de pequeñas terrazas con pocas mesas no será rentable abriren esa fase. Y mucho menos todavía para los más de 16.000 establecimientos que no cuentan con espacio exterior.
«Hasta que no podamos abrir las barras en la fase 3, que será hacia finales de junio, los negocios no van a empezar a ser rentables», asegura Juan José Blardony, director general de Hostelería Madrid. «Pero para entonces es muy probable que el 20% de los locales, y el 20% del empleo, ya se hayan perdido.
La peor situación para los que no tienen terrazas
De hecho, el 10% de los propietarios ha tomado la decisión de cerrar definitivamente sus establecimientos», añade. «Pero quienes lo tienen muy complicado y lo van a pasar peor son los miles de restaurantes, bares y cafeterías que no tienen terraza. Este tipo de establecimientos suele pasarlo mal en los meses de verano, pero este año va a ser dramático, porque después de tantas semanas de confinamiento la gente va a querer consumir en la calle, no en el interior», concluye.
Francisco Javier Vázquez es el propietario del restaurante O Pazo de Lugo, a tiro de piedra del museo Reina Sofía. Confiesa que tiene «muchas ganas de abrir», y que llegó a plantearse subir la persiana de su local en la fase 1 porque dispone de una terraza con capacidad para cinco mesas. Pero finalmente ha decidido esperar a la fase 2 «porque eso me permitirá que entren clientes al restaurante, por lo menos al 50% del local, que es grande y espacioso, y en el que la gente se podrá sentir segura y tranquila».
¿Y por qué ha renunciado a reabrir la terraza en la fase 1, a la que la Comunidad de Madrid accederá, previsiblemente, el próximo día 25? «Pues porque la normativa vigente dice que en el momento en el que desafectas a una persona del ERTE, al que están sometidos todos los trabajadores de la hostelería, tienes que empezar a pagar la Seguridad Social de toda la empresa, y yo tengo 26 empleados»
Mucho en juego
La inquietud en el sector es enorme, porque es mucho lo que está en juego. Y la ambigüedad del Gobierno central, franqueando el paso a la Comunidad de Madrid a una impostada «fase 0,5», no ayuda precisamente. Además, aunque es cierto que en la fase 1 ya se podrán abrir las terrazas, pero limitando el aforo al 50% de las mesas, la movilidad de los ciudadanos seguirá estando restringida al paseo con niños, las compras en el supermercado, la farmacia o el pequeño comercio, la práctica del deporte y las reuniones en grupo de hasta 10 personas con amigos o familiares.
«El problema es que el consumo inicialmente va a ser muy débil, y tardará en estar normalizado», apunta la portavoz de Hostelería Madrid, Marga Míguez. «Cuando la desescalada permita que la gente pueda moverse sin ningún tipo de limitación en las calles, empezará a recuperarse realmente el consumo. Hasta entonces, es como si estás enfermo y te invitan a salir a la calle: no te apetece. Mientras el consumo sea muy débil, miles de propietarios van a preferir tener cerrados sus locales, porque abrirlos les va a costar más dinero en gastos fijos y de consumo. Y si encima sólo dispones de tres o cuatro mesas en la terraza, abrir equivale a perder dinero. No es viable. Por eso los hosteleros están echando cuentas para saber en qué fase les compensará abrir sus negocios», añade Míguez.
«La decisión del Gobierno ha sido un golpe bajo, porque ya nos habíamos hecho la ilusión, por segunda vez, de prepararnos para la reapertura», se lamenta Antonio Galán, presidente de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER), que agrupa a la mayoría de restaurantes de la región. «Y ahora, otra vez a esperar, sin ninguna fe, porque tampoco está garantizado que esta semana pasemos el corte. Padecemos un secretismo total en cuanto a quién te examina y de qué asignatura te estás examinando. Esto parece más una jugada política, que puede tener más que ver con el hecho de que la Comunidad y el Ayuntamiento están siendo un ejemplo a nivel nacional, y les tienen que atacar de alguna manera. A eso huele», añade.
«No se trata de que abrir sea rentable, sino de que sea soportable, es decir, que las pérdidas sean asumibles», prosigue Galán. «Tampoco sabemos cómo va a reaccionar el público, porque nuestra actividad es la única que requiere que el cliente se quite la mascarilla. Así que es posible que la gente, en un principio, no salga tan a lo loco como pudiera parecer. Y también por el riesgo; no estamos hablando de una multa, sino de jugarte la vida».
Sólo un 20% de los restaurantes agrupados en AMER dispone de terraza. ¿Y el resto? «La nueva normativa del Ayuntamiento es bastante flexible, porque permite ocupar plazas de aparcamiento para instalar una tarima al nivel de la acera y montar una terraza con mesas. Ahí el Ayuntamiento ha estado ágil y ha hecho caso a nuestras peticiones». Hostelería Madrid elaboró a finales de abril una guía dirigida a sus asociados con un listado de recomendaciones para reabrir sus locales, que van desde la planificación de la actividad a la reestructuración de la carta, pasando por la gestión de proveedores, las medidas de protección de los empleados o el ajuste de los horarios de apertura y cierre.
La guía aconseja, por ejemplo, incorporar nuevos proveedores que suministren a los locales mascarillas, guantes, desinfecciones o mamparas. También recomienda delimitar los espacios en las cocinas para facilitar que los empleados mantengan la distancia física de dos metros, así como desinfectar frecuentemente el suelo, las mesas y las sillas. En cuanto a la entrega de pedidos por parte de los proveedores, la guía sugiere que se establezcan diferentes horarios para su recepción, permitiendo así desinfectar la zona entre envío y envío.
✕
Accede a tu cuenta para comentar