Sociedad

Aragón sacrificará 90.700 visones en una granja tras un brote de Covid-19

Al «no poder trasladar ninguna certeza» sobre cómo se ha producido el contagio, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente ha decidido cortar de raíz

Mink farm infected with the coronavirus in the Netherlands
Una granja en Holanda, donde también se sacrificaron a visones al notificar un rebroteROB ENGELAARAgencia EFE

A mediados de mayo, en una granja en La Puebla de Valverde, al sur de Teruel y cuyo titular es Secapiel S.L., siete trabajadores dieron positivo en coronavirus por PCR. «Los mandaron a su casa a hacer la cuarentena y, cuando todo pasó, volvieron a trabajar», explica a LA RAZÓN el catedrático Juan José Badiola, doctor en Veterinaria y «buen conocedor de la granja, he estado al tanto desde que apareció ese brote, no es nada nuevo». Se refiere a la noticia que se difundió ayer desde el Gobierno de Aragón: ordenó el sacrificio de 92.700 visones –la totalidad que abarca el paraje– al haber aumentado los contagios entre los animales.

«Es una granja muy grande, moderna, bien llevada», asegura Badiola, recordando que al inicio del rebrote «tuvimos la impresión de que podía haberse dado una transmisión ante de identificar esos 7 positivos, de personas a visones, por lo que hicimos analíticas, también en animales muertos, y los resultados fueron negativos». Pero claro, «es una granja de 90.000 animales, entonces la situación se ha complicado cuando han aparecido otros dos trabajadores afectados por el Covid-19». Fue ante este nuevo brote de contagios cuando decidieron comenzar a hacer una analítica más amplia que la anterior, y la cual demostró «que efectivamente había bastantes animales infectados en la granja». 

Durante una rueda de prensa ofrecida ayer desde el Ministerio de Sanidad para informar sobre el estado de los rebrotes en España, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, hizo declaraciones acerca de la situación de este centro de animales. «Fueron los visones los que se contagiaron de las personas», señaló, y añadió que «todas las medidas tienen riesgos, incluso el sacrificio de los animales, pero es la opción más segura».

Por su parte, Joaquín Olona, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente en Aragón, apuntó ayer que «no se puede trasladar ninguna certeza sobre si ha habido o no transmisión de personas a animales o viceversa», así como destacó que es «el elevado grado de incertidumbre el que ha llevado a tomar esta drástica decisión». En esta línea, subraya Badiola que «en un problema en el que hay dos personas infectadas, se supone que el contagio ha sido de los animales a esas dos personas, pero no deja de ser una suposición, habría que estudiar las características del virus humano y las del animal».

«Por razones de salud pública y en vista de que parece que la infección estará en este momento bastante extendida, se ha decidido utilizar algo frecuente en el mundo animal». Lo mismo argumentó Olona: «Tenemos la absoluta certeza de que el virus está en los animales y se está transmitiendo entre ellos», por lo que «el único propósito del sacrificio es evitar riesgos a la salud pública». Asimismo, apunta Badiola que «cuando se dan casos de infecciones muy expandidas y no existe vacuna, se hace lo que llamamos una erradicación, una eutanasia no selectiva, porque si tuviéramos que sacrificar a unos pocos… ¿a cuáles sí y a cuáles no? Habría que ir analizando uno a uno y son 90.000, no sería rentable».

La decisión de sacrificarlos, basada en la ley nacional de sanidad animal, se tomó por parte de las administraciones involucradas a partir de los cuatro test que se han realizado en la granja. El último concluyó con más de un 80% de la muestra como positivos. «Puede que algunos visones no estén infectados, pero si ese porcentaje lo está es inviable hacer pruebas, además, tendrían que evacuar la granja, limpiarla a fondo, y eso es muy difícil de llevarlo a cabo», opina el especialista. Asimismo, destaca que esta decisión no es descabellada, sino que «es una práctica que se utiliza no solo por razones de salud pública, sino también por razones de salud animal», así como por «razones científicas, técnicas y legales». Con esto, asegura que «seguimos estudiando el caso, estudiando el virus y a animales muertos».

Los felinos y mustélidos, especies más propensas a contagiarse

El Covid-19 no afecta a todos los animales por igual. Explica Juan José Badiola que «hay especies en las que se ha demostrado que el virus puede infectar de manera bastante eficiente». Y son «los felinos y los mustélidos». Si los primeros incluyen a gatos, leones, panteras, pumas, tigres o linces, ejemplos de mustélidos «serían hurones y visones». «Son especies muy sensibles al coronavirus», subraya el experto, «de hecho, el hurón se utiliza como animal de experimentación». Por tanto, el peligro ya no solo está en granjas, sino también en las casas para quienes tengan un gato por mascota.