Sociedad

España es el país que peor ha colaborado con la sanidad privada

Un estudio concluye que poner bajo el mando único sanitario a todas las clínicas privadas «sin importar la incidencia del Covid-19» en cada zona ha generado un «perjuicio inasumible»

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso para informar de la evolución de la epidemia de coronavirus.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Congreso para informar de la evolución de la epidemia de coronavirus.MariscalAgencia EFE

El Gobierno de España se ha vuelto a sumar otro tanto (negativo) en lo que a la gestión de la pandemia del coronavirus se refiere. Ayer se hizo público un análisis en el que un grupo de expertos convocados por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada estudia cómo se ha gestionado en España la aportación y contribución de la sanidad privada en la crisis actual. Concluyen que nuestro país es el que recibe la peor calificación a nivel europeo en cuanto a la gestión por parte del Gobierno en la colaboración con la sanidad privada. Según los expertos, la decisión de Sánchez de poner bajo el mando único sanitario a todas las clínicas privadas «sin importar la incidencia del coronavirus en cada zona y la delegación de los acuerdos entre la Administración y las empresas privadas a cada una de las 17 Comunidades Autónomas, sin directrices ni un modelo claro y homogéneo que permita el cobro de los gastos soportados durante la epidemia, han generado un perjuicio inasumible para las clínicas». 

Bajo juicio de los expertos, dicho mando único provocó que muchos centros privados tuviesen que rechazar a sus pacientes habituales y asociados, de tal manera que pudieran dar cabida a enfermos de Covid-19. Contagiados que, finalmente, algunos nunca llegaron por estar en zonas de baja incidencia de la pandemia. Por ello, se cerró la vía de ingresos de estas empresas privadas, no se utilizaron sus recursos y, al ser un sector esencial, no se les permitió acogerse a los ERTE. «El fracaso del modelo español ha provocado que ahora mismo esté en serio riesgo la supervivencia de más de 2.400 centros médicos y el empleo de cerca de 60.000 profesionales sanitarios, como empleo directo, y el doble de afectados indirectos», advierten desde el Instituto. 

«Nefasto modelo»

Por su parte, el análisis del Instituto Coordenadas también estudia cómo ha sido esa colaboración en los principales países europeos y refleja el «nefasto modelo» implementado en España, que «va a poner en peligro a una parte importante del sector sanitario privado». A diferencia de nuestro país, Alemania, Francia y Reino Unido han impuesto durante la pandemia una fórmula de colaboración entre el sistema público sanitario y el privado en el que primaba la oferta de servicios de salud a la población. Además, a esta medida le acompaña un modelo de compensación económica a las empresas para garantizar un servicio adecuado. Unas normas que, al parecer, en España o bien no se contemplan o bien suenan a chino mandarín.

Tras la caída del mando único y el fin del estado de alarma, según los expertos, el Gobierno de Sánchez delegó en cada una de las 17 comunidades la regulación de la colaboración con la sanidad privada. A raíz de esto, el impacto en la evaluación del coste y su repercusión en los ingresos de los centros varía en función de cada Comunidad Autónoma. De esta manera, si Murcia, La Rioja, Cantabria y Asturias son las que han sufrido un mayor descenso, Madrid, Castilla y León y Cataluña han sido las regiones que se han visto menos afectadas. «Esta falta de homogeneidad hace prácticamente imposible la planificación y optimización a las grandes organizaciones de recursos para luchar contra la pandemia y para garantizar la rentabilidad de un sector que supone el 3,4% del PIB nacional», lamentan los analistas.