Plegarias por el presidente
Susan, la monja que reza todos los días en Twitter por Trump (y por su conversión)
Una religiosa estadounidense ha tuiteado una plegaria por el presidente norteamericano desde su investidura hace cuatro años: “Me ha ayudado a no demonizarlo”
Cada día Susan escribe una oración a modo de tuit para rezar por Donald Trump. Un puñado de caracteres a modo de plegaria por el líder republicano. Es lo que viene haciendo esta religiosa norteamericana desde hace cuatro años a través de su cuenta en la red social.
Perteneciente a la Congregación de las Hermanas de San José de la Paz, comenzó con su particular reto tan solo tres días después de la toma de posesión del líder republicano en enero de 2017. Hoy admite que es “la práctica espiritual más difícil a la que me he comprometido”. Y no porque no sea una monja ávida en el mundo digital. Más bien lo contrario. Bloguera experimentada, a los 48 años Susan François se mueve como pez en el agua en las redes sociales.
Lo cierto es que se ha visto confrontada con muchas de las políticas de Trump, lo que le ha llevado no pocas ocasiones a que su rezo evolucionara prácticamente a un acto de contrición y a rogar a Dios por su conversión en lo que a decisiones en materia social y en política internacional se refiere. En algunos casos, se ha tenido que contener para que el contenido de su tuit fuera especialmente genérico, especialmente cuando “no se me ocurría nada agresivo que decir”. En otras, no se ha reprimido, y como sucedió durante el asalto al Capitolio, se mostró especialmente crítica con el presidente @POTUS. “Ha sido cuatro años locos”, comparte Susan con la revista jesuita “America”. A pesar de este distanciamiento, la monja admite que rezar cada día por él “ha sido muy transformador para mí”. “Ahora soy capaz de reconocer su humanidad y preocupaciones que hay detrás de muchas de sus políticas. De alguna manera, me ha ayudado a no demonizarlo”.
En este proceso, asegura que también le ha ayudado la invitación del Papa Francisco a no deshumanizar al otro. “Orar cada día me ha ayudado a no responder al miedo con miedo ni al odio con odio”, plantea, a la vez que reconoce que ha tenido que esforzarse para empatizar con “alguien cuyas acciones, como encerrar a los niños en una jaula o incitar a la insurrección, que yo diría que son moralmente incorrectas”. “Sigue siendo un hijo querido por Dios”, expone.
Desde ahí, está completamente de acuerdo con el hecho de que Twitter decidiera vetar a Trump. “Creo que tienen razón”, sentencia, apreciando que no se trata de un debate sobre libertad de expresión, sino de una simple “violación de un código de conducta que está muy claro cuando te registras, en tanto que prohíbe cualquier manifestación que incite al odio”.
Cuando apenas quedan unas horas para que la Casa Blanca cambie de inquilino, Susan ha decidido renovar su particular ‘contrato’ presidencial. Sí, a partir del 20 de enero le dedicará una oración tuitera a Biden. “Pediré para que esté abierto a la gracia que le otorga su cargo, como hice con mis primeras oraciones con Trump”.
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