Nuevas cepas
La UE acuerda limitar los viajes “no esenciales” pero no cerrar fronteras
Alemania es el país que más está presionando. Francia está a favor de controles fronterizos
Ante el aumento vertiginoso de contagios y el descubrimiento de nuevas cepas más contagiosas, los países europeos acordaron que los países de la Unión Europea pueda restringir los viajes intracomunitarios no esenciales, aunque se comprometieron a mantener abiertas las fronteras interiores. Esta fue una de las principales conclusiones de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebrada ayer por videoconferencia.
«Estamos totalmente convencidos de que tenemos que mantener las fronteras abiertas para mantener el buen funcionamiento del mercado interior» pero «se pueden considerar restricciones en los desplazamientos no esenciales», dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de la cumbre.
Los líderes acordaron determinar zonas de «rojo oscuro» con más restricciones. Alemania es el país que más presionó para medidas de este tipo, aunque sin caer en los mismos errores que durante la primera ola. En los primeros compases de la pandemia, se produzco un cierre indiscriminado de fronteras que puso el peligro la integridad del espacio Schengen, uno de los grandes logros del proyecto de integración europeo. Un efecto dominó del sálvese quién pueda que recordó también a los peores momentos de la crisis de refugiados en 2015.
La canciller alemana, Ángela Merkel, defendió ayer por la mañana la posibilidad de reintroducir los controles fronterizos si la situación empeora. Merkel explicó que los alemanes «no entenderían con razón» que los países vecinos europeos aplicaran restricciones menos severas que las vigentes en su país y que a la vez se mantuvieran abiertas las fronteras europeas sin ningún tipo de control. A pesar de esto, la canciller quiso dejar claro que «para nosotros, el cierre de fronteras es el último recurso». «Haremos todo lo posible para evitar los cierres de fronteras, pero no podemos descartarlos», advirtió la política alemana. Según la canciller, «si un país con una incidencia que dobla de la Alemania abre todas sus tiendas, tenemos un problema». Berlín está en conversaciones con aquellos estados con los que comparte frontera, con especial atención en el caso de los trabajadores transfronterizos. Según explicó Merkel, las negociaciones con Holanda, Bélgica y Luxemburgo avanzan en buena dirección.
Coordinación en control
La misma postura es mantenida por el Elíseo. «Francia está a favor de que se puedan realizar controles sanitarios dentro de las fronteras europeas», aseguró el miércoles el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal. «Si se avanza en la coordinación de los controles de Europa, Francia está a favor», añadió el portavoz en referencia a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebrada ayer.
Los países europeos se mostraron ayer a favor de «mantener abiertas las fronteras europeas, pero se produjeron llamamientos a implantar restricciones para los viajes no esenciales» tanto con terceros países como dentro del club comunitario. Este pasado miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, descartó el cerrojazo indiscriminado. «El mensaje es claro: un cierre generalizado de las fronteras en esta situación no tiene sentido. Daña el funcionamiento del Mercado Único y no es tan efectivo como otras medidas específicas», defendió la política alemana. El Ejecutivo comunitario presentó el pasado miércoles una serie de medidas para evitar una tercera ola y apostó por continuar con los test y cuarentenas. E impondrá el «semáforo rojo oscuro».
Certificado de vacunación
Además, los Estados europeos abordaron ayer la evolución de la campaña de vacunación en los diferentes Estados miembros (Bruselas urge a los Estados a que el 70% de la población adulta esté vacunada para verano) y la posibilidad de instaurar un documento común de vacunación que también pueda utilizarse para promover la movilidad entre los países europeos. Esta última iniciativa partió de Grecia, en un intento también de resucitar el sector turístico de cara a la nueva temporada y fue acogida con entusiasmo por países como España. Pero nuevamente Norte y Sur del club comunitario vuelven a estar divididos. Francia, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo no están demasiado convencidos de la propuesta.
En un intento de aunar voluntades, el ejecutivo comunitario presentó el martes una propuesta que evita el término «pasaporte» que evoca las posibilidades de viajar e intereses económicos en juego y se mostró a favor de un certificado común europeo que, en primera instancia, estaría ideado para uso meramente médico para aquellos ciudadanos que deben trasladarse de un país a otro. Bruselas pretende que haya un acuerdo antes de que finalice este mes y confiaba en que la cumbre de ayer sentara las bases para el consenso. Ayer la mayoría de las intervenciones de los líderes europeos se mostraron a favor de que este certificado no se utilice como documento de viaje en una primera fase.
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