Vacunación

El ministro de Finanzas alemán critica a la Comisión Europea por no haber encargado más vacunas

“Lo correcto es que los países europeos no nos quitemos los unos a los otros la vacuna”, señala

Olaf Scholz
Olaf ScholzKay NietfeldAgencia AP

En lo que fue una crítica velada dirigida a Bruselas, el ministro de Finanzas y vicecanciller alemán Olaf Scholz admitió ayer que la Comisión Europea (CE) debería haber encargado “antes y más” vacunas contra el Covid-19. “Lo correcto es que los países europeos no nos quitemos los unos a los otros la vacuna”, afirmó el candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las próximas elecciones generales en el foro “Europe 2021”, organizado por varios medios alemanes. No debió ser fácil para Scholz criticar, abierta y públicamente, el desastre de la distribución de las vacunas del que es responsable la CE pero hay que “admitirlo críticamente -añadió-, y es importante aprender de estos errores para el futuro”. “Se deberían haber pedido más”. El vicecanciller alemán se mostró convencido de que Europa se enfrenta con la pandemia a uno de los mayores desafíos de su historia y que el continente “solo puede superar esta crisis si se mantiene unido”. “Este punto es muy importante para mí, no tiene ningún sentido si los países de Europa se arrebatan las vacunas entre sí”, agregó. En esa línea, Scholz rehuyó establecer plazos concretos sobre cuándo será posible ofrecer la vacuna a todos los ciudadanos que la deseen. Unas palabras con las que se distanció de Angela Merkel que, en declaraciones al programa “Farbe bekennen” de la Primera Cadena de la Televisión alemana (ARD), aseguró que con las dosis que actualmente están aprobadas, todos los alemanes podrían vacunarse a más tardar en septiembre. No obstante, la canciller matizó que la fecha podría adelantarse si se aprueban otras vacunas, o retrasarse, si las mutaciones hacen ineficaz alguna de ellas. “Si hay nuevas aprobaciones se podrá hacer una oferta antes de septiembre pero prefiero ser prudente en las predicciones. También tenemos que tener en cuenta lo que puede pasar con las mutaciones”, dijo. Asimismo, Merkel reconoció que aunque las cifras del coronavirus en Alemania tienden a la baja, lo que es un éxito, la pandemia todavía no está bajo control. “Necesitamos un camino a largo plazo para salir de la pandemia. Las cifras están bajando y la incidencia semanal está por debajo de 100 (contagios por 100.000 habitantes), lo que me alegra, porque hace tiempo que no lográbamos estar allí”, dijo. “Eso muestra que las restricciones actuales tienen efecto. Pero todavía no hemos llegado a la situación en que las oficinas de sanidad tengan el control de la pandemia”, añadió. Merkel, de cara a la próxima reunión con los primeros ministros de los estados federados del 10 de febrero en la que se analizará la evolución de la pandemia y se revisarán medidas, afirmó que no quiere anticipar nada y se refirió al riesgo que implican las mutaciones. “Tenemos el riesgo de las mutaciones ante el que tenemos que ser muy cuidadosos. Ojalá que hasta el día de la reunión tengamos más datos al respecto, pero hay que mantener la prudencia”, explicó. Agregó sin embargo que no se trata de esperar a que todo el mundo esté vacunado para volver a cierto grado de normalidad y recordó como, tras la primera ola, se logró llegar a una situación que permitió tener muchas libertades durante el verano. “El virus no puede expandirse si le negamos las condiciones que necesita. En la primera ola ya se vio que si se cumplen las reglas, mantener distancias y respetar normas de higiene, se puede controlar la pandemia. En verano no tuvimos una absoluta normalidad pero si un gran grado de libertad”, relató.

El Instituto Robert Koch (RKI) de virología reportó ayer 6.114 contagios en 24 horas y 861 fallecidos -hace una semana, las infecciones se situaron en 6.412 y el número de muertes en 903- La incidencia semanal por 100.000 habitantes queda así en 90 casos. Pese a ese descenso, Alemania sigue bajo drásticas restricciones. Desde noviembre está cerrado todo el ocio, la restauración y la vida cultural; los comercios no esenciales cerraron en diciembre y no hay actividad escolar presencial.