Inmunización

«Al recibir la vacuna estaba muy cansada y sufrí diarreas»

Decenas de personas han notado efectos secundarios temporales tras recibir la primera dosis

Rocío y Miriam se han puesto las dos dosis de la vacuna
Rocío y Miriam se han puesto las dos dosis de la vacunaLa RazónLa Razón

El pasado 27 de diciembre comenzó en España la vacunación contra la Covid-19. Desde ese día se viene realizando un seguimiento para estudiar las posibles reacciones adversas que pueden tener las vacunas entre la población, y «no se ha identificado en España o en la Unión Europea ninguna posible reacción adversa hasta ahora desconocida que pueda ser motivo de preocupación». Así lo indicaba el primer informe de Farmacovigilancia sobre vacunas Covid-19, publicado la semana pasada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Cuando se cerró ese documento (el 12 de enero) se habían vacunado en España 494.799 personas, con 374 notificaciones de acontecimientos adversos. Entre los más frecuentes figuran los siguientes: dolor, pesadez y/o sensibilidad en el brazo en el que se puso la inyección (que suele ser más intenso las primeras 24-48 horas); cansancio y/o dolor muscular; dolor de cabeza; malestar general y síntomas parecidos a los de la gripe; naúseas y fiebre.

Asimismo, algunas personas observaron inflamación de los ganglios unos días después de la dosis, que la AEMPS considera «una reacción esperable y constituye una señal de que el sistema inmunológico responde a la vacuna».

LA RAZÓN ha hablado con algunas personas que han sufrido algún tipo de efecto adverso tras haber sido inmunizadas, aunque en todos los casos las molestias desaparecieron en unos días.

Miriam Pullopaxi es gerocultora en un centro sociosanitario. Le administraron la primera dosis de Pfizer pasado día 7 por la mañana. Esa noche empezó con dolor de cabeza, «era tipo migraña, me molestaba la luz, no podía abrir los ojos», pero a pesar de ello fue a trabajar al día siguiente. El sábado comenzó a tener unas décimas de fiebre, «tenía escalofríos y me dolía el cuerpo», y empezó a tomar un antipirético. El lunes llamó al médico, «estaba sin fuerzas», le contó lo que había pasado y le dio la baja. Pasados unos días con el tratamiento mejoró, y ese miércoles ya fue a trabajar.

En la segunda dosis, que ya se ha puesto, «me dolió el brazo, algo que no me había pasado con la primera». Aunque no fue su caso, Miriam afirma que el médico le dijo que la reacción «suele ser más intensa» tras la segunda dosis, algo que también afirma el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de EE UU en un documento: «Los efectos secundarios en todo el cuerpo fueron más comunes tras recibir la segunda dosis».

Miriam asegura que «no me asusté, un médico nos comentó lo que podía pasar» el día de la primera dosis, y que «no ha tenido dudas» sobre la vacuna, porque «no se conoce ninguna reacción grave». Ahora anima a su familia: «He sido la primera en ponérmela, y les digo que si no me ha pasado nada a mí ya pueden ponérsela ellos».

“Como una gripe normal”

La doctora Inmaculada M. es médico de familia en un centro de salud andaluz, y atiende una residencia con 85 personas mayores. «Ninguna ha tenido reacción», asegura. Solo cuatro trabajadores (entre 30 y 55 años), entre los que se encuentra ella, han notado algún síntoma. «Dolor de cabeza, de cuerpo, náuseas, como los que se sufren con una gripe normal», y que «se han quitado con paracetamol», asegura.

La doctora cuenta que «nos han llamado del servicio de epidemiología de la Junta para preguntarnos cómo estábamos», y que les explicaron que es normal que las personas mayores no experimenten efectos adversos «porque el sistema inmune se va deteriorando con la edad, en cambio en las personas jóvenes está a tope, y por eso es normal que su cuerpo reaccione». Inmaculada afirma que, aunque no se hubiera tenido que vacunar por ser personal sanitario, «me vacunaría de todas formas», es un «avance científico muy importante», y «es imposible tener Covid tras vacunarse».

Rocío Rey es fisioterapeuta en una residencia de Madrid. A los pocos minutos de administrarle la primera dosis «me noté como abotargada, con mareo», y «me empezó a doler el estómago». Durante diez días tuvo diarrea. Con la segunda dosis ha notado más cansancio , «como si tuviera gripe». Aunque reconoce que la daba miedo, esta joven está «orgullosa de haberse vacunado, con la esperanza de que los residentes pasen el día felices, rodeados de sus familias».