Nuevas alianzas

Varios países europeos buscan vacunas en Rusia, China o Israel ante la lentitud de la Unión Europea

Austria y Dinamarca plantean una alianza con Israel mientras Hungría y Eslovaquia compran dosis del antídoto ruso. Hasta ahora, la EMA ha dado luz verde a la comercialización de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca.

Foto recurso de la fabricación de vacunas
Foto recurso de la fabricación de vacunaslarazonGILEAD

El sálvese quién puede vuelve a lastrar la estrategia de vacunación europea de compra conjunta. Ante los problemas en la producción de vacunas de los laboratorios con los que Bruselas ha firmado contratos y los consiguientes retrasos en el suministro, varios países del club comunitario han comenzado a mirar fuera de las fronteras europeas para buscar alternativas.

Este jueves, el canciller austriaco Sebastian Kurz y la primera ministra danesa, Mette Frederiksern planean visitar Israel con el objetivo de cooperar estrechamente con el Estado judío (el campeón mundial en el ritmo de vacunación) y aprender de sus aciertos. “Me alegro de que Von der Leyen ( en referencia a la presidenta de la Comisión Europea) tomara tan pronto la iniciativa de adquirir vacunas. Pero tenemos que mirar hacia delante y prepararnos para nuevas mutaciones. No deberíamos seguir dependiendo de la UE para la producción de vacunas de segunda generación”, ha asegurado el canciller en una entrevista al medio alemán Bild. Para el político austriaco, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) es “demasiado lenta en la aprobación de vacunas y hay un cuello de botella en la entrega por parte de las compañías farmacéuticas”. Israel ha vacunado, a fecha 1 de marzo, al 55% de su población y el 39,7% han recibido las dos dosis necesarias. Un éxito incontestable.

Por el momento, la EMA ha dado luz verde a la comercialización de tres sueros – los desarrollados respectivamente por Pfizer, Moderna y AstraZeneca- y se espera que el próximo día 11 de su beneplácito al antídoto de Johnson & Johnson que sólo necesita una dosis. En total, los Veintisiete han adquirido 2.500 millones de dosis, si se contabilizan los contratos ya firmados con seis laboratorios.

La Comisión Europea ha intentado salir al paso de estas críticas sin hacer demasiada sangre. Los portavoces europeos han recordado que Bruselas ha propuesto un nuevo procedimiento de autorización de vacunas más rápido, para luchar contra las nuevas cepas. Aunque aún se desconocen los detalles, la autoridades sanitarias europeas confían en validar de manera veloz las nuevas versiones de las vacunas ya existentes. Los expertos creen que ligeras variaciones de estos antídotos serán capaces de resistir las nuevas mutaciones del virus, con especial esperanza en los sueros desarrollados a través de la tecnología del ARN mensajero ( las vacunas de Pfizer y Moderna). “Será útil sacar lecciones de otros países como Israel. Estos esfuerzos no compiten sino que refuerzan y es en este espíritu en el que vemos la misión”, ha declarado el portavoz de Sanidad Stefan de Keersmaecker. La Comisión Europea también ha explicado que estos posibles compromisos con terceros países no alteran el volumen de los contratos ya negociados entre Bruselas y los laboratorios.

No es el único movimiento de este tipo en los últimos días. Eslovaquia ha adquirido dos millones de dosis de la vacuna Rusia Sputnik V, un antídoto que no ha recibido la luz verde de la Agencia Europea del Medicamento, convirtiéndose de esta manera en el segundo país europeo que adquiere este suero tras Hungría. En el caso de Budapest, su estrategia de diversificación también mira a Pekín ya que también ha comprado dosis del antídoto chino, desarrollado por el laboratorio Sinopharm y que tampoco cuenta con la aprobación de la EMA. Aunque Bruselas no puede impedir que los países europeos recurran a estos sueros que no han recibido la luz verde de las autoridades europeas, el Ejecutivo comunitario recuerda que la responsabilidad de la administración de estas vacunas recae en los Estados que deciden suministrarlos por su cuenta y riesgo. No se sabe si más países se sumarán a este lista. El presidente checo, Milos Zeman, también se ha puesto en contacto con Vladimir Putin para asegurase en suministro del antídoto ruso, aunque todavía no parece haberse formalizado la compra. “Creánme cuando les digo que otros estados miembros de la UE también pedirán la vacuna Sputnik dentro de algunos meses”, ha afirmado el primer ministro checo, Andrej Babis.