Nuevas recomendaciones
La contaminación es más dañina de lo que se pensaba
La OMS fija nuevos baremos de calidad del aire por primera vez desde hace 15 años, y establece riesgos «graves» para niveles que hasta ahora se consideraban seguros
Un 90% de la población del planeta reside en zonas con exceso de contaminación en la atmósfera. La polución causa cerca de siete millones de muertes cada año, y es más nociva de lo que se pensaba hace 15 años. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido nuevas recomendaciones de calidad de aire, y considera ahora riesgos “graves” para la salud niveles que eran considerados seguros.
Se estima que la contaminación es la causa de 4,2 millones de muertes prematuras cada año, tanto en las ciudades como en zonas rurales. La mortalidad provocada por la polución se produce por la exposición a partículas pequeñas de 2,5 micrones o menos de diámetro (PM2.5), lo que provoca cáncer y enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las personas que viven en países de bajos ingresos bajos y medianos soportan la carga de la contaminación del aire: el 91% de los 4,2 millones de muertes prematuras por esta causa se produjeron en regiones de Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
Los nuevos baremos, presentados ayer por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y por la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española María Neira, bajan la mayoría de los niveles recomendados de contaminantes en el aire con respecto a los fijados en el año 2005.
«Inhalar aire contaminado incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias como neumonía, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, además de aumentar el riesgo de contraer formas graves de Covid-19, cáncer o graves problemas cardíacos”, destacó el director general de la OMS en la rueda de prensa, informa Efe. Tedros expresó su esperanza de que las recomendaciones, si bien no obligatorias por ley, «tengan grandes implicaciones en la salud pública y sean una herramienta práctica para mejorar la calidad del aire en todo el mundo».
«Hemos visto a través de los años, con las evidencias acumuladas, que el daño para la salud existe incluso a niveles más bajos de exposición de lo que pensábamos 15 años atrás, por ello los hemos bajado de forma radical», señaló Neira en la rueda de prensa de presentación de la nueva guía.
Es el caso de las partículas en suspensión con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM 2.5), consideradas el contaminante más peligroso para el ser humano: hasta ahora la OMS recomendaba menos de 25 microgramos por metro cúbico de aire en un día, mientras que ahora baja el nivel a menos de 15 microgramos.
En cuanto a las partículas de un tamaño algo mayor, de hasta 10 micras de diámetro (PM 10), la OMS baja su nivel diario recomendable de 50 microgramos a 45 por metro cúbico de aire. Los dos tipos de micropartículas, PM 2.5 y PM 10, suelen provenir de la quema de combustibles fósiles y son especialmente peligrosas para la salud al poder penetrar en los pulmones, aunque las primeras son las más nocivas, ya que dado su pequeño tamaño pueden llegar a la corriente sanguínea, advierte la OMS.
La OMS también ha bajado el nivel recomendado de dióxido de nitrógeno (de 40 a 10 microgramos por metro cúbico, como media diaria anual), y también sugiere mantener la concentración de monóxido de carbono en un día por debajo de los 4 microgramos, cuando en 2005 no había establecido ningún baremo respecto a esta sustancia.
La nueva guía mantiene sin embargo la concentración de ozono recomendada en 2005 (100 microgramos como máximo en un periodo de ocho horas) e incluso sube la cantidad tolerable de dióxido de azufre (de 20 a 40 microgramos en un día), pese a ser una de las principales sustancias causantes de la lluvia ácida.
Las recomendaciones buscan reducir los graves efectos de todas estas sustancias en nuestra salud, ya que, según Neira, un 80% de las muertes causadas sobre todo por las partículas PM 2.5, entre cinco y seis millones, podrían evitarse si se cumplen estos baremos.
Aunque las recomendaciones se destinan especialmente a sectores como el político, el económico o el académico, Neira y otros expertos recordaron que también la ciudadanía puede ayudar a reducir la contaminación, con simples gestos como el mayor uso del transporte público o usando energías más limpias en la cocina o la calefacción.
Más de 40 sociedades científicas han expresado su apoyo a las nuevas directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Las nuevas pautas reflejan el amplio consenso científico sobre el gran impacto que tiene la contaminación atmosférica en la salud, actualmente el cuarto factor de riesgo de enfermedad y mortalidad a nivel mundial, solo detrás de la hipertensión, tabaquismo y factores dietéticos», explicó el presidente de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE) y director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud del ISGlobal, Mark Nieuwenhuijsen.
La jefa del programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGobal, Martine Vrijheid, precisó que «los niños y niñas son más vulnerables a la contaminación porque órganos como el cerebro y el pulmón están en fase de crecimiento y en nuestros estudios hemos visto cómo afecta a su desarrollo cognitivo y físico».
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