Pandemia

La variante Ómicron vuelve a desatar la descoordinación en las restricciones a los viajes dentro del club europeo

Malestar por las medidas unilaterales de Grecia e Irlanda que exigen PCR a los vacunados

Torre de control del Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez
Torre de control del Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo SuárezOscar J. Barroso / Europa PressOscar J. Barroso / Europa Press

El avance de la nueva variante Ómicron amenaza con llevarse por delante uno de los grandes logros europeos de la lucha contra la pandemia: el certificado covid para permitir la movilidad transfronteriza de los vacunados y una aplicación uniforme de las medidas restrictivas en los viajes.

Esta unidad se ha visto quebrantada cuando varios países europeos han decidido imponer de manera unilateral y, sin ningún tipo de consulta o aviso al resto de los socios, pruebas pcr para los viajeros europeos, independientemente de que se hayan vacunado. Fuentes diplomáticas reconocían la sorpresa ante estos movimientos y en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete celebrada en la capital comunitaria, algunos países han expresado abiertamente su contrariedad. Si en principio fueron Irlanda y Portugal los que dieron esta paso, esta pasada semana se han unido Italia y Grecia ( si bien en este último caso este requerimiento estará circunscrito a los desplazamientos con motivo de las fiestas navideñas). Este pasado miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró en el hemiciclo europeo que de aquí a la primera mitad de enero la variante Ómicron será la mayoritaria y el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) también ha advertido de que las vacunas por si solas no son suficientes para luchar contra la nueva cepa si no vienen acompañadas de restricciones. Por el momento, no hay análisis concluyentes sobre si las vacunas existentes pierden o no efectividad ante esta nueva variante, pero su mayor capacidad de transmisión -que parece más que probada- hace temer un nuevo colapso hospitalario.

“El hecho es que si tenemos regulaciones nacionales, ¿cómo convenceremos a la gente de que se vacune? Si no hacemos diferencias entre los vacunados y los no vacunados porque pedimos una prueba prc creo que es una mala idea”, ha asegurado a su entrada a la cumbre el primer ministro luxemburgués Xavier Bettel. Su homólogo belga ,Alexander De Croo, también ha coincidido en estas críticas y ha pedido que las restricciones ante esta nueva variante “estén alineadas” entre los países europeos. Según fuentes diplomáticas, España ha sido uno de los países que en la reunión a puerta cerrada ha pedido una mayor coordinación. En el texto de las conclusiones adoptadas en esta cumbre se pide que cualquier medida restrictiva esté basada en “criterios objetivos y no dañe el funcionamiento del mercado interior ni obstaculice de manera desproporcionada la libre circulación entre los Estados europeos o los viajes a la UE”.

Como muestra de hasta qué punto la validez del certificado covid parece estar en la picota, los periodistas asistentes a la cumbre- que por otra parte se ha celebrado con aforos limitados- han tenido que presentar una prueba pcr a pesar de estar vacunados. Fuentes diplomáticas también explican que en los debates de esta pasada semana ha sido imposible alcanzar un acuerdo entre las capitales sobre la necesidad de pruebas pcr para viajeros vacunados procedentes de terceros países, aunque hoy Francia ha anunciado un fuerte endurecimiento de las restricciones a los trayectos procedentes desde Reino Unido. Sin embargo, sí existe mucho mayor consenso en que el actual certificado expire a los nueve meses con el objetivo de incentivar las terceras dosis de refuerzo.

Lo cierto es que resulta difícil predecir qué pasará en las próximas semanas ante los interrogantes que plantea la emergencia de la nueva cepa. “Nos movemos en la oscuridad, no sabemos si tendremos que tomar nuevas medidas en 2022″, reconocía antes de la celebración de la cumbre un alto cargo diplomático.