Cómo conservar un diente que se ha caído por un golpe hasta llegar al dentista

Un golpe o una caída pueden provocar la caída o avulsión, en términos médicos, de un diente permanente. Tanto en niños como en adultos, una rápida actuación y unas sencilla medidas permitirá el reimplante de la pieza dental. De hecho, según la Asociación Española de Endodoncia (AEDE), en el 80 por ciento de los traumas dentales es posible recuperar la pieza si se siguen unos protocolos y es atendido rápidamente por un dentista.

Los niños y adolescentes son lo que más dientes pierden como consecuencia de golpes, especialmente si se practican deportes de contacto. Así, cerca de un 50% de los menores de 16 años sufre algún traumatismo dental a lo largo de su vida, según los datos de AEDE. Sin embargo, la mayoría de la población desconoce que esas piezas perdidas pueden volver a su sitio y, por tanto, no actúa inmediatamente.

Es importante destacar que los dientes temporales o de leche no deben reimplantarse. La pérdida de piezas en los niños más pequeños debe ser evaluada por el dentista infantil, que será el encargado de poner un tratamiento para evitar defectos en la formación de los dientes definitivos.

En caso de que el diente desprendido sea permanente, es fundamental saber que debe ser reimplantado de forma rápida. El éxito de su supervivencia depende en gran medida del tiempo que pase la pieza fuera de la boca y del daño sufrido. Cuanto más tiempo pase habrá más posibilidades de reabsorción radicular. Según Muysaludable, el 95 por ciento de los dientes reimplantados antes de las 2 horas siguientes al accidente presentan una menor posibilidad de reabsorción radicular.

Tal y como explican los odontólogos, el primer paso es encontrar el diente y no tocar la raíz. En caso de que la pieza esté sucia se debe lavar con suero fisiológico durante un máximo de diez segundos. Si la avulsión se ha producido en un adulto, se puede colocar en el hueco en el que se encontraba en la boca, alveolo, y morder un pañuelo o gasa para mantenerlo en su posición hasta acudir al dentista.

En caso de que esta alternativa no sea posible por la situación o la edad, se recomienda colocar el diente en un vaso o bolsa con leche, suero fisiológico o saliva, pero nunca en agua. El diente puede ser conservado en la propia boca hasta llegar a la consulta, pero esta opción no se aconseja en niños por riesgo de que se lo trague.