Investigación
De «pinchar» móviles a indagar en Hacienda: los encargos ilegales que reciben los detectives
El gremio, que se enfrentan a sanciones de hasta 600.000 euros, se desmarca de los mitos en torno a la profesión: «No somos espías»
Lo que más sorprendió al gremio de detectives privados es ver a un colega en televisión explicando qué cliente había intentado contratarle y cuál era el trabajo en cuestión. «Es como para un periodista no revelar sus fuentes: el cliente es sagrado y más el objeto de la consulta. No debe revelarse nunca. Jamás. Solo ante un juez, nuestro código deontológico es muy claro», explica un profesional. Se refieren al encargo que presuntamente intentó realizar la EMVS de Madrid para «contrastar» una serie de datos sobre el hermano de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, tras la polémica adjudicación de un contrato público que ha supuesto, a la postre, el detonante de la crisis del PP. Aunque el profesional declinó el trabajo por requerirle el cliente «datos ilegales», este mitificado gremio que aglutina a 4.000 profesionales ha vuelto a saltar a la palestra y aseguran sentirse «aburridos» de tener que aclarar en qué consiste su trabajo. Denuncian que reciben encargos ilegales a diario, muchas veces por ignorancia; otras, por si «cuela», y coinciden en su rechazo a trabajar con políticos.
Dentro de la ley
Francis Cáceres, la presidenta de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), cree que gran parte del problema es hay mucho desconocimiento por parte de la sociedad. “La gente asocia detective con espía y espías no somos, no estamos a la sombra, estamos regulados y si no seguimos ciertos trámites se nos caería el pelo”. Se refiere a la Ley 5/2014 de Seguridad Privada, que detalla perfectamente dónde están sus líneas rojas y las sanciones correspondientes en caso de pasarlas. Se enfrentan a multas desde 30.000 a 600.000 euros o perder la licencia (el TIP) para poder ejercer. También dentro de esa ley, aclara Cáceres, se especifica el deber de reserva profesional que nunca debe saltarse. “Se puede investigar todo lo que no vulnere la protección de datos. Nunca datos bancarios, de la Seguridad Social o la Agencia Tributaria”. La presidenta, partidaria de investigar mucho más en administraciones y empresas porque “se evitaría muchísimo fraude” aclara que siempre debe haber una legitimidad en la investigación y todo debe estar bien especificado en el contrato.
Interés directo
Lo explica de forma más detallada Lucas López, de Culmas Detectives, que lleva once años en el sector y ha escuchado todo tipo de propuestas. “Tiene que haber una legitimidad, que tengas un interés directo en la investigación y que esté documentada”, explica López. Por ejemplo, si hablamos de una relación sentimental tiene que poder probarse de alguna manera; de lo contrario, podrían facilitar información a un implicado en violencia de género. En el caso de una empresa, se puede indagar en la vida personal del empleado solo si es para demostrar una baja ficticia o una sospecha fundada de fuga de información, no para conocer sus hábitos. “Nosotros llegamos hasta donde permite la ley. Muchas veces solo quieren indicios para poder ir al juzgado y éste sí, con orden judicial, pueda autorizar intervenciones telefónicas o información privada de todo tipo”
El contrato que se firma entre el despacho de detectives y el cliente tiene tres puntos clave: primero se debe demostrar el interés legítimo; es decir, que de alguna manera seas “parte” implicada y no lo hagas por pura curiosidad. Y es que otro de los puntos es el objeto del contrato: para qué se hace esa investigación. “La mayoría son para un proceso judicial de cara a un despido o un divorcio y lo hacen por recomendación de su abogado”, aclara López. Volvemos a lo de antes: no puedes encargarlo solo “por saber”, sin ningún fin concreto. El tercer apartado, por obvio que parezca, es que sea legal. No se pueden “pinchar” teléfonos para escuchar conversaciones, instalar dispositivos de seguimiento en otros coches, saber qué hace la amante de tu marido o colocar micrófonos y cámaras. Sí se puede, aclara la presidenta de APDPE, comprobar si te han colocado a ti, por ejemplo, dispositivos de escucha.
Minusválidos haciendo running
En Culmas Detectives lo que más está llegando últimamente -tienen un departamento específico para ello-, son temas de rastreo en internet en plataformas o redes sociales por asuntos reputaciones de empresa o, por ejemplo, para el uso de una marca. “Si quiero registrar una marca tengo que documentar que, aunque exista, no ha tenido uso en equis tiempo y tengo que demostrarlo”. Pero lo más demandado siempre han sido las bajas laborales. Con el aislamiento que lleva aparejado un contagio de covid han hecho muchísimos trabajos. “Solo en lo que va de año ya llevamos 20″, explica López. “Las empresas ya tienen sospechas fundadas antes de encargar y suele ser solo para corroborar de cara a un despido. Hemos visto a supuestos minusválidos salir a correr y luego ir al juicio en silla de ruedas”. Las empresas suelen aglutinar el 70% de sus trabajos también por temas de fuga de información o competencia desleal entre directivos.
Los temas de familia, por su parte, siguen siendo una constante. Las infidelidades ya son un clásico y, al igual que las bajas laborales, suele ser para cerciorarse de lo que ya saben. “Va por rachas pero el mes de las cenas de empresa de Navidad hay muchísimo trabajo. Y el día de San Valentín es el de más trabajo del año: hemos visto cómo compran dos regalos (el más caro para la amante) y comen con una y cenan con otra”.
“Yo siempre les digo que, antes de gastarse el dinero, piensen en que si ya desconfían se separen. No hay más”, aclara Enrique Diago, otro detective que ha hecho muchas horas de seguimientos no solo en temas de familia sino en desapariciones u homicidios. Si bien recuerda que no pueden investigar los delitos perseguibles de oficio por las fuerzas de Seguridad, ellos pueden buscar a un homicida o ladrón por la responsabilidad económica que tiene para con su víctima; es decir, por la responsabilidad patrimonial. Su despacho, Detectives Arganzuela, lleva ocho años funcionando pero él lleva más de 20 en la seguridad privada y por eso también ha visto de todo.
“Con políticos no compensa”
Como la mayor parte del gremio, se muestra muy crítico con los encargos políticos. “No compensa cogerlos porque luego se vuelve todo contra ti. Aunque vayas a juicio y demuestres que tu trabajo fue legal el daño a la imagen ya está hecho”. En el caso del hermano de Ayuso, opina, se podían haber hecho muchas comprobaciones por los cauces legales, “como si la empresa se había creado ad hoc para este contrato, desde cuando opera etc. Pero en general nos echa para atrás trabajar con políticos porque al final, mira lo que pasa siempre”.
Coincide con él su colega López. “Llaman mucho cuando hay cambio de corporación, por ejemplo, en un Ayuntamiento. De repente se dan cuenta de que tienen a tres trabajadores en nómina que nadie conoce y quieren acreditar que no van a trabajar. También una vez nos llamaron por un contrato de unas instalaciones municipales que sacó un alcalde y las dio a una fundación que curiosamente llevaba él. La inmensa mayoría de la profesión evita trabajar con ellos también porque te encasillas. Si coges algo, hay procurar que sea de todos los colores, sino te etiquetan y sale perdiendo tu negocio”.
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