MIR

Con las miras puestas en Europa

Manifestación de sanitarios contra el sistema impuesto por el Ministerio para elegir las plazas de formación sanitaria especializada en junio del año pasadoAna pastor recoge en la puerta del Congreso el documento donde se explica el conflicto.
Manifestación de sanitarios contra el sistema impuesto por el Ministerio para elegir las plazas de formación sanitaria especializada en junio del año pasadoAna pastor recoge en la puerta del Congreso el documento donde se explica el conflicto.Cristina BejaranoLa Razón

Hace unos pocos días el MIR volvía a ocupar portadas en diferentes medios tanto sanitarios como generalistas. Desde la sección de médicos jóvenes aprovechábamos el debate que había saltado a la opinión pública para realizar un análisis más en profundidad sobre los aspectos que influyen en el actual modelo sanitario. Uno de los problemas que afectan a España, es la falta de políticas reales y eficaces de planificación de especialistas a largo plazo. Mientras que países como Suecia, Finlandia o Dinamarca se encuentran ante la falta de médicos especialistas formados dentro de sus fronteras y recurren a la búsqueda de profesionales en el extranjero, en España nos hallamos ante un número de graduados de Medicina por encima de las plazas MIR ofertadas al año y unas condiciones nada atractivas para estos, lo que provoca el alarmante escenario de plazas sin cubrir en la última convocatoria. Este desequilibrio entre los estudiantes que acaban el grado de Medicina y las plazas MIR ofertadas genera el conocido cuello de botella que deja a más de la mitad de aspirantes sin posibilidad de acceder a una la Formación Sanitaria Especializada. Pero a esta conocida situación se le añade una nueva que genera una realidad paradójica. La existencia de plazas de formación sanitaria que, ofertándose, no se adjudican y por tanto quedándose dichas plazas sin poder ocuparse por un periodo de cuatro o cinco. La problemática en la demografía médica continúa, además, cuando los médicos que han podido acceder a una plaza MIR y han finalizado su periodo de residencia, se encuentran con la oferta de contratos laborales temporales y rodeados de incertidumbre. Oportunidades de empleo en precario que se contraponen a las opciones de trabajo digno y estable que ofrecen esos países de los que hablábamos antes, países que ante la escasez de profesionales formados en su sistema, ofrecen un futuro profesional más prometedor a los médicos españoles, quienes además cuentan con una formación de calidad altamente reconocida en el extranjero.

Estas diferencias entre países van a hacer que el desequilibrio entre la oferta y la demanda de profesionales sanitarios aumente. Las nuevas generaciones de médicos, esas generaciones que han sido formadas en universidades con una apertura a Europa (planes Bolonia, cursos Erasmus…), no van a encontrar tantas reticencias en coger las maletas y optar por un futuro profesional más prometedor. Y eso es algo que, como sociedad, nos debe preocupar y debe hacer actuar a nuestros dirigentes, pues estamos hablando de nuestro futuro sanitario.

Establecer alianzas europeas e internacionales es necesario para que nuestro colectivo tenga el peso y la capacidad de ser competitivo en un escenario europeo. Europa debe de ser una etapa formativa más para nuestros médicos, un lugar donde crecer, aprender y mejorar sus capacidades para conseguir un retorno. En este sentido, desde la vocalía nacional de médicos jóvenes del Consejo General de Médicos de España, trabajamos potenciando esa presencia joven médica española. Actualmente, estamos presentes en la European Junior Doctors, organización que aglutina a más de 300.000 médicos jóvenes en Europa y que trabaja para coordinar acciones entre todos los miembros para la mejora de la profesión; intercambiar experiencias y conocimientos; promover iniciativas que redunden en el bienestar de los médicos jóvenes o promover la formación médica de posgrado, entre otras líneas estratégicas.

El principal objetivo de los médicos jóvenes (y uno de los fines que nos acompañará durante toda nuestra trayectoria profesional) es formarnos: tener acceso a formación de alto nivel para poder ser los mejores especialistas y ofrecer la mayor calidad posible cuando atendemos a nuestros pacientes. Por ello, la formación es uno de los ámbitos que más nos interesa y más nos preocupa en el presente y también en el futuro. Proyectar mejoras en la formación de los médicos jóvenes requiere de una homogeneización de este ámbito en Europa, necesaria para que podamos complementar y enriquecer nuestros conocimientos en otros países, aprendiendo de sus sistemas sanitarios y alimentándonos del conocimiento de sus profesionales. Finalmente, cabe resaltar la importancia de la representación de los médicos jóvenes españoles en los ámbitos en los que se toman decisiones. Trabajar activamente en estos foros para poder trasladar la realidad de la formación posgrado es vital para no quedar atrás. Por todo ello, los médicos jóvenes debemos tener las miras puestas en Europa.