Natalidad
Los nacimientos bajan un 14% en Europa tras la pandemia
Ya había ocurrido algo parecido con epidemias anteriores, aunque tras ellas el porcentaje de la caída fue mayor
La pandemia provocada por la Covid-19 y las medidas de distanciamiento social establecidas para controlar su propagación han traído cambios significativos en casi todos los aspectos de la vida. Desde el modo en el que trabajamos hasta la forma en la que nacemos. Si bien el rápido aumento del número de casos y la alta mortalidad en grupos de riesgo siguen, aún hoy, siendo indicadores prioritarios para el control de la pandemia, también es muy importante evaluar las consecuencias demográficas en otras áreas, ya que el aumento de la mortalidad no es la única consecuencia demográfica de una epidemia de este tipo.
Las tasas de fertilidad y natalidad también se ven afectadas por la exposición directa o por efectos indirectos relacionados con los temores sociales y las medidas de distanciamiento.
Otros brotes
Las pandemias anteriores que ocurrieron en los siglos XX y XXI, como la de influenza H1N1 de 1918 (la gripe española), el ébola de 2013 y los brotes del virus Zika de 2016 se asociaron con una disminución en las tasas de natalidad 9 meses después de sus picos. Por ejemplo, la gripe de 1918 provocó un descenso en la natalidad de un 20%.
Las razones de este descenso fueron la alta mortalidad parental, la alta morbimortalidad fetal (como fue en el caso del Zika) y los casos de exposición directa, pero también el deseo de las parejas de posponer el embarazo en un momento de crisis. Además, se sabe que el estrés de los padres está asociado con una disminución de la fertilidad, lo que también puede impedir la concepción durante un periodo de crisis.
Todos estos factores pueden tener consecuencias importantes en las pirámides demográficas, especialmente en países con un número ya bajo de hijos por pareja. A esto hay que sumar las preocupaciones económicas asociadas con la pandemia causada por la Covid-19.
Para comprender los efectos de la pandemia en las tasas de natalidad, un equipo de científicos liderados por Léo Pomar, de la Universidad de Lausanne (Suiza), analizó las cifras de nacimiento en 24 países europeos, incluyendo España, antes y durante la pandemia. En primera instancia el equipo de Pomar estudió los datos de nacimientos en estos 24 países entre 2015 y 2019 para establecer una base.
Diez países evidenciaron un descenso en los nacimientos en este periodo, entre ellos España, con una reducción del 3,7%, algo menos que Letonia, Finlandia o Rusia (el líder, con un descenso del 6,4%). Francia, por ejemplo, mostró un descenso del 1,4% y Portugal se mantuvo estable. Solo dos países, Dinamarca y Alemania, mostraron un aumento de la natalidad entre 2015 y 2019.
Una vez obtenida esta información, comenzó el análisis vinculado a los nacimientos durante la pandemia, entre 2019 y 2021. La conclusión del artículo, publicado en Human Reproduction, es que, en promedio, Europa experimentó una reducción del 14% en su tasa de natalidad.
De acuerdo con Pomar, «la disminución de los nacimientos nueve meses después del comienzo de la pandemia parece ser más común en países donde los sistemas de salud tenían dificultades y se excedía la capacidad de los hospitales. Esto llevó a bloqueos y medidas de distanciamiento social para tratar de contener la pandemia.
Cuanto más prolongados fueron los confinamientos, menos embarazos se produjeron en este período, incluso en países no gravemente afectados por la pandemia. Creemos que los temores de las parejas a una crisis sanitaria y social en el momento de la primera oleada de Covid-19 contribuyeron a la disminución de los nacidos vivos nueve meses después».
Duración del confinamiento
A nivel nacional, se observaron disminuciones en las tasas de natalidad en enero de 2021 en 14 países. En Bélgica, Estonia, Francia y Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales), fue por debajo del 14%. Sin embargo, en otros las cifras fueron mayores, como Lituania (28%), Rumanía (23%), Ucrania (24%) y España, con un descenso en la natalidad de un 23,5%.
Coincidentemente, los países con mayores caídas eran los que tenían también las unidades de cuidados intensivos sobreocupadas (más del 100% de su capacidad). Además, los países con un ingreso per cápita más bajo tendieron a tener disminuciones en los nacidos de más del 10% .
«La asociación que encontramos con la duración de los confinamientos –añade Pomar– puede reflejar un fenómeno mucho más complejo, ya que estas medidas fueron decisiones gubernamentales que se utilizan como último recurso para contener una pandemia: la duración del confinamiento tiene un impacto directo en las parejas».
El único mes en el que se detectó un aumento fue en marzo de 2021, con una tasa de nacidos similar a la tasa mensual anterior a la pandemia, lo que corresponde a junio/julio de 2020, cuando comenzaron a reducirse las medidas de cara al verano europeo.
«Con el tiempo, la pandemia se vuelve endémica –concluye Pomar–, se conocen mejor sus consecuencias durante el embarazo, se dispone de vacunas y es posible que esa disminución de nacimientos se haya mitigado en oleadas posteriores. Aún así esta información es de particular importancia para los servicios de maternidad, que podrían adaptar los niveles de personal a los patrones de natalidad después de las pandemias: se esperan menos embarazos en el momento de las pandemias, pero se podría observar un repunte de los embarazos después del final de las mismas».
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