Tercera edad

Una de cada 10 personas mayores se sienten solas y aisladas

El confinamiento derivado de la pandemia agravó esta situación para muchos ancianos

Una residente del Centro de Mayores Casablanca Villaverde camina con un andador
Una residente del Centro de Mayores Casablanca Villaverde camina con un andadorEduardo ParraEuropa Press

Sobre todo ocurre en mujeres de avanzada edad pero el porcentaje es elevado en genera. En torno a un 10% de las personas mayores dice sentirse sola, falta de compañía o aislada habitualmente. Esa vulnerabilidad se ceba especialmente con las mujeres, con los que tienen más de 80 años, con quienes viven solos o son más pobres, según el nuevo Barómetro de Mayores de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), del que se hizo eco ayer Europa Press.

Aunque la incidencia de la soledad parece minoritaria, el estudio indica que hay un sector de personas mayores emocionalmente vulnerables, algo que no debería obviarse porque, además, aumenta considerablemente en determinados segmentos sociodemográficos.

De hecho, el porcentaje de sensación de soledad asciende hasta el 19,5% de la población mayor que vive sola, al 15,3% de quienes no pueden permitirse un gasto suficiente, al 14,8% de los mayores de 80 años, al 13,7% de quienes poseen estudios hasta primaria y al 13,5% de las mujeres.

Durante la presentación de «Covid-19: el impacto emocional, el comportamiento privado y social de las personas mayores», la presidenta de la UDP, Inmaculada Ruiz Martín, señaló que este estudio permite llegar «a las entrañas» de lo que es «problemático» para la población de más de 65 años, de forma que esa radiografía llegue a las administraciones y empiecen a trabajar «seriamente».

Por su parte, Cristóbal Gómez Benito, integrante del Grupo de Trabajo del Barómetro Mayores UDP, destacó entre las conclusiones del estudio que lo que más valoran los mayores son las relaciones personales. «Casi el 80% lo puntúan muy alto». Además, señaló que para ellos tener un proyecto de vida supone «un chute» que garantiza el envejecimiento activo.

No obstante, a raíz de la pandemia, la población mayor de 65 años ha sido víctima de «un mayor aislamiento y soledad», no sólo en la fase «crítica» del confinamiento. La irrupción de la covid-19, dijo, «ha roto dinámicas, procesos y hábitos», además de servicios, incluso de atención domiciliaria, que las organizaciones y las familias han «suplido» con redes de voluntariado para atender a los mayores «más necesitados» a los que no cuidan las administraciones.

A su juicio, las instituciones públicas deben crear «otros escudos de protección a ese colectivo», además del que ya supone la familia. También reclamó «una mejor aplicación de la Ley de Dependencia» y criticó las trabas administrativas y digitales a las que se enfrentan.

José Ignacio Casas, también del citado Grupo de Trabajo, remarcó que «no es tanto la edad la que hace vulnerables a las personas, sino su situación económica personal y social». También hizo hincapié en el impacto de la pandemia, que ha generado «mayor nivel de angustia, miedo a enfermar, a salir a la calle y la soledad vivida con más profundidad».

La población de más de 65 años supone más de una cuarta parte de la población adulta española (9 millones de ciudadanos) y tiene una esperanza de vida a esa edad de más de 20 años. «Parece que se nos olvida”, lamentó el responsable del estudio.