Opinión
Querido diario
La vida familiar, que tanto sobrevaloramos, se intensifica estos días
Cuando era pre adolescente, incluso antes, ya tenía en el cuerpo el vicio de leer y de escribir, y lo mismo devoraba con fruición los libros que iba dejando mi hermana, siete años mayor, que me veía reflejada en los más adecuados a mi edad tipo «El diario de Ana María».
A partir de aquel momento, agarré un cuaderno y me puse a escribir mi propio diario, con un lenguaje y un vocabulario poco común para mi edad ya que previamente me había empapado del teatro de Lope, Calderón y hasta Lorca, pasando por Shakespeare, que me lo sabía de memoria, llegando de seguido a la prosa de «Matar un ruiseñor», «Viento del este, viento del oeste», y por ahí. Todo muy variado.
El comenzar un cuaderno de mi puño y letra fue un vaciado importante de las inquietudes que llevaba dentro. Lástima que solo conserve una libretita apaisada con poemas ingenuos y desesperados. En ese sentido hoy, delante del teclado, me siento como si estuviera ante mi diario, quizá porque tengo algunas cosas intrascendentes que comentar.
Las estadísticas siempre me llamaron la atención, y por eso este titular me sorprende: «Si va a ser infiel en algún momento del año, será en estos días». Pero, ¿cómo así? Francamente, querida, en estos días ni siquiera tengo tiempo para pensar, mucho menos para un ratito de sexo porque eso requiere cierta predisposición, que las hormonas relacionadas con la infidelidad estén a punto y que se dé la circunstancia.
Item más, la vida familiar, que tanto sobrevaloramos, se intensifica en estos días, con lo cual creo que la dopamina y su fogosidad se transforman incluso en crispación. Así, pues, que me dejen de historias erótico-festivas que tengo mucho que cocinar. Al fin y al cabo, en ello descargo la maruja que llevo dentro. ¡Feliz Navidad!
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