Cáncer

900 100 036: hable con ellas

El teléfono gratuito de la Asociación Española contra el Cáncer funciona ya las 24 horas del día de lunes a domingo. El objetivo: ayudar a pacientes y familiares a afrontar el diagnóstico cuando más lo necesitan.

Amelia, voluntaria, «rompe» con la enfermedad
Amelia, voluntaria, «rompe» con la enfermedadlarazon

El teléfono gratuito de la Asociación Española contra el Cáncer funciona ya las 24 horas del día de lunes a domingo. El objetivo: ayudar a pacientes y familiares a afrontar el diagnóstico cuando más lo necesitan.

María, nombre ficticio, llamó a Infocáncer (90010036) porque le habían dado sólo tres meses de esperanza de vida y quería saber cómo podía preparar a su hija de cinco años para la muerte. Esa llamada le marcó especialmente a Patrizia Bressanello, ya que en aquella época su hija tenía también cinco años. Todas las llamadas dejan huella, pero las que tienen que ver directa o indirectamente con niños son si cabe más duras. Patrizia es psicooncóloga y es la responsable del Servicio Infocáncer, el teléfono gratuito de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) desde el cual se ayuda a pacientes y familiares a afrontar el diagnóstico.

Con el fin de llegar a más personas, Infocáncer ha ampliado el horario y reforzada la plantilla, compuesta casi en su mayoría por mujeres. «Desde que se puso en marcha en 1991 y hasta el año pasado atendíamos de lunes a viernes hasta las seis de la tarde. Ahora estamos las 24 horas», explica Bressanello. Aunque el anuncio oficial será hoy, llevan tiempo con ese horario, a modo de proyecto piloto. «Antes recibíamos 300 llamadas al mes, ahora 2.000», precisa Bressanello. Un incremento que se debe en gran parte a las consultas nocturnas que reciben, que es cuando muchos se sienten más hundidos. «El 62% de las llamadas las hacen pacientes o familiares». El resto son personas que llaman porque quieren colaborar, hacerse socio, o necesitan información para dejar de fumar.

Al llamar a Infocáncer, le atenderá primero un profesional de atención telefónica debidamente formado para «atender a una persona que necesita desahogarse, que tenga miedo, esté enfadada o sea una llamada de duelo». Si la persona que llama requiere hablar con un profesional sociosanitario (psicólogo, médico o trabajador social), éste le devolverá la llamada. También si pide hablar con un voluntario.

Las preguntas que les hacen son muy diversas. «Nos llaman pidiendo que les expliquemos la enfermedad, si es un familiar, qué síntomas deben vigilar, que nutrición darle...», explica Marta Blanco, uno de los médicos del servicio. En Infocáncer también ayudan a aquellas personas que les llaman «porque no saben cómo pedir la baja, solicitar la dependencia...», explica Inés Grande, asistente social.

Además, como los que atienden las llamadas «somos ajenos a su entorno, eso les hace sentirse muy libres para llorar, preguntar...», añade Lorena Egea, de atención telefónica.

También son muchas las consultas que reciben sobre cómo tratar a un ser querido. «Han de saber cuál es el proceso emocional normal. No es bueno que los familiares le digan siempre que tiene que ser positivo y optimista, porque lo normal es que el paciente tenga altibajos. Al familiar le recomendamos que le acompañen en la enfermedad, no que le digan cómo tiene que sentirse ni sobreprotegerle, porque el paciente sigue siendo una persona que puede tomar decisiones. Si hay que poner una limitación, que sólo se la ponga la enfermedad», explica Bressanello.

Bien lo sabe Amelia Carreras, que sintió un mazazo cuando le diagnosticaron un tumor. «Hace 20 años me dijeron que tenía cáncer de pulmón con metástasis en el cerebelo. Al principio pensaban que el tumor primario era el de la cabeza, luego vieron que era el del pulmón. Me quitaron el derecho, después me operaron la cabeza y me dieron la invalidez absoluta». «En ese momento se me paró la vida». Amelia «entró en un ensayo, y fui la única que cayó en el lado bueno de la estadística, es duro decirlo», pero así fue. Tardó tres o cuatro años en recuperarse, «en ver que no me moría». A partir de ese instante «empecé a buscar algo que hacer y llegué a la AECC». Desde hace diez años es una de las voluntarias de Infocáncer.