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Adolescentes que disculpan a su agresor

La Razón
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Pocas, muy pocas adolescentes dejan a sus progenitores cotillearles el móvil e inspeccionar sus whatsapps, y menos aún les dan las contraseñas a sus padres voluntariamente. Sin embargo, al novio, sí; una pareja que puede que sea en ese momento el amor de su vida, pero que en la mayoría de los casos será flor de un día, un mes o un año. Y es así como poco a poco la adolescente, sin darse cuenta, acaba cediendo al control y al chantaje emocional de su pareja, que va haciéndose más fuerte y que llega a aislarla de amigos y familiares, controlando qué hace en todo momento y, cuando ya ha conseguido «someterla» a su voluntad, no dudará en hacer uso de la violencia física. Las adolescentes víctimas de la violencia de género van en aumento, como revela el «Informe Violencia de Género 2014» presentado ayer por la Fundación ANAR en el contexto de una mesa redonda sobre ciberacoso y violencia de género entre adolescentes organizada por «40 Principales».

«En 2009 apenas nos llamaban menores para decir que sufrían violencia de género. Hoy la situación ha cambiado. El número de casos ha aumentado un 24,4% respecto al año 2013. De las 1.920 llamadas atendidas el pasado año, 278 eran adolescentes que estaban sufriendo violencia de género por parte de su novio o ex pareja», explicó Leticia Mata, directora del Teléfono ANAR.

En concreto, en el 67,6% de los casos el agresor es su novio y en más de un 30% es su ex pareja. Y lo más preocupante es que «en el 51,1% de las llamadas atendidas, la menor víctima no era consciente del problema que tenía», añadió Mata. Es decir, adolescentes que habían normalizado la violencia de género, llegando incluso a disculpar o defender a su agresor. Esto explica en parte que en casi el 60% de las llamadas la violencia de género no se hubiera denunciado ni se detectara una intención firme de poner una denuncia.

Da buena prueba de ello el testimonio anónimo de una madre que, alertada por la situación en la que estaba su hija, optó por llamar a este teléfono para recibir asesoramiento sobre qué podía hacer. «Mi hija viene con moratones y lo niega. Y su novio le dice que si no es de él no será de nadie», recordó la experta. Y es que en el 68% de los casos quien llama es la progenitora de la adolescente.

Respecto al perfil de la víctima, en la mayoría de los casos (el 62,6%) las víctimas tenían entre 16 y 17 años. «Pero nos preocupa que cada vez nos llaman más jóvenes. De hecho, el 16,5% de las llamadas tenían entre 13 y 14 años», puntualizó Mata.

Tras observar los datos obtenidos, desde ANAR se incide en el alto porcentaje de casos –65,6%– en los que la violencia también se da a través de las nuevas tecnologías. Por eso, Carlos Hernández, community manager de la Policía Nacional, explicó a los adolescentes presentes en el acto que «vuestra intimidad es vuestra intimidad. Tu whatsapp es tuyo y tu contraseña para desbloquear el teléfono también. Quizá tus padres la compartan, pero ellos llevan 30 años».

«No compartáis fotos con vuestra pareja ni aceptéis que ejerza control sobre vosotros. El amor y el control nunca van parejos. Si os veis en una situación así decidle que os respete; la confianza o el amor no incluyen el control», recordó.