Seguridad

Zoonosis: las enfermedades de transmisión alimentaria aumentan un 44% en la UE y preocupan los casos de virus del Nilo

Las muertes se atribuyeron principalmente a 'Listeria monocytogenes' y se asociaron con una amplia variedad de alimentos, desde carne y productos lácteos hasta pescado y verduras

Salmonella enterica es uno de los principales patógenos entéricos tanto en países desarrollados como en regiones en vías de desarrollo.
Salmonella enterica es uno de los principales patógenos entéricos tanto en países desarrollados como en regiones en vías de desarrollo.Sinc

Las enfermedades zoonóticas (aquellas que pasan de animales a humanos) representan una amenaza para millones de personas, algo que ya quedó patente con la pandemia de coronavirus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la Covid-19 o la viruela del mono son sólo las más recientes entre un conjunto de enfermedades emergentes –como el Ébola, el MERS, y las fiebres del Nilo Occidental y del Valle del Rift– cuya propagación desde huéspedes animales hacia poblaciones humanas se ha intensificado a causa de presiones antropogénicas. Esta tendencia al alza en las enfermedades zoonóticas está impulsada por la degradación del medio ambiente natural a causa la explotación de los suelos y la vida silvestre, la extracción de recursos o el cambio climático.

Las zoonosis representan un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas recientemente identificadas, así como de muchas de las ya existentes. Algunas enfermedades, como la provocada por el VIH, comienzan como una zoonosis pero más tarde mutan en cepas exclusivas de los humanos. Algunas pueden causar brotes recurrentes de enfermedades, como la enfermedad por el virus del Ébola y la salmonelosis. Otras, como la Covid-19 causada por el coronavirus, tienen el potencial de causar pandemias mundiales

El papel que juegan los vectores en la transmisión de zoonosis es clave. Hasta la mitad de las zoonosis que se conocen actualmente están causadas por vectores como los mosquitos, las garrapatas, las ratas, etc. Y no es un dato descartable si se tiene en cuenta que hasta el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen origen animal. Según datos OMS, las enfermedades de transmisión vectorial están provocando en la actualidad más de 700.000 muertes cada año en todo el mundo. La mayoría de ellas, causadas por la picadura de “simples” mosquitos que, a pesar de su ínfimo tamaño, son considerados como los animales más letales del mundo, con capacidad para transmitir enfermedades tan peligrosas como la Malaria, el Zika, el Dengue o el Chikungunya, entre otras muchas.

Otro de los ámbitos que se ven amenazados de pleno es el de la seguridad alimentaria, en el que la gestión de plagas juega una labor determinante. Y es que algunas de las enfermedades más comunes en este sentido, como son la Salmonella, la Toxoplasmosis, la listeria o el E. Coli, entre otras, son transmitidas por vectores como las ratas, los ratones, las cucarachas o algunos insectos voladores. La OMS indica que las enfermedades de transmisión alimentaria afectan cada año a una de cada 10 personas y provocan la pérdida de hasta 33 millones de años de vida saludable. Muchas de ellas pueden ser mortales, especialmente en menores de 5 años. De hecho, de las más de 420.000 personas que mueren cada año en el mundo a consecuencia de este tipo de enfermedades, un tercio de ellas son niños.

En ese sentido, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) acaban de publicar su informe anual de las enfermedades zoonóticas notificadas con más frecuencia en seres humanos en la Unión Europea. El número de brotes de origen alimentario ha experimentado un significativo incremento. De los 4.005 casos en 2021 a 5.763 en 2022, lo que supone un aumento del 44%, alcanzando niveles similares a los de los años anteriores a la pandemia. Además, estas enfermedades han causado el mayor número de muertes relacionadas con brotes en la última década, 64 fallecimientos. Las muertes se atribuyeron principalmente a Listeria monocytogenes y se asociaron con una amplia variedad de alimentos, que van desde la carne y los productos lácteos hasta el pescado y las verduras. El Informe anual sobre Zoonosis 2022 de One Health destaca que "el uso más frecuente de la secuenciación del genoma completo puede haber mejorado la sensibilidad de la vigilancia, aumentando así la capacidad de detectar brotes en los Estados miembros”.

Las enfermedades zoonóticas más reportadas fueron la campilobacteriosis y la salmonelosis. La primera es considerada la zoonosis más común y se mantuvo estable en sus cifras con 137.107 casos en 2022. La carne de pollo fue el principal vector de infección, aunque la bacteria de Campylobacter también en carne de aves cruda, productos agrícolas frescos y leche sin pasteurizar. Según el Instituto de Salud Carlos III, esta bacteria es la causa más frecuente de gastroenteritis en el mundo desarrollado; ocasiona de 5% a 14% de los casos de diarrea en todo el mundo. Los síntomas más comunes de la campilobacteriosis son diarrea (a menudo con heces sanguinolentas), dolor abdominal, malestar, fiebre, náusea y vómito. La sintomatología suele durar 1 semana y, en general, no más de 10 días. El periodo de incubación es de 2 a 5 días y la enfermedad se transmite durante todo el curso de la infección. Las personas no tratadas con antibióticos pueden excretar microorganismos durante 2 a 7 semanas.

En cuanto a la salmonelosis, se informaron 65.208 en 2022, registrando un aumento en comparación con los 60.169 del año anterior. Sin embargo, diecinueve Estados miembros e Irlanda del Norte cumplieron satisfactoriamente todos los objetivos establecidos para la reducción de la salmonela en las aves de corral, la muestra de compromiso más alto desde 2018 para el combate de enfermedades transmitidas por alimentos y la protección de la salud pública. En la mayoría de los países de la UE, los dos tipos de Salmonella que aparecen con mayor frecuencia son S. Typhimurium y S. Enteritidis.

La enfermedad se asocia fundamentalmente al consumo de huevos y productos a base de huevo crudo o poco cocinados, carne cruda o poco cocinada, especialmente de aves de corral, así como leche y productos lácteos no sometidos a tratamientos que eliminen a Salmonella; agua contaminada, frutas y hortalizas crudas. Generalmente se caracteriza por la aparición brusca de fiebre, dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos, cefalea, mialgias y otros síntomas sistémicos. Los síntomas aparecen entre 6 y 72 horas (generalmente de 12 a 36 horas) después de la ingesta de alimentos contaminados, y la enfermedad dura entre 2 y 7 días. En la mayoría de los casos, los síntomas de salmonelosis son relativamente leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento específico. Sin embargo, en algunos casos, particularmente en niños pequeños y en ancianos, la deshidratación causada por la enfermedad puede ser grave y poner en peligro la vida.

A pesar de que el número de casos humanos notificados de las dos enfermedades transmitidas por los alimentos más comunes se mantiene en niveles más bajos que antes de la pandemia, el Jefe de la Sección de Enfermedades de Propensión Epidémica del ECDC, Ole Heuer, afirma en el informe que debido al impacto de estas infecciones en la salud humana, "es necesaria una mayor vigilancia y redoblar esfuerzos para reducir el número de casos".

Por otro lado, el informe alerta de que en 2022 se produjo el segundo mayor número de casos de infecciones por el virus del Nilo Occidental jamás registrado en la UE (1.133 casos), siendo 2018 el año con el mayor número de casos hasta la fecha (1 612 casos). Estas cifras tan elevadas pueden deberse a unas condiciones climáticas más favorables para la actividad de los mosquitos. "El cambio climático está incrementando el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores. Por eso, en la actualidad, el camino a seguir es un planteamiento que integre la evaluación del riesgo en humanos y animales", ha declarado Frank Verdonk, Jefe de la Unidad de Peligros Biológicos y Salud y Bienestar de los Animales de la EFSA. 431 aves y 166 caballos dieron positivo en las pruebas de detección del virus del Nilo Occidental en la UE, aproximadamente el doble que las cifras del año anterior. El virus también amplió su zona geográfica, llegando a zonas no afectadas anteriormente como el sudoeste de Francia, norte de Alemania y sur de Italia.