Papel

Ana Julia insultaba a Gabriel mientras llevaba su cadáver

Ana Julia insultaba a Gabriel mientras llevaba su cadáver
Ana Julia insultaba a Gabriel mientras llevaba su cadáverlarazon

Ana Julia Quezada, en prisión provisional, cavó un hoyo «previamente» a la muerte de Gabriel Cruz y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero. Así consta en el auto que recoge Ep del juez instructor de Almería Rafael Soriano. Es decir, que lo habría hecho de forma premeditada y no en caliente como ella afirmó. Y es que Ana Julia se intentó dotar de una coartada asegurando que tuvo una discusión con el menor. Algo que tanto la Guardia Civil como el juez desmontan en base a las pruebas recabadas, como que el día que fue detenida, la investigada se subió al coche (al que la Guardia Civil le había dotado de micrófonos) y vertió «expresiones vejatorias» contra el menor mientras conducía trasladando el cadáver.

El juez indica que Quezada se intentó dotar de una coartada haciendo labores de pintura en la finca de Rodalquilar. Ana Julia «dio una falsa apariencia de preocupación por la desaparición» del niño, al que se llevó «mediante engaño o promesa de devolverlo prontamente a jugar». El juez apunta que Quezada «aprovechó un momento en que sabía que iba a estar a solas con el niño», al que mató asfixiándole, y luego le enterró en un «hoyo que previamente había hecho con una pala». «Las pruebas revelan, presuntamente, una falta de sentimientos y humanidad que ella ha calificado, que, de ser ciertas, serían de pura crueldad».

En la comparecencia de medidas cautelares, la Fiscalía solicitó la prisión para la detenida por los delitos de asesinato con alevosía y detención ilegal. «En cierta medida discrepo de lo afirmado por la Fiscalía», afirmó a este periódico Esteban Hernández Thiel, abogado de Ana Julia, que aún «no he tenido ocasión de ir a verla a prisión. Quizá vaya hoy sábado, aunque lo más probable es que vaya la próxima semana». El reputado abogado, que estaba de guardia en el turno de oficio cuando le llegó el caso de Quezada, explicó que «algún comentario despectivo sí han recibido» –él y la abogada Beatriz Gámez– por ejercer su defensa y recordó que el bufete «no vive del turno de oficio, es una labor social que en mi opinión hay que hacer». Además, recordó que está «obligado por ley a ejercer» la defensa correctamente, «porque si no podría cometer un delito de deslealtad profesional», en caso de perjudicar, por acción u omisión, los intereses de Quezada.

Aunque puede llegar a entender ciertas reacciones, el letrado recordó que hacen su trabajo, al igual que «un médico siempre salvaría a un terrorista herido». También explicó que «no he tenido aún ocasión de ir a verla. Si puedo iré hoy, aunque lo más probable es que vaya la próxima semana».

Con tele y una presa sombra condenada por homicidio

Ana Julia Quezada pasó ayer su segunda noche en la prisión de El Acebuche, en Almería. Tal y como pudo saber LA RAZÓN, la autora confesa de la muerte del pequeño Gabriel ya disfruta de «televisión en su celda». De modo que Julia, como la llaman sus familiares, puede estar informada de cada aspecto que se diga sobre el caso y de ella, máxime teniendo en cuenta que desayuna, come y cena en su celda «que da al otro lado del patio». Todos los internos pueden tener televisión si la adquieren en el economato, en su caso ha sido más rápido, dado que, al haberla aplicado el artículo 75.2 y haberla puesto el programa de prevención de suicidios (tal y como informó ayer este periódico), Quezada comparte «celda con una presa de apoyo condenada por homicidio» que lleva ya una larga temporada en el El Acebuche y que tiempo atrás se hizo con un televisor, aseguraron fuentes consultadas por este periódico.

En cuanto al recibimiento, aunque a priori se pensara que sería mal recibida, no ha sido así: «No ha sido amenazada».