Apenas unos centímetros evitaron que el ala de una avioneta decapitara a este piloto

Thom Richard es un tipo con suerte. Este piloto de la Fórmula 1 del aire esperaba en la pista de un aeródromo de Reno (Estados Unidos) para despegar y dar comienzo a su ejercicio, una prueba del campeonato nacional de Air Races. Richard se preparaba mientras era grabado por la cámara situada en la carlinga de su aparato. Tras él pasan dos avionetas, una a cada lado de donde él está situado y, de repente, se ve venir por detrás una que se le echa encima.

El ala izquierda pasa por encima de él a apenas unos centímetros de su cabeza. Un palmo más abajo y le hubiese decapitado. Su cara de asombro lo dice todo. Rápidamente se desabrocha el cinturón y se quita las gafas mientras los servicios de emergencia acuden a comprobar su estado. Milagrosamente no tiene ni un rasguño. Quizás pasar tanto tiempo tan cerca del cielo le haya hecho merecedor de este milagro.

“El impacto fue muy violento... Me hizo girar casi 180º, como en la atracción de las tazas de té”. Afortunadamente el otro piloto tampoco sufrió daños aunque su aparato si quedó dañado.