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S Health, un ejemplo del idilio entre mHealth y wearables

S Health, un ejemplo del idilio entre mHealth y wearables
S Health, un ejemplo del idilio entre mHealth y wearableslarazon

Hace algún tiempo ya os informamos en Applicantes de que Samsung había decidido abrir el uso de su exitosa app de fitness y salud S Health a todos los usuarios de dispositivos móviles Android con versiones 4.4 KitKat o superiores, incorporando la aplicación a la tienda Google Play. La herramienta se había hecho muy popular por su capacidad para medir los pasos recorridos, los niveles de estrés, la cantidad de calorías ingeridas o la profundidad del sueño, además de incluir elementos de gamificación, como objetivos y retos o gráficos de evolución.

Hasta ese momento, los únicos privilegiados que habían podido disfrutar de la aplicación de la compañía surcoreana eran los propietarios del teléfono Samsung Galaxy S6 o de su versión Galaxy S6 edge. En el caso de este último dispositivo, las posibilidades de S Health se multiplicaban gracias al sensor de ritmo cardíaco incorporado en la parte trasera del teléfono, que ofrece datos como la saturación de oxígeno en sangre o la frecuencia cardíaca.

La historia de S Health es un buen ejemplo de la profunda transformación que ha experimentado el campo de la salud móvil (mHealth) durante los últimos años. La aplicación fue presentada junto al Galaxy S4 como un sistema para gestionar los datos de salud de los usuarios (calorías quemadas, objetivos, entrenamientos, etc.). Pero con el paso del tiempo se fue quedando anticuada, por su incompatibilidad con la pulsera Gear Fit.

Este desfase llevó a Samsung a lanzar otra app, Fitness con Gear, diseñada específicamente para poder procesar los datos recogidos por su pulsera inteligente. Sin embargo, a finales del año pasado se optó por acabar con esta dualidad de aplicaciones y la compañía surcoreana unificó todos sus servicios de fitness en una renovada S Health, ya totalmente compatible con la pulsera Gear Fit y también con los smartwatches Galaxy Gear.

Por tanto, el futuro de las aplicaciones de salud y bienestar se encuentra muy ligado a la rápida implantación de los wearables (relojes y pulseras inteligentes, fundamentalmente). En 2014 se vendieron 29 millones de dispositivos de este tipo en todo el mundo, este año se cerrará con 76 millones y en 2019 se superarán los 170 millones. Paralelamente, el sector mHealth, que ya integra más de 100.000 apps sobre salud y bienestar, alcanzará una facturación de 20.700 millones de dólares en 2017 y superará los 1.700 millones de usuarios en 2019.

Tal y como se apuntó en una de las últimas citas de The App Date, el congreso sobre aplicaciones móviles de referencia en Iberoamérica, en la actualidad hay más de 500 millones de personas en todo el mundo utilizando aplicaciones relacionadas con el cuidado de la salud. Y dependiendo de los países, su uso está muy extendido incluso en los entornos médico y hospitalario.

De hecho, un estudio de la empresa de servicios móviles SlashMobility ha apuntado que un 36% de los profesionales sanitarios ya utiliza este tipo de herramientas, al igual que la mitad de sus pacientes. Según el citado análisis, los usuarios recurren a estas aplicaciones para encontrar información sanitaria de carácter general o sobre fármacos específicos y para crear alarmas que les recuerden la hora de la ingesta de sus medicamentos habituales.