Harvard
Arthur Brooks, profesor de Harvard: “Las personas propensas a sentirse ofendidas trabajan peor”
El académico explicó cómo afrontar las ofensas y el significado de que afecten más de lo habitual a nivel general continuamente
"La era de los ofendidos", así ve Arthur Brooks la sociedad actual. Él es profesor de Harvard Business School y Harvard Kennedey School, donde dirige el Laboratorio de Liderazgo y Felicidad, tema del que es experto. Hoy en día es habitual que la gente tenga la piel muy fina y se moleste por cosas que en otros momentos no hubieran sido ni motivo de debate. Esto es algo relativamente generalizado, pero hay personas que van más allá.
Ya sea por su personalidad o por el momento que atraviesan en su vida personal o profesional hay un grupo de personas que constantemente se ofenden por todo, incluso por cosas que se consideran positivas a priori. Ofenderse más de la cuenta tiene una explicación psicológica que explica este académico en una columna en 'The Atlantic'. Valoró la mencionada "era de las ofensas" y explicó varias formas de actuar para evitar sentirse así y qué implica ofenderse demasiado.
¿Qué significa que una persona se ofenda demasiado?
"Las personas propensas a ofenderse tienden a un peor desempeño laboral y a tener todo tipo de comportamientos contraproducentes", explica Arthur Brooks en su columna. También añade cómo funciona su forma de actuar: "Su tendencia está impulsada por un desmesurado sentimiento de derecho e incluso pueden fingir estar ofendidas para obtener ventaja”.
También señala que hay que saber distinguir las ofensas verdaderas: “Debes ser sensible y empático si ves que otros sufren, pero cuando el daño no es más que un simple acto verbal, considera también que sentirse ofendido puede no ser una prueba de una verdadera ofensa". "Es mucho mejor controlarse a uno mismo, aprendiendo a ofenderse menos", afirma el experto en felicidad. Su explicación se basa en un estudio de 2018 en que varios académicos demostraron en una encuesta a 129 personas que el 73 % de los casos de ofensa se debían a amenazas a la posición dominante o la competencia. El 27 % restante se relacionaba con ataques a la buena voluntad o la apariencia.
¿Cómo evitar ofenderse demasiado?
"Esto me recordó que alguien en redes sociales una vez me llamó calvo y escribe malas columnas. La primera parte me recordó algo que no me gusta, pero no me ofendió (bueno, la verdad es la verdad), pero la segunda parte me dolió un poco", confiesa el profesor de Harvard. "Las personas reaccionan de diferentes maneras ante las ofensas", aclara.
Esta variación puede depender del género: "Las mujeres, al sentirse ofendidas, son más propensas que los hombres a sentir tristeza y amargura, mientras que los hombres son más propensos a sentir orgullo (manifestado como indignación) e ira". Para intentar evitarlo, propone seguir tres trucos que él mismo explica detalladamente:
- Ríete: "Recuerda que cuando una ofensa no es grave, la reacción más común es ignorarla o reírse", explica. Desvela el motivo de que sea útil: "Esta es una muy buena opción porque te convierte en el juez de la gravedad de la ofensa, en lugar de ceder ese juicio a un árbitro externo. No tienes que reírte de forma desafiante y amarga; al contrario, generalmente puedes neutralizar eficazmente el comentario ofensivo de otro con humor autocrítico".
- Usa tu corteza prefrontal: Para ello, Arthur Brooks enseña a sus alumnos la autogestión, que consiste en "comprender sus emociones y actuar con independencia de ellas". La describe así: "Es cierto que esta habilidad es más difícil para algunas personas que para otras, pero todos podemos mejorar con determinación y práctica. Existen muchas técnicas para activar el centro ejecutivo del cerebro: la oración, escribir un diario, la meditación".
- Desconecta de aquello que genere ofensas: "No puedes eliminar todas las ofensas de tu vida, pero ciertamente no tienes que buscarlas. Sin embargo, eso es lo que haces cuando consumes mucho contenido mediático controvertido que activa el sistema límbico. Si pasas demasiado tiempo leyendo opiniones políticas o viendo los programas de noticias por cable, por ejemplo, probablemente te sientas constantemente indignado, más aún si además estás mucho conectado", explica. La solución es sencilla para el experto: "Una manera de sentirte menos agraviado por lo que dicen o publican los demás es simplemente eliminar todo eso de tu vida: apaga la televisión; borra la aplicación".