
Labores de rescate
Los bomberos ante la DANA: "Mis compañeros han rescatado a un hombre arrastrado por la corriente y en parada cardíaca”
El bombero Antonio Ávila explica a LA RAZÓN cómo ha sido el trabajo de rescate de las personas afectas en las horas mas duras de la DANA. "Lo peor es la sensación de impotencia", dice.

Antonio Ávila Martín, sargento del Real Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga, cuyo equipo ha estado al frente de los rescates en la provincia andaluza, explica a LA RAZÓN cómo han enfrentado la compleja situación provocada por una intensa DANA, que ya ha cobrado la vida de al menos 70 personas en España. Mientras su equipo sigue atendiendo incidentes derivados de los últimos coletazos de la tormenta, como inundaciones, caída de ramas y saneamiento de cornisas, Ávila relata el esfuerzo y la coordinación necesarios para hacer frente a este escenario crítico.
¿Con qué protocolos trabajáis y cómo se ha organizado en concreto esta labor de rescate de las personas afectadas por la DANA?
Lo primero que quiero decir es que estas situaciones ya estaban previstas; se sabía desde hace tiempo que este fenómeno atmosférico iba a ocurrir. Lo ideal sería que existiera alguna normativa o ley que, sin llegar a prohibir, instara a la gente a no salir de sus casas en momentos como estos. Sé que es un tema complicado, pero el resultado está claro: ya hay, al menos, 70 fallecidos, y lamentablemente, faltan por localizar a muchas personas desaparecidas. También hay que apelar a la responsabilidad de cada uno; si tengo que cancelar una reunión de trabajo o llevar a mis hijos al colegio, debería haber facilidades de la empresa para tomar decisiones así en situaciones de riesgo. No es paralizar un país, pero debemos priorizar la vida. Y no solo por las personas que pueden perder la vida, lo cual es lo más grave, sino también por los servicios de emergencia que nos enfrentamos a situaciones muy complicadas sin necesidad.
Una especie de “protocolo Milton”, en relación al huracán que golpeo a EE UU recientemente y con el que se consiguieron salvar muchas vidas.
Sí, eso es prevención. Por ejemplo, en Francia, cuando alguien quiere hacer una actividad de montaña, debe pasar por un puesto de Gendarmería, donde se le informa si hay previsión de mal tiempo y se le impide continuar si la situación es peligrosa. Esto evita gastos en recursos y riesgos innecesarios para los equipos de rescate. Pero cuando aquí se habla de aplicar algo así, salen críticas sobre la libertad individual. Sin embargo, seguimos lamentando las mismas situaciones una y otra vez.
¿Con qué os habéis encontrado en esta ocasión?
Lo peor es la impotencia. Nos cuentan que hay familias que necesitan ayuda y no se puede llegar a ellas porque el nivel de agua es demasiado alto, y solo se puede acceder por vía aérea. Esta mañana, por ejemplo, un compañero me contó sobre un señor que estaba agarrado a un poste; cuando llegaron a rescatarlo, sufrió un infarto. Imagínate la situación: en una barca, tres compañeros arrastrando mientras uno intentaba reanimarlo. Son situaciones que se podrían evitar.

Cuál es la peor situación que has vivido como bombero en una situación similar a esta?
En mis 23 años como bombero profesional he estado en tres o cuatro situaciones parecidas. Ahora estamos mejor equipados que antes, y hemos recibido formación en agua brava, ya que estos eventos se dan con más frecuencia.En los últimos años hemos recibido formación en rescate en aguas bravas y riadas, y hemos conseguido equipamiento adecuado, como botes y trajes especiales. Vamos avanzando, aunque no al ritmo que quisiéramos.
¿Qué es más manejable, el fuego o el agua?
El fuego en estructuras es más predecible y controlable, pero en incendios forestales o fenómenos naturales, la naturaleza es imparable. Una riada es mucho más difícil de controlar.
¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse una localidad después de algo así?
Depende de los recursos que pongan las administraciones. Lo importante es que realmente se pongan todos los medios disponibles y no se queden en palabras. En ocasiones anteriores, como en el terremoto de Lorca, hubo promesas de ayuda que aún están pendientes.
¿Recibís apoyo psicológico después de vivir estas situaciones?
No, aunque sería necesario. Las experiencias que vivimos, especialmente en casos de suicidio o accidentes graves, dejan una marca. Lamentablemente, no tenemos apoyo psicológico directo en el cuerpo de bomberos.
¿Qué medidas de prevención recomendarías a la población para reducir los daños en estos casos?
Es simple: si recibes una alerta en tu móvil, abandona lo que estés haciendo. Tu vida es más importante que un día de trabajo. Y en cuanto a zonas de inundación, si ya estás en casa y el agua está entrando, sube a una zona elevada. Nunca intentes cruzar con el coche, la fuerza del agua puede arrastrarlo en segundos. Si estás dentro de la corriente, busca una posición de defensa, con los pies hacia adelante, y trata de agarrarte a lo que puedas. Es difícil en la ciudad porque no hay recovecos, pero esa es la mejor opción.
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